Capítulo 12

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Yeray sostuvo su mochila sobre su hombro, luego tomó el brazo de su padre y ambos caminaron hacia la entrada de la casa, donde los gemelos estaban esperándolos sentados en los pequeños escalones.

Suspiró, creyendo que su madre lo mataría por culpa de Jace, sentía que algo no andaba del todo bien desde el momento en el que entró, pero no importaba en lo más mínimo.

— Me llevaré a los gemelos, trata de hacer que tu madre no se altere como las veces anteriores. Has las preguntas suaves — lo ayudó a subir — Niños, vamos a correr. Espero que hayan hecho las cosas que su madre les dijo que hicieran.

— Si, papá — dijeron ambos niños — Adiós, hermano mayor.

Yeray asintió, y con el bastón entró a la casa, oliendo la comida que su madre estaba cocinando para la familia. Dejó su mochila en el suelo, y caminó hacia la cocina, tragó en seco antes de sentarse.

— ¿No piensas decir nada?

— No...

— Dime la verdad, Yeray — clavó un cuchillo en la encimera — ¿Por qué irás a ese viaje? ¿Te hice algo para que no me contaras que deseabas ir?

— No es eso, mamá — jugó con sus dedos — No tenía planeado ganar ese viaje, le dije a Jace sobre eso y él puso nuestros nombres como un juego.

— No te creo — tensó la mandíbula — ¿Qué es lo que quieres saber sobre mi pasado? — Cambió de tema — No hace falta darme cuenta de que hablaste con tu padre.

— Me dijo que podía hacerte algunas preguntas acerca de tu pasado, pero que no te alterara — Aiden apagó la estufa y se sentó junto a su hijo — Necesito que me cuentes como fueron las cosas cuando entraste a esa prisión antes, durante y después.

— A los cinco años, mi padre comenzó a verme diferente al igual que mi madre — Las cejas del menor se juntaron — Primero fueron toqueteos y favores... sexuales hacia ellos... cuando cumplí los doce ellos quisieron ir más lejos y lo lograron...

— Él logró...

— Déjame terminar, por favor — acarició su vientre — Tenía un hermano llamado André... siempre creí que me protegía de lo que me hacían mis padres. Me daba algo para que no sintiera y mis padres estaban más felices que nunca — una sonrisa triste se formó en su rostro — Disfrutaban verme en ese estado hasta que me harté de ellos — desvió la mirada — Cuando cumplí los dieciséis las cosas iban de mal en peor... eran golpes, las drogas iban y venían al igual que las cosas que ellos me hacían. En la escuela los rumores de lo que mis padres me hacían salió a la luz porque mi hermano lo dejó salir borracho — colocó ambas manos debajo de su vientre — Los profesores pasaron años acosándome hasta que André lo supo y los mató uno por uno... con la condición de que también me acostara con él.

— ¿Tu hermano? — Aiden asintió.

— Me dijo de la única forma en la que podía deshacerme de mi padre y lo hice cuando ingresé a la universidad... lo seduje y le clavé un puñal en el cuello cuando llegó a su preciado orgasmo.

— ¿Eres un asesino? — Yeray se puso de pie — ¿Qué es estás diciendo?

— Te estoy contando lo que querías saber — tomó su brazo e hizo que se sentara — No eres un niño, lo has dicho cientos de veces. Sé que puedo sonar duro, pero la realidad siempre golpea — apretó el brazo del menor — Mi hermano en la otra habitación hizo lo mismo, pero fue muy estúpido y le disparó en la vagina y los vecinos lo escucharon... en menos de diez minutos estábamos de camino a la cárcel, un mes después conocí al hermano de Frederick, tuvimos sexo. Díganos que era su puta favorita, siempre y cuando estuviera con cienos de drogas en mis venas.

Ciegamente Mío {Gay} Sin correcciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora