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Seguía sin entenderlo. ¿Acaso no era suficiente para él? ¿ Había hecho algo mal? ¿Siquiera era su culpa el que Regulus la haya alejado de él de esa forma?

Aquel último tiempo había sido un infierno para ella. Intentaba mantenerse lo más alejada de él, pero el maldito no se la dejaba fácil. O tal vez era simplemente ella que le costaba dejarlo. Estaba segura de que todos habían notado aquellos comportamientos extraños entre Regulus y Phoebe. Después de todos no eran muy disimulados, todos se daban cuenta que cuando entraban a una habitación, el otro se quedaba callado se iba. Ellos creían que no se habían dado cuenta, pero había que ser muy estúpido para pasar por alto aquellas miradas furtivas o los silencios incómodos que se araban.

La primera en notarlo había sido Narcissa. La mujer se había acercado a ella para preguntarle qué sucedía entre ellos dos, dejando a Phoebe sin palabras. No se esperaba en lo absoluto que ella lo note y le pregunte. Luego de una conversación bastante intensa, Phoebe terminó confesando que lo quería y que había pasado algo entre ellos. Narcissa le dijo que lo que había hecho él de alejarse estaba bien, pues ella aún era menor de edad, pero ella todavía se preguntaba si había sido necesario que él sea tan borde. 

Phoebe finalmente había aceptado que alejarse era lo mejor debido a su edad, pero no estaba dispuesta a perderlo. Si el problema era la edad, entonces en dos meses podrían volver a estar juntos. Ella cumpliría diecisiete y sería mayor de edad en el mundo mágico. No le importaba mucho que aún era menor en el mundo muggle, pues no pensaba volver ahí.

Se acomodó en un sillón al lado de Nymphadora y suspiró, aburrida.

—¿Y si salimos? —preguntó la pelirroja.

La metamorfomaga rodó los ojos y negó.

—Te dije que no. Puede verte algún seguidor de Quien-tú-sabes y si te pasa algo es mi responsabilidad. No vamos a salir a ningún lado.

—Pero me aburro, Dora.

—Pues busca algo para divertirte aquí dentro, Phoe. Lo siento, pero es por tu seguridad.

Phoebe rodó los ojos ero no dijo nada, pues lo entendía. Estaban haciendo de todo para cuidarla de Voldemort como para que ella salga sólo porque se aurría y la secuestren.

No pudo responderle a Dora, pues una lechuza marrón algo tambaleante entró por la ventana y se acercó a la pelirroja. Ella tomó la carta que tenía en su pico haciendo que el animal ulule feliz y le hizo unas caricias en la cabeza. Cuando se fue, abrió la carta. 

Querida Phoebe.

Hola, hermana, ¿cómo estás? Espero que bien. No sabes cómo te extraño y lo raro que es venir a la escuela sin  ti, todo se siente diferente. 

En la escuela las cosas no están de lo mejor. Nadie cree lo que sucedió en la final del Torneo. Nadie cree que Voldemort volvió.  Al final Ron no es tan amigo como decía ser y se alejó de mí, al igual que muchos otros,  excepto Hermione. También es extraño juntarme algunas veces con Draco, incluso conocí a algunos de sus amigos, como Blaise y Theo. Blaise es como tú, le gusta hacer bromas y muy sarcástico; Theo es más tranquilo y estudioso, pero también es muy agradable, algo así como Hermione en versión hombre. Ellos también vienen de familias mortífagas, y aunque no quieren recibir la marca es probable que la reciban el año que viene. 

Supongo que oíste sobre Umbridge, ¿cierto? Es la nueva profesora de DCAO. Qué lástima que no estés aquí, porque así podrías jugarle un par de bromas. ¿Puedes creer que no nos deja practicar magia en su clase? Así que tal vez practiquemos nosotros mismos, pero tiene que ser en secreto porque es muy estricta.

No sé si podré enviarte otra carta. Están confiscando las lechuzas, por eso no pude enviar a Hedwig, y será mejor que tú no respondas esta carta. 

Por cierto, Draco y Hermione te envían saludos. Espero que puedas conocer a Blaise y Theo.

Te quiere, Harry.

¿Umbridge? Siendo sincera, no tenía ni la mínima idea de quién era. Nadie le contaba nada sobre cómo estaban las cosas en la escuela, solo sabía lo que Harry y Draco le decían en sus cartas, lo cual no era mucho. ¿Qué se suponía que aquello de ''estricta'' significara? Una profesora estricta era McGonagall. O Snape. ¿Quién era esta tal Umbridge y qué tan mala era? Necesitaba averiguar sobre esta mujer, y si se enteraba que había tratado mal a su hermano no había lugar en el mundo donde pudiera esconderse de Phoebe.

—Dora —llamó a su amiga. La mayor la miró—. ¿Quién es Umbridge?

Hubo un silencio que duró varios segundos. Tonks había perdido un poco de color de su cara y se notaba que no sabía qué responder, hasta que se levantó de golpe del sillón donde estaba sentada. 

—Lo siento... olvidé que... tengo que hacer algo. Adiós —balbuceó rápidamente y se alejó corriendo y chocándose con algunos muebles.

Definitivamente le estaban ocultando algo, y Phoebe iba a averiguarlo.

—¡Sirius! —chilló. Él hombre tardó unos segundo en aparecer, pero cuando lo hizo Phoebe se levantó y se acercó a él con la carta en la mano—. ¿Quién es Umbridge? Y no te atrevas a...

Pero su amenaza quedó en el aire, pues su padrino se fue también a paso apresurado lejos de ella.

No cabía duda. Phoebe averiguaría lo que sucedía costara lo que costara.

Sixteen [Regulus Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora