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"He oído por ahí que los ojos son la ventana del alma, que con tan solo verlos se pueden entender todas aquellas emociones que una personan se reúsa a expresar. Y la tuya... no sé qué expresa.

No lo sé, porque no me he atrevido a mirarte directamente a los ojos, ni siquiera por un segundo. No sé qué podría llegar a pasar si los miro por más tiempo, pues sin hacerlo provocas tantas sensaciones en mí que no logro explicar.

Me siento como una torpe con cualquier actividad que haga, incluso con aquellas en las que puedo considerarme buena. Mi cuerpo se entumece y la movilidad es tan limitada que tiendo a quedarme en un solo lugar con la vista hacia otro lado o trato de "hacer" cualquier otra cosa para disimular ese desequilibrio que provocas en mí, pero aun así no dejo de sentirme nerviosa.

Quisiera poder ver tus ojos por unos instantes... sin importar que esas llamas desbordantes quemen todo mi ser y me invadan de un calor que no pueda controlar. No me importaría quedarme inmóvil ante ti, si tengo la mínima oportunidad de saber qué es lo que tus ojos expresan.

Estría dispuesta a sucumbir ante ese fuego abrazador de tu mirada, sin temor a quemarme...

...


Otro día y esta vez quienes se encontraba en el aula eran Uraraka, (Nombre) y Tsuyu que platicaban animadamente. No le prestaron atención en cuanto llegó, o eso fue lo que vio, pues la azabache se mantenía de espaldas a la puerta con tal de no verle y ponerse nerviosa, quizá llegaría el momento en que le viera a la cara, pero aún con ese plan no estaba preparada. El resto de las chicas llegó y nuevamente se dio ese cruce de miradas con las otras dos compañeras de cabello oscuro. Le molestaba tener que estar dentro de ese maldito juego que había creado la chica con tal de no ser descubierta ¿Por qué simplemente no se atreve a decírselo a la cara? Que acepte que ha escrito todo aquello para que él pueda reclamarle por meterse en su vida y representar un obstáculo que desea superar, pero no puede.

Las clases iniciaron con normalidad y ese característico cansancio de Aizawa fue contagiado a algunos de los alumnos que esperaban con ansias el receso para salir de ahí y comer mientras conversaban de cualquier tema que no fuera de la clase. Solo bastaron algunas horas y aquella espera terminó.

•••

La hora del almuerzo llegó a su fin y antes de poder regresar al aula (Nombre) se apoderó del brazo del peliverde arrastrándolo a otro lugar sin previo aviso. Uraraka se encargó de Iida y Shoto pidiéndoles regresar al salón sin necesidad de esperarlos, al principio Todoroki no estaba tan convencido e Iida no dejaban de llamar al par que se alejaba, diciéndoles que no corrieran por los pasillos, mas la insistencia —y empujones— de Ochako les hicieron aceptar y retirarse.

Por otra parte, la azabache logró encontrar un espacio libre de otros compañeros, perfecto para pedirle un gran favor—. ¿Que sucede (Nombre)-san? —inquirió Izuku confundido, observando el agarre de su compañera que a los pocos segundos lo soltó.

—Deku-kun... —suspiró la joven cansada—. Tal vez sea mucho lo que te pida... pero necesito de tu ayuda.

•••

—¿Qué te detiene? —logró escuchar la voz de Asui en el aula. Regresaba de la cafetería, se adelantó y dejó a su pequeño grupo de amigos que deseaban comprar un snack antes de regresar a las clases. Disminuyó la velocidad de su caminar al percibir una segunda voz que reconoció al instante.

Diario perdido  •Katsuki Bakugō•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora