Pov Valentina
¿En qué estaba pensando al aceptar ser su amiga? No tengo la más mínima puta idea, sólo se que verla conducir es arte, su ceño fruncido, sus hombros tensionados. Esos lentes de sol que adornan sus hermosos ojos café, y mejor no pienso en la forma que sonríe cuando se da cuenta de que la estoy mirando.
_Deja de mirarme así, me pones nerviosa niña_ rodé los ojos, mirando de nuevo hacia la carretera, sabe cómo ponerme de mal humor. Odio que me diga así y aún así lo sigue así_ hey, vamos. Sabes que es de cariño, no te puedes molestar_
_ Lo sé, es sólo que_ negué varias veces, pensando en lo que le iba a decir, es difícil hablar con ella y no tocar el tema de lo que pasa entre nosotras, y lo peor es que no me ayuda el estar cerca de ella, el que me hable todos los días. El que me escriba a cada segundo, mientras más tiempo paso con ella, más me estoy enganchando y sé que saldré más que lastimada de todo esto. Cuando me pidió que fuera con ella a buscar a su hijo, debí negarme. Pero se que no hay nada que Juliana me pida y que yo le diga que no.
_ Mírame_ me pidió, ni me había dado cuenta de que me estaba mirando, no me quedó de otra que mirarla, se había quitando los lentes y no me ayuda mucho que me esté mirando de esa manera. Me desarma por completo_ si esto es mucho para ti, sólo dímelo. Lo último que quiero es lastimarte_ volvió a centrar su mirada en la autopista.
_ Juliana, sólo nos besamos. No es como que esté enamorada de ti, ni que me esté muriendo por ti. Sólo me gustas y ya está_ ella asintió mordiendo su labio inferior_ ahora conduce, aún falta media hora_
_ No tienes que ser tan dura_ me dijo, me quedé en silencio pegando mi frente a la ventana, tratando de buscar paciencia para no gritarle en la cara que me confunde… hace que todo esto sea más difícil, y a veces también quiero gritarle que soy el ángel, que no sólo nos hemos besado una vez… pero no, es mejor dejar las cosas así.
Han pasado diez minutos, diez minutos en total silencio, sólo su suave voz cantando alguna que otra canción de vez en cuando, quise acompañarla en casi todas las canciones. Pero si lo hacía, me delataría por completo frente a ella. Se daría cuenta y no es el momento para que lo haga, así que prácticamente me mordí la lengua para no cantar. Sólo mirando el hermoso paisaje y la lluvia caer, la cual a cada paso que íbamos, se iba haciendo más fuerte. Podía ver los relámpagos en el cielo, y todavía no sé cómo Juliana está conduciendo, si casi no se puede ver nada.
_ Tal vez deberíamos detenernos, hasta que la lluvia pase_ le sugerí, la verdad es que la semana completa a sido de lluvias. Hoy el día se veía claro, pero no. De la nada comenzó a llover nuevamente, y ahora creo que lo más prudente es detenernos_ Te estoy hablando Juliana_
_ Mierda, si. Tienes razón, casi no puedo ver un coño y el tipo que va frente a mí, conduce del asco_ Me mordí la cara interna de mi mejilla, para evitar soltar una carcajada, ver a Juliana cabreada es lo mejor del mundo. Aún así no me hizo caso, continuó conduciendo por cinco minutos más. Hasta que el auto comenzó a hacer ruidos extraños, muy extraños de hecho. Haciendo balanceos de adelante hacia atrás_ no, no. No me hagas esto, no joder_
El auto se apagó de la nada, mientras Juliana trataba de aparcar_ ¿Qué a pasado?_ le pregunté, quitándome el cinturón, la verdad es que no se nada de automóviles…
_No lo sé, pero iré a revisar el motor. O lo que sea_
_ ¿Viste cómo está lloviendo? Te vas a mojar, mejor espera a que pase la lluvia y luego pedimos ayuda_ le sugerí. ¿Creen qué me volvió a hacer caso? Pues no, salió del coche. Jamás había conocido a alguien tan obstinada como Juliana Valdés, pareciera que no le gusta que le digan que hacer. No me quedó más remedio que también bajar, aunque no sepa nada. En cuanto la lluvia comenzó a caer sobre mí, me arrepentí. El frío se apoderó de mi cuerpo, casi no puedo ver nada y sólo escucho como Juliana maldice en voz alta, cerrando el capote de golpe.
