Capítulo 23

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Capítulo 23:-

Esa misma noche

Sintió que iba a desfallecer antes de llegar a su cuarto, caminaba a paso lento y un poco descoordinada.

Pero qué noche.

Lo que pensó que sería una cena casual, pero definitiva con Daniel, terminó en una situación desagradable e incómoda para ella.

Armando no sólo había ido para arruinarle su cita con Daniel, también para volver a perjudicarle la vida. Betty se seguía cuestionando qué derecho tenía Mendoza de leer su diario y por qué lo había hecho, no le entraba en la cabeza.

Continuaba pensando sentada en su cama, cuando Doña Julia sigilosamente entró a la habitación.

"Hola mija" No sabía con qué humor estaría su hija después de lo que había hecho así que se acercó a ella sonriéndole con una mueca.

"No me diga que usted le dijo a don Armando dónde estaba" supuso al ver su rostro. Doña Julia asintió disminuyendo su sonrisa. "Ay mamá ¿por qué me hizo eso?" Se sentía decepcionada.

"Pues porque él vino acá, a la casa mijita y se veía muy desesperado y necesitaba hablar con usted" se excusó sentándose a su lado.

"¿y por eso tenía que mandarlo allá, a dónde yo estaba con el doctor Daniel?" La miró negando con la cabeza y el rostro serio.

"Ay ¿fue grosero con usted o con ese señor?"

"No, no... Nada de eso" no quiso darle detalles a su madre de lo que había ocurrido, así que limitó su respuesta.

"Mmm... Mamita, si él fue hasta allá para hablar con usted y no armó un escándalo, yo creo que su interés ya no es por la empresa, sino por usted"

Betty miró a su mamá, incrédula.

"Mamá a usted que le está pasando, qué fue lo que le dijo don Armando para que ahora esté de parte de él"

"No, yo no estoy de parte de él... Es sólo que pues cuando conversó conmigo, me dijo que se sentía muy arrepentido por lo que le había hecho a usted y que en medio de todo ese juego con el amigo, él se enamoró de usted"

Betty negó con la cabeza, suspirando, Armando había logrado convencer a su mamá con sus mentiras.

"Mamá, cada vez que tiene oportunidad él me cuenta esa misma historia. Yo no le creo, se lo creerá él, y por lo visto, usted" le dijo mirándola de mala manera.

"Ay mija, yo lo vi muy sincero" comentó angustiada.

Betty recordó un pensamiento que había tenido hace un tiempo atrás...

En algún momento me confundí, llegué a pensar que él sentía algo por mí pero no puedo equivocarme. Ese hombre afectivo, ese hombrr que a veces parece irradiar algo por mí es el mismo que me destruyó, es el mismo que puede estar disfrazado de ternura y mantener oculto el puñal.

Y sin duda era así, ella no olvidaba su traición, el engaño, el vil y sucio juego y como lo había tapado con sus tarjetas, su falsa ternura y su falso amor. Era claro que no creía en don Armando, y nunca lo haría, menos con lo que había hecho esa noche, eso de atreverse a leer su diario, sus pensamientos más íntimos. Ya no sabía hasta dónde podía llegar con tal de no perder su empresa.

Cada minuto que pasaba se convencía más de que debía irse pronto de Ecomoda.

Doña Julia vio el estado anímico de su hija y decidió no molestarla más. Le deseo buenas noches y salió de la habitación.

Yo soy Betty, la fea; Betty × DanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora