Capítulo 3

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Lauren se bajó de la camioneta golpeando la puerta fuertemente. No podía creer su suerte.

-¡Hey que si la dañas la pagas! - gritó Dinah con el ceño fruncido pero completamente divertida por la situación. Lauren simplemente la ignoro.

Estaba segura que por dentro Dinah disfrutaba la visión de ver a una esposa, que no sea la de ella, molesta, con el ceño fruncido y golpeando un pie contra el piso. Como si con esa actitud podría amedrentarla o hacerla sentir temerosa en su presencia.

Por Dios si mide menos de 1.65 de estatura y no debe pesar más de 55 kilos, obviamente que no podría hacerle nada. Ella es mil veces más fuerte y alta que ella...

Que su esposa...

¡Maldita sea! ¿Que hizo para merecer ese castigo? ¿Ese... martirio?

¡Ser buena samaritana! ¡Por supuesto! ¿Cómo mierda pudo ser tan estúpida? No cometería de nuevo ese error, la próxima vez que maten a las cajeras inocentes. A ella no le importa.

¡No le importa!

¡Maldita sea, si esa cajera no estaba en peligro! ¡Un ángel no iba a matar a nadie! - ¿cómo lo sabes? - preguntó su yo interior y ella negó frustrada con la cabeza a la vez que se pasaba una mano por su rostro como si con ese movimiento podría despertar.

¿Un ángel? ¿Ella conoció un ángel? Sinceramente hubiese esperado algo más... era un ángel maldita sea, ¿Acaso no están en el mundo para proteger, cuidar, apoyar? ¿No eran figuras puras que volaban alrededor de la gente con un pequeño acordeón regalando amor y felicidad...?

Esos son querubines no ángeles.

¡Lo que sea! - le gritó a su voz interior. Tal vez sea un maldito ángel en su cabeza el que le replique. ¿No existen los ángeles guardianes?, quizás este peleando con uno de ellos en ese momento y no se esté dando cuenta...

Se detuvo un paso y miró a la nada ignorando a la mujer que la esperaba en el porche de la casa - ¿Eres mi ángel guardián? - preguntó a su cerebro y por unos segundos espero tan concentrada que fruncía el ceño completamente, alerta de escuchar cualquier voz o señal que le corroborará que sí era un ángel con quien hablaba.

Eres una imbécil Lauren Jauregui.

Cerró las manos como si fueran un puño y gruñó bajito frustrada. ¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Preguntándole a su cerebro si estaba dentro un ángel que le replicaba?. ¡Loca! ¡Loca! - se repetía.

Se había vuelto completa y absurdamente loca.

Miró al frente y respiró hondo.

Tenía una esposa.

¿Qué demonios iba a hacer ella con una esposa?

Y no cualquier esposa.

¡Tenia que ser ella! ¡De todas tenía que ser ella!

No podía ser la rubia de piernas majestuosas que vio el día anterior o Lucy que servía como su amante ocasional cuando no podía ignorar más la necesidad fisiológica de tener sexo y se había cansado de visitar a manuela...

Amor del pasado (Adaptación Camren G!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora