Diario Capítulo- 22

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Me dolía su desprecio. No me quitaba de la cabeza, por mucho que lo intentaba, la manera en como golpeaba la pared con esa furia y momentos después me besaba con esa intensidad que me hacía olvidar todo lo que me rodeaba. Definitivamente, no entendía sus cambios de humor.

Gracias a Dios no lo volví a ver en toda la mañana. Ni en los pasillos, ni en almuerzo y eso me alegraba. Estaba decidida a mantener las distancias con él y centrarme en Steve. Otro misterio para mí que estaba dispuesta a desvelar a toda costa. Sentada en el escalón, esperé a que Ian saliera para irnos a casa y comenzar a arreglarme, sin embargo, pasaron los minutos y él no salía. Harta de esperar entre y comencé a buscarlo por todos lados. Mi intuición me llevó hasta la biblioteca y no me equivoqué al verle ahí. Entré despacio y me escondí entre las estanterías para evitar que me viera. Quería saber qué le pasaba, ya que él parecía muy enfadado. No estaba solo, Steve y uno de los amigos de Vega "Dylan" estaba con ellos.

-Ella queda al margen de todo esto -rugió Ian con los dientes apretados- haz lo que tengas que hacer, pero mantenlo lejos.

-¡Joder! Lo he intentado, pero esta obsesionado en que tiene la culpa -le replicó Dylan levantando las Palmas de las manos- lo mejor sería que te la llevarás de aquí.

-¿De verdad crees qué la dejaría en paz si se la lleva? Vamos no seas imbecil -agregó Steve meneando la cabeza- las notas las ha recibido hasta en la cabaña de sus padres, así que si no le detenemos le hará daño.

Entendí que Jael era quien estaba detrás de todo eso y quería saber qué era lo que había hecho tan grave para que me odiara tanto. Me acerqué un poco más para poder escucharles con más claridad. Sus caras mostraban preocupación y sus gestos eran de desesperación absoluta.

-Deberíamos de contarle la verdad -sugirió Ian paseándose de arriba abajo- quizás entendería...

-¿Estás loco? -le interrumpió Dylan- si se entera de la verdad, tú, yo, él y toda nuestra familia estaríamos en peligro. Vosotros, lo que tenéis que hacer es mantenerla lejos de nosotros ¿Entendido? Ya veré como lo hago para desviar su atención.

Asintieron los dos y aproveché ese momento para salir de ahí antes de que me vieran. Corrí por los pasillos y me senté en el escalón como si no hubiese escuchado nada. Al salir ni siquiera me saludó. Se fue directo al coche y yo iba detrás como un perrito faldero. Después de todo lo que había escuchado a mí tampoco me apetecia hablar con él, así que agradecí su silencio durante todo el trayecto a casa. Abrió la boca al bajar del coche, pero no le dejé hablar, porque me marché del garaje a toda prisa. Me inquietaba no saber lo que sucedía y acababa de comprobar que con ellos no podía contar, así que la única solución era averiguarlo de otra manera. Mientras subia las escaleras se me ocurrió una idea. Entré en mi habitación y marqué el número de Karen. Ella se había criado en los barrios bajos y por lo tanto podría ayudarme a buscar alguna información sobre Jael y su pasado.

Me contestó al cuarto tono. Le dije que necesitaba su ayuda y ella sin preguntarme nada, me respondió que en diez minutos pasaría a buscarme. Pasado ese tiempo me mandó un mensaje avisando que ya había llegado. Bajé con cautela y salí por la puerta del jardín para que nadie me viera y ahorrarme los interrogatorios. Si los que me rodeaban no eran capaces de confiar en mí y contarme la verdad, yo tampoco lo iba a hacer.
Me acerqué a su coche y salió para saludarme con un abrazo.

-¡Has tardado mucho en llamarme! -musitó dulcemente. Se separó y me miró de arriba con las cejas levantadas- ¿Desde cuando te has vuelto hippie?

-Desde que mi vida se ha vuelto una batalla campal -suspiré abatida mirándola a los ojos- perdón por haber sido una pésima amiga.

Juego Peligroso (Pausada)Where stories live. Discover now