He Cambiado, Capítulo 16 "Yo Soy Betty, La Fea".

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Betty despertó algo perdida y con un fuerte dolor muy parecido a los cólicos menstruales, lo último que recordaba era estar discutiendo con Mario, se intentó sentar pero un punzón en el abdomen bajo la obligo a permanecer acostada, empezó a mirar a todos lados vio una enfermera quien al verla despertar salió a avisarle al médico de turno.

El médico la revisa y le hice unas preguntas de rutina antes de avisarles a los familiares, al contarle lo sucedido Betty rompió en llanto, la enfermera la calmaba y le trajo un poco de agua. En la sala solo se encontraba Doña Julia, Hermes, Nicolás, Mario y Armando, las demás se disculparon pues ya debían irse aunque quedaron en volver.

Dc. Familiares de Beatriz Pinzón Solano? – todos se levantaron corriendo –

Ar. Somos nosotros doctor – Mario lo miro con odio, prefirió callar –

Dc. Betty acaba de despertar y le contamos lo sucedido está un poco susceptible lo cual es normal por la perdida, dijo que si era consciente que se le había atrasado la menstruación pero que ya le había pasado antes por el estrés, pero no sabía que llevaba dos meses, no llevo la cuenta. Pueden pasar de dos en dos, quienes serán los primero?

Todos estuvieron de acuerdo que fueran Don Hermes y Doña Julia, al verla ambos lloraron, Betty igual, hablaron un rato, la llenaron de muchos mimos y la consintieron.

Armando, Nicolás y Mario se sentían incomodos por la espera, Armando y Mario querían ser los siguientes, estaban desesperados por verla. Al salir los papás de Betty ambos caminaron y frenaron en seco al ver el otro, Armando decidió esperar, prefería ser el último, le cedió su lugar a Nicolás.

Betty ve entrar a Mario e inmediatamente llora, Nicolás la abraza y habla un rato con Betty haciéndola sonreír, y se sale antes para darle privacidad a ella y a Mario quien los veía con una sonrisa nostálgica, tenía los ojos cristalizados.

Mc. Betty, lo siento tanto – toma sus manos entre las suyas – es mi culpa, yo mate a nuestro bebé, por favor perdóname, se arrodillo dejando su cabeza en las piernas de Betty sin soltarle las manos, ella nuevamente empezó a llorar, perdió a alguien a quien ni si quiera alcanzo amar, no tuvo la oportunidad de hacerle sentir su amor, era lo único que ella lamentaba.

Be. Mario por favor levántate, y lo atrajo a ella, ahora solo quería abrazarlo. Así se quedaron un largo tiempo, no había necesidad de palabras, ambos entendían perfectamente el dolor del otro, habían dejado a un lado sus problemas, ahora solo querían llorar su duelo.

Armando ve salir a Nicolás y de inmediato corre a él para preguntarle qué había pasado, este le comenta que quiso darle privacidad a Betty y a Mario lo cual lo enfurece y hace que resople, Nicolás lo entiende, nadie como él está más que enterado de sus sentimientos, pues a lo largo del tiempo se ha vuelto muy amigo de Armando.

Ar. Se demorara mucho? pregunto angustiado por la tardanza de Mario.

Nic. Tranquilícese Armando, Mario saldrá pronto, calma, calma amigo mío.

Armando desesperado se volvió a sentar, era lo único que podía hacer, por primera vez en su vida, fue prudente.

Mc. Cómo te sientes? Te duele algo? Quieres que te ayude a acomodar? Cuando quieras cambiar de posición me avisas.

Be. Jojojo tranquilo Mario estoy bien, solo un poco cansada pero bien. Sonrió.

Mc. Si me necesitas aquí dime y me quedo, no me muevo hasta que así no lo quieras, y si ya no me necesitas más también avísame y me voy. Bajo la cabeza.

Be. Mario no digas eso, sabes perfectamente que te quiero.

Mc. Pero no más que a Armando por supuesto... seguía cabizbajo.

Betty guardo silencio por un momento.

Be. Mario no quiero discutir, quiero estar bien contigo, no importa lo que haya durado lo nuestro, el tiempo no determina lo importante que pueda ser, para mi es algo que no voy a olvidar nunca, y jamás te dejare de querer, me entiendes? Pase lo que pase, estés donde estés, siempre te tendrá en mi corazón Mario.

Mario sonreía, pensaba lo mismo, Betty fue la mujer que lo cambió, que lo hizo crecer y madurar como hombre.

Nuevamente la abrazo, y hablaron un largo rato de sus sentimientos, de sus vivencias y del rumbo que cada uno tomaría.

Mc. Bueno creo que ya debo salir, el idiota de Mendoza – Sonrió – está desesperado por verte, está a fuera esperándote.

Be. Mario... puedo pedirte algo?

MC. Claro Betty dime, que pasa?

Be. Ven... - Mario se acercó y se sentó en la camilla guiado por Betty –

Betty lo tomo de las manos y se acercó dándole un último y tierno beso de despedida, quería recordar su adiós así, Mario estuvo para ella cuando más lo necesito y se ganó su amor, Mario por su parte entendió que amar es más que besar, ella se lo había enseñado, ella lo ha cambiado, después de esto salió de la habitación, se sintiéndose tranquilo, Betty le hizo entender que quizás su amor, al igual que su hijo no nacido no eran para este mundo, quizás aunque duela aceptarlo no estaba destinado a ser, y él también lo acepto, le dolía alejarse de ella, pero era lo mejor, para ambos. Se despidió de todos menos de Armando aún no estaba listo para despedirse de su amigo de años, quizás más adelante pero ahora no, sabía que nunca volverían a hacer lo de antes y también lo aceptaba.

Armando se levantó al ver Mario y en su mirada vio la derrota, no se alegró, pero si se tranquilizó, espero un momento más hasta verlo desaparecer por los pasillos y fue cuando camino a su encuentro con Betty.

Al verla se quedó helado, se veía tan pálida, frágil, por su mente nunca había se había cruzado la idea de verla morir, ese miedo, esa sensación era peor que verla con otro, pensó en todo el tiempo perdido, todo la vida que ha desperdiciado al no estar a su lado y se aseguraría que eso jamás volviera a pasar mientras en sus manos estuviera, moriría al lado de ella.

Ar. Hola Betty, dijo dándole un tierno beso en la frente. Ella se estremeció.

Be. Como esta Don Armando?

Ar. Eso que importa Betty... como estas tú?

Be. Muy duro doctor, es como si te dieran algo y al mismo tiempo te lo quitarán... pero bueno ahora solo quiero recuperarme y superar esto, pero tenga por seguro que no lo pienso olvidar.

Armando suspiro, estaba enternecido, verla así lo hacía sentir fuerte, quería llenarla de besos, pero no sabía si era prudente, así que solo se sentó a su lado sin soltar su mano, ambos se durmieron. Doña Julia quien estaba enterada de todo al verlos así tomo una frazada extra que había en la habitación y cubrió a Armando, todos decidieron irse aunque Don Hermes no comprendía estaba seguro que Betty no pasaría la noche sola.

Continuará...

HE CAMBIADO "YO SOY BETTY, LA FEA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora