Nine

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Por fin había llegado el sábado y la Taiwanesa estaba bastante emocionada, puesto que su hermosa salida se había pospuesto, más ahora estaba feliz de que al fin y al cabo se haya podido dar.

A pesar de que quedaron en verse como a las dos siendo ella quién puso la hora indicada, su nerviosismo y emoción era tan grande que apenas dando las 12:30 ya se encontraba lista, únicamente esperando a que diese la hora indicada.

Con tantas emociones encontradas decidió llamarle a su amiga para pedirle un poco de "apoyo moral" lo cual esperaba le diera en vez de que se burlara o algo parecido.

—¡Tzu! ¿Qué pasó? ¿Cómo estás? —Atendio al otro lado de la línea, la de más baja estatura.

—Chae, necesito tu ayuda, ¿Qué se debe hacer en una salida? —La menor no supo expresar bien su pregunta, lo que causó una cara de confución en la pelinegra, sabiendo aún que no era vista.

—¿Cómo? No no te entiendo, a que te refieres ¿con una salida? Hemos hecho muchas digo no es nada complicado...... Oh espera ya entendí ¡Tendrás tu cita con Sana!  —Chaeyoung a pesar de que si se tardó un poco en comprender lo que quería decir su menor, entendió mejor al recordar el día en el que Sana fue a la cafetería y realizó la llamada.

—¡No es una cita! Ah como sea ¿Que hago?

—Pues nada, solo actúa normal y ya.

—Espera...... ¿Tu como sabías de ésto? Yo no te conté nada. —La menor hizo memoria de los últimos días hablados con su amiga y podía asegurar que no le contó de su salida del fin.

—Ah si, bueno, yo..... Que dices cariño ¿que te ayude? Ya voy. Ay Tzu me gustaría seguir hablando pero debo irme, suerte en tu cita~ —Y así sin decir más la de menor estatura se libero de las preguntas que seguro lloverian en su contra por saber de lo que sucedería.

—¡No es una cita! Ja me colgaste porque le temes al éxito. —Dijo la menor hablándole sola a su celular, sabiendo que ya no era escuchada pero no quería callarse, no hoy.

Cuando menos se dio cuenta una llamada era entrada a su celular, al leer el destinatario no lo pensó dos veces  y atendió sin ninguna espera.

—¡Sana! ¿Qué tal? —Muy efusivamente atendió la llamada, quería ya que su salida se realice lo más pronto posible.

—Todo bien, solo quería saber si es posible que pase por ti antes. —La japonesa se encontraba bastante nerviosa ya que por igual que Tzuyu de tanta emoción ya solo estaba esperando la hora indicada más ya no pudo y decidió llamar a la menor para preguntar si podría adelantarse la salida, esperando le diesen una respuesta afirmativa.

—¡Claro que si! Puedes venir ya si gustas o ¿prefieres que vaya yo a un lado?... Es que no se dónde es tu casa...—La menor contesto tan efusivamente al inicio que logro una sonrisa en la contraria más se desvaneció al escuchar el cambio de voz en su menor al mencionar que no sabía llegar a casa de la pelirrosa, lo que a la Japonesa le dolió en parte pues nunca había invitado a Tzuyu a su casa. A pesar de que vivía sola.

—Esta bien Tzu, pasaré por ti, en menos de 20 minutos estaré allá. Ponte más bonita de lo que ya eres ¿De acuerdo? —La japonesa una vez dicho esto se levanto de dónde estaba dirigiéndose a la puerta pues no quería hacer esperar a la Taiwanesa más de lo debido.

Tzuyu por otro lado estaba ahora más nerviosa de lo que ya se encontraba, seguro sus mejillas le podían competir a un tomate, las palabras dichas por la contraria no eran ciertas ¿Verdad? Ella realmente no era tan bonita ¿O si?

La menor no dijo palabra alguna nuevamente gracias a estarse debatiendo mentalmente acerca de lo que hacer o no hacer, incluso llegó a la idea de cambiar su ropa más eso sería perder más tiempo en buscar nuevo atuendo y no haría esperar a Sana. Unos largos minutos pasaron hasta que la mayor se atrevió a hablar no sabiendo si la chica seguía ahí gracias al silencio que se producía.

—¿Tzu? ¿Dije algo que no debía? Mira si te incomode yo...

—¡No! No es eso, yo.... Ah olvídalo, me estoy poniendo más nerviosa de lo debido, pero es bueno porque ya quiero verte.... —Ahora la castaña se sentía un poco avergonzada por el hecho de quedarse callada haciendo creer cosas no verdaderas a la otra y  junto a eso por la forma en la que dijo sus últimas palabras.

—Oh gracias al cielo, por un momento creí que te habías molestado y cancelarias todo de último momento. —Literalmente tras lo dicho de la Taiwanesa, el aire pudo regresar tranquilamente a la Japonesa, que no se dio cuenta en qué momento empezó a contenerlo ligeramente no queriendo evidenciarse de igual manera gracias a los nervios.

—Lamento espantárte, yo no cancelaría de nuevo nuestra salida, creo que ya con una vez basta. De verdad me gustaría pasar un rato contigo Sana. —La menor sonrió pues estaba segura de lo que dijo.

—Me alegra tanto escuchar eso linda, créeme yo también quiero lo mismo, quiero que está tarde sea agradable para las dos. Me aseguraré de que todo salga fantástico. A lo que me recuerda ¿A dónde vamos? —Lo que era cierto era que si la Japonesa aún no estaba enterada de a dónde irían más podría asegurar que sería genial.

—Lo sabrás cuando llegues, te diré una vez estés aquí en mi casa. —La menor más emocionada contesto, pues esperaba que no llegara tan pronto para que no descubriera su no tan fantástico lugar.

—Genial, entonces baja a abrirme. —Así como lo dijo la japonesa, colgó la llamada y tocó el timbre de la casa esperando ya por lo que pasaría.

Night Party [Satzu]Where stories live. Discover now