Capítulo 16: Tal'kar, el líder de la zona este

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Wildax había proporcionado a Kleyn y Ágata la información que habían solicitado, no dijo nada al principio, intentando mantenerse fiel a sus ideales y sus convicciones, pero aquello no era nada que no se pudiese arreglar con una cuerda, una silla y algunos elementos punzantes para usarse como herramientas de tortura.

Tras sacarle a la rata toda la información que necesitaban se deshicieron de él envolviéndolo en cuerdas y enviándolo a los cuarteles generales de la orden armada, en donde se encargarían de interrogarla.

En ese momento, en el cuartel general de la orden armada, Talux y Kelly se hallaban tomando un poco de café en la mesa del comedor, no había nadie más junto a ellos, y fue inevitable que cruzaran una intensa pero fugaz mirada. Ambos se sintieron impulsados a acercarse más el uno al otro. De forma poco disimulada Talux arrastraba su silla a donde estaba Kelly dando pequeños saltitos hacia ella. Esta hizo lo mismo y también se acercó a él. Cuando ya estaban a una flecha de distancia, se tomaron de la mano por debajo de la mesa, revisando con la mirada que en verdad no hubiese nadie más allí, solo entonces posaron sus ojos sobre los del otro y se rindieron a la tentación de buscar sus labios para saborear el dulce gusto de la carne húmeda y cálida que revestía la boca del otro.

De pronto, cuando ambos ya estaban a punto de cerrar los ojos antes de que sus labios se tocasen, una cosa atada y amordazada cayo frente a ellos sobre la mesa: un semibestia rata, que sobre saltó a ambos.

— Por el amor de los reyes, ¿qué es esto? —reclamó el tipo posando ambas manos sobre la mesa, produciendo un fuerte estruendo y poniéndose de pie.

— Talux, mira —apuntó a una carta pegada en el pecho del animal.

El tipo acercó su mano al papel estrujado entre esas riendas y leyó su contenido. En este Kleyn les explicaba que el individuo que había enviado era un pequeño jefe de un grupo de ladrones de tijeras y que lo enviaba allí para ser interrogado. Además, en el reverso de la carta añadía que la rata en cuestión se había orinado por los nervios, y que tuviese cuidado al manipularla. Talux bajó la carta poco a poco mostrando un rostro arrugado.

— Pero será hijo de...

— Y por eso no tendremos que preocuparnos por cargar con ese peso muerto – explicó Kleyn, quien iba caminando junto a Ágata en dirección al Claro Silvestre.

— Supongo que Talux se alegrará por ello – opinaba la joven mientras jugaba con su araña amiga Mordisquitos.

— Sí. Por cierto, fue muy amable por parte del semibestia indicarnos el camino hacia el Claro Silvestre, e incluso decirnos el camino por el cual nos habrían estado esperando para tendernos una emboscada en caso de ir por allí.

— Bueno, si no hubiese hablado lo habríamos matado, así que solo actuó de la forma más lógica posible... ¿Crees que funcionará la carnada que le pusiste a ese tal escuadrón de emboscada?

Al oír su pregunta, Kleyn dirigió su mirada al cielo y sonrió con la marca de la seguridad en las comisuras de su boca.

Justo al lado del camino había varias construcciones de adoquines, torres y muros muy cerca de los árboles en donde formaban su pequeña base para asaltar a los desprevenidos. Dentro de esta se encontraban situados varios caballeros armados con espadas y arcos. Uno de ellos estaba pendiente a la entrada del bosque, vigilaba de forma constante con unos binoculares.

— Jefe, ¿cree usted que aparezcan por aquel arco de árboles? Es que pienso que es algo muy obvio —le comentaba uno de sus soldados a su capitán.

— Tonterías, soldado, todo aquel que quiera llegar al Claro Silvestre ha de pasar por allí —señaló al camino—, solo hemos de tener paciencia. Podría aparecer en cualquier momento.

La forja (SVTFOE)Where stories live. Discover now