535 79 65
                                    

Sicheng estaba arreglándose para salir con el chico del puesto de snacks, quien le había mandado un mensaje por Whatsapp diciendo que quería verlo.

Bueno, la verdad es que fueron un conjunto de mensajes algo largos donde intentaba ser romántico.
Aunque la frase tons k kuando nos bemos mi rey;)?” no es la más sofisticada del mundo, había algo sobre el chico que cautivaba al chino.

Pero tuvo que ir a casa de Kun para que le prestara ropa, ya que el no tenía más que un par de tennis y unas chanclas.

Obviamente al enterarse del chisme, Lucas invitó a Hendery, Hendery a Yangyang, Yangyang a Xiaojun, y date de santos que no se trajeron a toda la cuadra.

– Oilooo, el Winwin va a salir con el elotero. - dijo Hendery comiendo una bolsa de frituras. - Qué bajo has caído.

– Mira quién habla, el wey que anduvo detrás del Yangyang un año, y hasta ahora no te ha pelado. - reprochó Ten.

– No es cierto we, el men lleva dos años rogándole.

– Ora' ora' Lucas. - contestó Hendery mientras le arrojaba Cheettos a la cabeza.

– ¡Oh, te andan comiendo el mandado mi Cheyenne! - gritó Chittaphon.

Por otro lado Kun se encargó de que su amigo quedara lo más presentable posible. No le puso un traje ni nada muy elegante, pero sí le prestó unos jeans entallados y una camiseta roja. Outfit que él completó con un pequeño collar de plata.

No sabía si pudiera pasar algo entre el elotero y él, pero quería lucir bien para la ocasión.

Salió de la habitación dónde se encontraba vistiéndose, dirigiéndose hacia la sala dónde convivían todos sus amigos.

– ¡Sicheng! - exclamó Kun. - ¡Te ves genial!

– Si nada más lo que te hacía falta era un baño. - dijo Ten. - Pero si te ves muy bien.

Los buenos comentarios de sus compañeros lo hicieron ganar un poco más de confianza en si mismo. Él no era la persona más bella o fina del mundo, pero trataba de dar una buena impresión siempre que podía.

– ¿Tons? - preguntó Hendery. - ¿A qué horas quedaste de verte con el japonés?

– A las tres. - respondió Winwin. - Quedamos de ir al parque que está a unas cuadras de aquí.

– Por lo menos no te invitó a un Motel. - bromeó Lucas. - Nah, pero la neta si el tipo ese se quiere pasar de lanza contigo, tú nomás llámanos.

– Te vamos a estár esperando acá hasta las diez, pasadas esas horas ponemos alerta amber y te empezamos a buscar en todo el barrio.

– Tampoco exageres, Chittaphon. - dijo Kun mientras le daba unos billetes a Winwin. - Toma. No es mucho, pero prefiero que tengas dinero extra.

– Ah, Kun. - dijo casi devolviendo el dinero. - No, puedo...

– No te me pongas de mamón, bien sabes que puedes agarrar lana cuando quieras. Pa' eso estamos.

Y es que sí, a pesar de la fina estampa y fachada de Sicheng, éste venía de una pequeña y rota familia. Creció sin tener muchos recursos monetarios, obligándolo a trabajar desde una temprana edad.

Fue entonces donde conoció a Kun, quién era definitivamente lo contrario a él. Proveniente de una casa bien acomodada, nunca dudo en apoyar a su amigo en todo lo que podía, hasta llevarlo a vivir con él para sacarlo de las condiciones dónde vivía.

– Gracias, Kun. - respondió sonriente mientras guardaba el dinero.

– ¡Llévate éste también! - gritó Chittaphon entregándole un taser de mano. - Con éste puedes inmovilizar a alguien un buen rato. Te da tiempo para correr en caso de emergencias.

– Ah... - tomó el arma. - Gracias, Ten.

Quisiera o no sus amigos se preocupaban por él. Cada uno a su propia manera, pero lo cuidaban bastante.

Salió de la casa, caminando con destino al parque en el que había quedado con su “cita”, aunque se encontraba nervioso no podía evitar sentirse emocionado por lo nueva que era esa situación para él.

Salir con un elotero, no es precisamente el cuento de hadas que él había imaginado.

¿Con Chile? // YUWINWhere stories live. Discover now