~VACACIONES~

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Una semana después...

~•Calle de Privet Drive•~

Los desesperados aullidos de un enorme perro lanudo de color negro fastidiaban a los vecinos. No entendían de donde había salido semejante animal.
Este venia acompañado de un hombre alto, delgado y castaño que por la expresión de su rostro parecía disgustado con el comportamiento  de su quizá mascota.

Llegaron hacia la casa más cuidada de todas. La casa de los Durlsley. Y en ese momento resaltaba por las flores del jardín y el nuevo encerado del auto de Tío Vernon. 

El hombre toco con calma pero el enorme perro se encontraba ansioso, olfateando por las rendijas de la puerta.

Un grito se escucho desde la cocina de la singular casa.
El castaño volvió a tomar más fuerte tratando de apresurar las cosas.

“¿¡QUIEN ES!?” Otro grito ensordecedor se hizo presente. “¡NO ES HORA DE VISITAS!”

El enorme perro gruño y poniéndose sobre sus patas traseras empezó a propinar rasguños a la recién pintada puerta.

Unas tenebrosas pisadas se empezaron a sentir, pisadas furiosas de un corpulento hombre. 

El enorme perro con la misma ansiedad volvió a olfatear en las rendijas de la puerta.

Vernon Dursley abrió la puerta y ante la presencia de semejantes extraños para su propio gusto, hizo un sonido algo cobarde por milésimas de segundos. Luego intento mantener la compostura y miro al hombre y al perro con el ceño fruncido.

—¿Puedo ayudarles en algo?—pregunto gruñendo

—Si—le respondió el castaño de manera educada—. Vera... No nos conocemos, mi nombre es Remus Lupin y soy un antiguo amigo de James Potter, el padre de Harry, el cual recién el año pasado..

—¡¿Como dice?! ¡Eso es mentira!—grito Vernon reusándose a creer que otro mago estaba frente a el. Porque por alguna razón le daba mala espina, en especial las pequeñas cicatrices que tenia en el rostro.

—No lo es—le dijo Remus con tranquilidad—. Recientemente el año pasado tuve un contacto con Harry y deseo que eso continúe. Usted junto a su esposa al ser los tutores legales, me veo en la obligación de preguntarles si Harry podía pasar todas las vacaciones conmigo y... Su padrino. 

El rostro de Vernon se volvió pálido. Harry nunca había mencionado que tenia padrino. Se había dado cuenta que desde el principio pudo haberse librado del muchacho.
Todos le habían mentido, empezando por ese muchacho.
Su bigote se movió de la rabia que estaba sintiendo, miro hacia las escaleras y grito “TU, BAJA INMEDIATAMENTE”

Remus fruncio el ceño, ni siquiera había utilizado su nombre, lo había llamado como si se tratara de un común animal.

El perro enorme gruño y tubo un impulso mayúsculo de tirarse encima del cuello de Vernon. Pero la mirada tenaz de Remus lo detuvo.

Escucharon como una puerta se abrió del segundo piso. En cuestión de segundos Harry ya se encontraba en las escaleras con su baúl, listo para irse lejos de esa casa.

Ese gesto desespero más a Vernon, no quería dejar ir al muchacho sin que antes le de una buena  explicación. 

—¡REGRESA ESE BAÚL!—le grito y cerro la puerta en la cara a Remus y a su enorme perro—. ¡NO TE IRÁS A NINGUNA PARTE!—el aullido de dolor del perro, por el golpe en la nariz vino acompañado de un fuerte estruendo. 

Antes de que Harry pudiera defenderse de los gritos de su Tío. Remus volvió a hablar.

—Le estoy pidiendo amablemente que Harry pase las vacaciones en casa de su padrino.

Vernon retrocedió del miedo, su cabeza choco contra la puerta y empezó a temblar, el hombre se encontraba a su costado a pesar que lo había dejado fuera. Por algún truco maligno había logrado ingresar a su hogar.

—Fu-Fuera de mi ca-casa—tartamudeo—. O llamare a la po-policía.

Remus miro a Harry y con un gesto de cabeza le indico que bajara rápido.
El azabache con rapidez deslizó su baúl hacia la entrada.

—¿Y tu mascota?—le pregunto Remus con una sonrisa.

—La deje que volara hacia el número doce—le respondió Harry feliz de irse de esa casa.

Remus asintió con la misma sonrisa de siempre. Se acerco al baúl de Harry y con unos pequeños topes con su varita que tenía escondía en su manga hizo desaparecer el baúl.

Un grito mas aterrador de parte de Vernon dio a saber que ya se había dado cuenta que estaba frente a otro mago.

—Nos vamos, Harry—le dijo Remus y se dirigió hacia la puerta. Vernon huyo rápido de ahí y se puso cerca de la alacena—. Se hace tarde—abrió la puerta y el enorme perro ingreso con la actitud de todo un depredador—. Canuto, nos vamos—le ordenó. Pero el perro tenía en su mirada a Vernon. Quería vengarse del golpe en la nariz.

Salto encina de Vernon y le propino una tremenda mordida en el brazo izquierdo. El tío de Harry grito con fuerza mientras intentaba de forma nada exitosa librarse del animal.
Por tantos gritos desesperados, Petunia salio con rapidez de la cocina y mira totalmente asustada a su esposo siento atacado. Y como único método de ayudarlo, se quita un zapato y le aventó al perro.
Canuto dejo de morder el brazo de Vernon y dirigió su interés mortal a Petunia. 

—Canuto—volvió a llamar Remus desde la puerta—. Si continuas así volverás a la perrera.

El perro se calmo ante esa amenaza. Perrera era el otro nombre que usaba Remus para referirse a Azkabam. No tubo otra más que salir de la casa.

—Lo lamento—se disculpo Remus con los Dursley—. Es que hace poco salió de... La perrera y le dio rabia—espero que Harry también saliera y siguiera a Canuto, luego volvió a mirar a los Dursley para poder despedirse de buena manera—. De todas formas. Gracias por su atención. Nos veremos más seguido—cerro la puerta y desapareció con otro fuerte estruendo.

Always-Nuevo inició.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora