《 Los celos de un mejor amigo 》

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Skyler siendo avergonzado por su madre enfrente de Malia, finales de 1973

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Skyler siendo avergonzado por su madre enfrente de Malia, finales de 1973.

(supongamos que tiene el pelo negro)

Expresso de Hogwarts, 1973.

— ¿pueden darse prisa? Me muero de hambre chicas — rogó Alice.

— ¿alguien sabe dónde están mis vaqueros? — preguntó Marlene.

— a lo mejor te los has dejado en el cuarto de Jack... pillina — insinuó Dorcan mientras sus amigas reían.

Malia negó con la cabeza mientras sonreía. — Están aquí rubita. Debo ir al cuarto de Jeremy a recoger un par de sudaderas. — explicó ella antes de marcharse.

— ¿las sudaderas no son de Jeremy? — preguntó Alice confundida.

Dorcan asintió. — Cuando Malia dice "recoger" se refiere a "llevarse consigo las sudaderas de su novio". Creo que no tiene ninguna propia, entre los chicos y ahora su novio...

Alice soltó una carcajada, mientras Marlene seguía recogiendo. La castaña la observó y pronto se le hizo una duda en la mente. — Oye Marly... ¿todas esas noches en las que os escapais tu y Malia para ir a los cuartos de vuestros novios no iréis a...

La rubia abrió los ojos sorprendidas. — ¡No, claro que no! — contestó al instante. — Alice, por favor, no llevamos ni dos semanas ni Malia con Jeremy ni yo con Jack.

Alice y Dorcan soltaron una carcajada mientras la rubia indignada seguía recogiendo. — Además ¿os imagináis la cara de los chicos si creyeran que Jack o Jeremy... — añadió la rubia riendo.

— Desde luego a ninguno le gustaría, bastante es que acepten que tengáis novios — comentó Alice.

— ¿sabes? Tienes suerte Alice, aún no saben de tus quedadas con Frank. — le soltó Dorcan. — y yo aquí más sola que la una.

Alice se sonrojó notablemente. No solo habían quedado el sabado pasado, si no que también habían planeado verse en navidades, y, aunque la castaña no sabía muy bien que ocurría entre ellos, estaba bastante ilusionada con el asunto.

— ¡Mierda, casi me olvido! ¡enseguida vuelvo! — saltó dorcan de un brinco. — debo ir a recoger el juego de chocolates que montamos Remus y yo la otra noche.

Cuando la pelinegra cerró la puerta, Marlene miró a Alice. — Dorcan no está tan sola si tiene a su lobito.

La pelinegra, mientras, bajaba a toda prisa las escaleras, cruzó la sala común sin parar a saludar a algunos conocidos y nuevamente subió las escaleras que ahora conducían al cuarto de los chicos. Ya ninguno se sorprendía de ver a ese grupo de chicas subir y bajar esas escaleras.

《LA PRIMERA PELIRROJA》JAMES POTTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora