Estoy bien

8.4K 564 246
                                    

- _____, ¿estás bien?

- ¿Eh? Si, claro.

- Últimamente te veo muy decaída.

- Será solo una mala racha -sonrió. 

- Si tú lo dices... -dijo, encogiéndose de hombros, no muy convencido.

No, por su puesto que no estaba bien. Lo único que ocurría, era que Shōto finalmente se estaba dando cuenta de ello, cuando _____ se había cansado de fingir lo contrario. Lo que menos quería, era que su novio le hiciera preguntas, pero aún así, ansiaba que notara que estaba mal, que la ayudara. La pregunta era: ¿Cómo iba a hacerlo si lo ocultaba todo el tiempo? ¿Cómo iba a hacerlo si no se dejaba ser socorrida? Pedía imposibles.

- ¿Porqué preguntas?

- Pues, porque me preocupa que puedas estar mal.

Lo dudaba. ¿Él? ¿Preocupado? ¿Por quién? ¿Por ella? Eso era imposible. ¿Por qué iba ha hacerlo? ¿Quién era ella como para preocuparlo? "Alguien como él no puede preocuparse o si quiera querer a alguien como yo. Él es perfecto, mientras que yo soy... Una mierda", pensaba. La única explicación que veía posible para darle un "por qué" a que estuvieran saliendo era "que él sentía lastima de una persona tan patética".

_____ llegó a casa, a esa solitaria vivienda a la que llamaba "hogar". Se metió en su cuarto y cerró la puerta con pestillo, para allí, comenzar a desvestirse, quitándose el uniforme de la U.A. y ponerse ropa más cómoda. No pudo evitar echar un vistazo al espejo que tenía en la habitación, viendo su reflejo en él. Contempló su cuerpo, únicamente tapado por la ropa interior.

Pensamientos empezaron a invadir su mente, atormentándola: "Ojalá mi cuerpo fuera como el de Yao-Momo, así no tendría que lamentarme por ser tan asquerosamente fea. Seguro que con su cuerpo... Le gustaría más a Shōto". "Estoy segura de que si fuera algo más, Shōto no tendría que fingir que le gusto tal y como soy. Podría ofrecerle lo que se merece".

Los arañazos de su pequeño gato en la puerta la sacaron de sus pensamientos. "Déjame en paz, maldito animal", se quejó, intentando ignorarlo. Terminó de cambiarse y se puso a ver Instagram en su teléfono, en su móvil viejo y pasado de moda, por supuesto. Se aburrió a los pocos minutos, ver tanta superficialidad la abrumaba. "¿Y si termino con Shōto...? Así no me tendrá que aguantar más... Así podría buscarse a alguien mejor, tampoco es tan difícil. Seguro que no le dolerá si lo dejo, incluso se alegrará de no tener que lidiar conmigo...", pensó.

La chica sintió como sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas de impotencia. "¿Para qué me pongo a pensar en algo así? No soy capaz de dejarlo... Soy demasiado débil como para hacerlo... Lo necesito... ¿Qué más me queda? ¿Yo?", se preguntaba, "Ojalá fuera tan alegre y positiva como Ochaco-chan o tan segura y fuerte como Mina-chan. Así no tendría problemas. ¿Y si Shōto se da cuenta de que soy una mierda y prefiere a alguna de mis amigas? Sería algo normal... Solo hay que compararme con ellas...".

Cada persona es diferente, cada persona es única a su manera, por eso nadie es mejor que nadie, por eso las comparaciones son malas; pero para _____, esas palabras eran falsa propaganda de gente que no tenía ni idea de lo que se sentía estar en su lugar. Aunque, si todo el mundo se rigiera por esas palabras, no habría persona en el mundo que pudiera sentirse así, esa era la verdad.


_____ tomó valor y se sentó a su lado en el comedor.

- _____ -sonrió-. Me alegro de que te hayas sentado conmig...

- ¿Porqué estás saliendo conmigo? -le preguntó, interrumpiéndolo.

Ni siquiera se paró en escuchar lo que él iba a decirle, tenía la mente tan nublada, que no veía más de sus propios pensamientos. Shōto suspiró y meditó por unos momentos, para él, todavía era algo difícil encontrar las palabras adecuadas para expresar sentimientos tan fuertes como los que sentía por ella. "Creo... Que la asustaré si le digo que la quiero tan pronto", pensó.

Shōto Todoroki: Escenarios (REEDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora