LA AMANTE

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-Por Lady Pecosa-


Capítulo 12


Fue soltando el aire lentamente, sin abandonar la postura, así llego al banco, el joven Patrick lucía bastante aburrido, sentado en una banca cercana a la entrada del lugar. Terry paso a su lado y entro rogando para que su imagen no fuera impedimento en el retiro de efectivo que debía hacer, él iba a esta sucursal con frecuencia y los empleados lo tenían muy bien identificado, pensó en ir a otra sucursal, pero sin auto le tomaría mucho más tiempo del deseado, esta ocasión sí que se puso realmente nervioso, pues si lo encontraban sospechoso quizá hasta a las policía llamarían, y el problema sería mucho mayor, para su fortuna Ailett la cajera en turno era una de sus más fieles y enamoradizas admiradoras

-"Señorita Ailett, ¿a que no me reconoces?"- dijo Terry con una coqueta sonrisa, que se convirtió en divertida al notar la cara de asombro de la chica

-"¡¡¿Señor Graham?!!"-. Terry puso su dedo sobre sus labios apurándola a callar

-"¡Shhh!, ¿acaso no sabes guardar un secreto hermosa?"- le dijo sintiéndose cada vez más seguro y tranquilo

El rubor no se hizo esperar en la chica, -"En verdad sino hubiese hablado jamás lo hubiera conocido"- le dijo ahora en tono de excesivo secreto.

Terry sonrío -"¿Y si hubiera utilizado este acento me habrías descubierto"- le dijo con un marcado acento sureño, ante lo que la chica sonrío sorprendida y aún más admirada

-"¡Dios!, es usted perfecto"- y un escandaloso rubor se extendió por todo su rostro... -"Es decir, de verdad no lo hubiera identificado, -"¿Por qué viene vestido así?"- pregunto intentando componerse un poco

Terry sonrío verdaderamente divertido, -"Es un secreto... ¡mmm!, quizá algún otro día te lo cuente"- agregó coqueto, -"Por ahora cuento con poco tiempo, y necesito hacer un retiro"-

De esta forma realizó la transacción sin mayor conflicto, retirando una importante suma de efectivo. Salió del banco con rumbo al mercadillo, un poco más apresurado, compro suficiente para abastecer su alacena para algo más de una semana, se sentía ya más relajado, entonces al doblar la esquina paro en seco, pues una sensación de mareo lo invadió, respiro un poco y luego vio un taxi disponible, sin pensarlo mucho subió en él, era una tontería, pero él no iba a comprar cualquier ropa para su chica, y mucho menos algo tan importante como su calzado, así que pidió al chófer lo llevara a la recién remodelada tienda departamental Lord & Taylor.

Por segunda ocasión al bajar del taxi Terry experimento un nuevo mareo que no paso como el anterior sino le dejo una sensación de dolor en la cabeza. Pensando que se debía a la falta de alimento, continuo su recorrido llevando varios artículos para Candy, incluida la moderna ropa interior, un par de abrigos, vestidos cálidos y calzado. Al salir de la tienda, noto como el malestar en su cabeza era ya mucho más intenso y al subir al auto que lo llevaría de regreso a su departamento, pudo percibir el calor de todo el cuerpo. Ya era casi media tarde cuando finalmente arribo a su departamento, se sentía muy enfermo. Cuando abrió la puerta, descubrió el lugar muy silencioso, -"Señorita Candice, he llegado ya"-, dijo mientras se dirigía hacia el área de cocina, más al no obtener respuesta lo asalto de nuevo ese temor de que ella no estuviera, -"¿Candice?, ¡Candice!"-, la llamo en voz alta en lo que recorría con velocidad el departamento, hasta llegar a su propia recamara y descubrirla tirada en la duela, -¡¡oh Dios mío, Candice!!, ¿Que sucedió?"- dijo acercándose rápidamente a ella, levantándola en vilo para colocarla sobre la cama, a pesar de su propia temperatura la pudo sentir, ella estaba ardiendo en fiebre, y desde ese momento cualquier malestar suyo desapareció, corrió a la cocina para buscar algo que lo ayudara a hacerla despertar, trajo consigo unas sales y algo de alcohol, y en unos minutos ella empezó a reaccionar

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