Capítulo 7

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· Segunda parte ·

La silueta se movía ligera, levantando en peso a los demás Nhereos que rodeaban la zona, un grupo numeroso de hombres salió de entre la mugre tras haberse mimetizado a la perfección con el ambiente y atacó al equipo de superdotados, dándoles baja. Otro grupo más servía de barrera para defender a los que escapaban de la masacre.
El verdugo vio a Gamma y Tercero marcharse con Alpha a sus espaldas, parecía estar pensando en algo y echó a correr tras el dúo, buscando alcanzarlos. Quienes lo cubrían lo atacaron, obligándolo a buscar protección entre los muros. Perseguían a los que llevaban capturados, algunos fueron traídos donde los defensores; y aunque quisieron traer al resto, no pudieron. El portal se cerró al terminar de ingresar el último. Negó y dejó salir un grito impotente. Maldijo y cayó sentado en la tierra.

Otro enmascarado se acercó a él, palmeando su espalda al igual que otra muchacha, de aspecto similar a Gamma. Su cabello era castaño claro y la piel mostraba claras señales de bronceado, esas eran las únicas diferencias con la Nherea, porque hasta en la ceja partida eran idénticas.

—Tranquilo —calmó ella agachándose a su altura—. Estará bien... va a estar bien.

—¿Tranquilo? —protestó quitándose la máscara de un tirón—. ¡¿Crees que puedo estar tranquilo con lo que pasó?!

—¡No me culpes por esto! —retó poniéndose de pie—. ¡Era obvio que se lo llevarían!

—¡Me culpo a mí de no haberlo seguido y traído de regreso! —sollozó bajando la vista al suelo—. Soy un maldito... estúpido. Lo dejé ir...

—Cariño —consoló abrazándolo—. Al menos podrán curarlo...

—Cada vez son más... El Xenón funciona todavía —mencionó el enmascarado segundo quitándose la cubierta del rostro y examinando a los Nhereos caídos—. No habrían dejado que lo tocaras siquiera, Gray.

—Lo habría sacado de todas formas. Es mi hermano, Levi.

Al igual que para Alpha 237, los años también habían pasado para Gray Dunn. Ya no era el niño de ocho años que huía de los Nhereos para no ser atrapado, no volvió a esconderse de ellos después de ver cómo se llevaban a su hermano mayor. Decidió no hacerlo de nuevo y dedicarse a salvar vidas de la misma manera que Levi Landstrom lo hizo con él.
Gray había crecido en años y físico; rozaba los 190 centímetros, era delgado y de cuerpo entrenado, su cabello rubio oscuro le llegaba al hombro, atado. Conservaba sus ojos pequeños color miel clarísimos, el mismo lunar bajo el labio inferior y la mejilla derecha. Los días bajo el sol de verano había tostado ligeramente su piel y los campos de batallas, cicatrices corporales y psicológicas. Y cada día resultaba peor que el anterior para el joven Dunn.

Echó un vistazo al entorno, la resistencia cargaba cosas al transporte y a los nuevos refugiados, mientras que su mente se atormentaba con voces, en especial la de su hermano.

«No importa lo que me pase. No dejes que te atrapen jamás».

Esas palabras resonaban en la cabeza del joven Dunn cuando era transportado junto a la resistencia sobreviviente en un viejo camión adaptado que funcionaba con energía solar —la poca que había—, de regreso al escondite. Había sido testigo de lo ocurrido en el campo, vio todo, desde el momento en que llegaron hasta su intervención para salvar a Gary, convertido en el nuevo Alpha 237; líder de los Nhereos. Posible mano derecha del tirano John Hiringger.
Una original y verdadera máquina de matar.

Se había escondido exitosamente tras un paredón, de dos balazos bajó a uno y de tres a otro, todo marchó bien hasta que se topó con él.

Pudo verlo reflejado en un trozo de espejo en lo que tomaban posiciones para emboscarlos tal como lo planearon antes de alcanzar a los restantes de la resistencia; Gary lucía aterrador en verdad con toda esa ropa negra, pechera metálica gris oscura con la inscripción de su nombre. Fue tan sorprendente verlo echarse sobre las armas atacantes al tiempo que de su brazo brotaba un cañón.
Disparó contra ellos, sin temor alguno... tal como cuando era un niño. En un parpadeo, Gary estuvo sobre los tiradores, deshaciendo sus instrumentos y lanzándolos lejos.
Ese no podía ser su hermano, ¿qué habían hecho con él? ¿Dónde estaba ese muchachito protector de inquebrantables valores y amoroso?

NHEREOS: Nacer para Sobrevivir © [NHEREOS #1] [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora