VEINTIDÓS

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Segunda Ley de la robótica: "Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto si estas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley."


Yoongi se sentó al lado de la cama de Hoseok, observando al humano inconsciente.

Él lo sabía todo.

Una vez que Seokjin los llevó al hospital —Yoongi estaba bastante seguro de que no estaba obedeciendo los límites de velocidad— y a Hoseok le colocaron un tanque de oxígeno, Yoongi sacó el chip complementario. Fue difícil, y realmente no había logrado nada. Todo lo que hizo fue darle a Yoongi un millón y un posible diagnóstico.

Seokjin había entrado después de hablar con el médico y le dio a Yoongi la respuesta, así como su chip complementario.

—Cuando Hoseok era más joven... —dijo Seokjin mientras se sentaba al lado de Yoongi—. Su madre murió de fibrosis quística. —Yoongi permaneció en silencio, aunque su cerebro estaba moviéndose lentamente—. Y la fibrosis quística es... puede transmitirse a través de los genes.

Yoongi asintió.

—Hoseok la tiene, ¿cierto?

Seokjin asintió y suspiró, pasándose una mano por la cara. Parecía cansado y mayor de lo que normalmente lo hacía.

—Una de las razones por las que Hoseok aleja a la gente y no tiene amigos es porque no quiere que herirlos cuando muera. —Yoongi sintió un dolor en el pecho al escuchar esa palabra. Muera... le recordó la mortalidad humana. Y que Hoseok lo iba a dejar—. Por eso le conseguí un robot, porque era un fuerte creyente de que los robots no pueden sentir y, según esa lógica, no pueden ser lastimados por las emociones. —Yoongi miró a Hoseok, preguntándose qué estaba sintiendo si no eran emociones. Nada... no estaba sintiendo, la computadora que funcionaba como su cerebro le decía que estaba sintiendo para así poder responder correctamente a lo que estaba sucediendo a su alrededor—. Pero incluso entonces, aún así te ocultó su enfermedad... —Seokjin miró fijamente a Hoseok—. Ha estado ocultando sus síntomas por un tiempo.

—¿Por qué?

Yoongi miró a Seokjin, que todavía lo observaba con la mirada vacía.

—No quería que te preocuparas por él.


Cuando Hoseok se despertó, sintió que algo le entraba en la nariz y suspiró. Le habían colocado un tanque de oxígeno.

—¡Hoseok!

Hoseok sintió que un par de brazos lo envolvían y que una cabeza se enterraba en su cuello. Hoseok abrazó a Yoongi tan fuerte como pudo.

—Lo siento... —dijo en voz baja, besando la parte superior de la cabeza de Yoongi.

El doctor entró en la habitación, sosteniendo su portapapeles sombríamente en su mano. Yoongi no se movió, pero Hoseok levantó la vista, no gustándole la expresión del médico.

—Pareces decidido a venir aquí solo cuando sus enfermedades están en su peor momento —dijo, colocando el portapapeles sobre la mesa y revisando el pequeño dispositivo en forma de reloj en el brazo de Hoseok.

—Oye, acudí a ti hace un par de días —respondió Hoseok, la mano envuelta alrededor de Yoongi, acariciando suavemente su cabello.

—Cierto... —El doctor suspiró—. Aún así, no me dijiste que las cosas estaban tan mal.

—No quería estar conectado a una máquina.

Yoongi lentamente levantó la vista del cuello de Hoseok. Incluso después de llorar, todavía se veía perfecto. No había signos de la hinchazón o el enrojecimiento que los ojos tenían usualmente. Se veía como lo hacía todos los días.

—Bueno, supongo que es un poco tarde ahora.

Hoseok asintió, mirando el tanque de oxígeno y luego el reloj que tenía en la muñeca.

—Sí... —Yoongi sollozó, sentándose lentamente y secándose los ojos—. Oye, Yoongi, no llores... he tenido años para resignarme a este destino. Está bien.

Hoseok pasó una mano por el cabello de Yoongi antes de acunar su mejilla.

—Y-yo no lo he hecho. Me acabo de enterar hoy.

Hubo una punzada de culpa en el pecho de Hoseok.

—Lo siento...

—E-Está bien.

Hoseok retiró la mirada de Yoongi y miró al médico.

—Probablemente puedas irte a casa. Solo tienes que permanecer con el tanque de oxígeno y asegurarte de no esforzarte. —Hoseok asintió, intentando sentarse—. Espera, solo quédate ahí. Te conseguiremos una silla de ruedas.

—Soy perfectamente capaz de caminar —dijo Hoseok gruñonamente, ignorando al doctor—. Todavía no estoy tan débil, déjame disfrutar de mis piernas mientras puedo usarlas.

—Está bien... —el doctor suspiró derrotado.

—Iré a buscar a Seokjin, espera aquí —dijo Yoongi, recordando que fue Seokjin quien los trajo aquí.

Se levantó, tratando de recordar a dónde dijo Seokjin que iba a estar.

El comedor...

Yoongi salió corriendo de la habitación del hospital y se dirigió hacia donde creía que estaba el comedor, no queriendo dejar a Hoseok por demasiado tiempo. Seokjin estaba sentado en una mesa en el comedor vacío, rodeado de latas vacías de cola. Miró a Yoongi cuando éste se acercó a él.

—¿Está despierto? —Yoongi asintió—. Eso es bueno.

—Quiere ir a casa.

Seokjin suspiró, poniéndose de pie.

—Supongo... que es mejor que nos vayamos entonces.


Ya subí el primer capítulo de mi nueva traducción, por si les interesa lol. Es un Jinkook. llamado Skype, es preciosito.

¡Adiós!

Perfecto (YoonSeok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora