Culpas

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Cuando salgo de EcoModa y entro en mi carro no puedo evitar que me boten las lágrimas; son lágrimas cargadas de rabia, impotencia, debilidad y miedo. En todo el camino hacia mi casa, lo único que se me pasaba por la cabeza era la imagen de Armando y yo besándonos como lo hacíamos antes. Si yo no hubiese reaccionado, no sé cómo hubiese terminado todo. Enserio el sentimiento de culpa que llevo por haber aceptado entrar sola a su oficina es demasiado fuerte, es cierto, Beatriz me hizo sufrir demasiado, pero yo no soy igual que ella.
En mi cabeza aparece la imagen de Armando mirándome con deseo, ¡CARAJO! como es posible que un hombre sea tan egoísta?, en el momento en que me estoy recuperando de tanto dolor, en el momento en el que pensé que ya lo había superado todo, llega él otra vez a descontrolarme así!!! ¿por qué no puedo ser feliz?, ¿Cuándo podré librarme de la maldición de Armando Mendoza y sus encantos?, ¿Qué necesidad tiene él de verme sufriendo?, ¿por qué razón el no puede dejarme en paz?, ¿acaso no le bastó con todo lo que me hizo?.
Todas esas preguntas retumban mi cabeza, y a ninguna de ellas le hayo respuesta, creo que me voy a enloquecer.
Sigo llorando y pensando en todo, no sé que hacer, me quiero esfumar.

Logro llegar a mi apartamento después del terrible encuentro con Armando.
No lo puedo creer, como pude caer en sus redes?.

En realidad había pasado muy poco tiempo desde que yo me había ido de EcoModa, era más que obvio que aún me moviera el piso, pero lo que pasó hoy, yo lo pude haber evitado.

Llega la noche y ya estoy en mi cama, ya mañana es el lanzamiento de la colección, quiero ver a Hugo y a todos, pero lo que sucedió con Armando me hace querer desaparecer del mapa. No puedo negar que la idea de volver a ver a Armando lo consideraba algo difícil para mí, pero después de lo que pasó hoy ya sólo puedo sentir asco cada vez que pienso en él.
Trato de dormir, pero me es imposible, me encantaría que Patricia estuviera aquí conmigo para poderle contar todo, desde que nos fuimos de EcoModa no hemos vuelto a hablar, ella se fué para España y lo último que supe es que está terminando su carrera de finanzas. Me hace falta mi "Peliteñida", pensar en ella me hace sonreír, pero inmediatamente vuelve la imagen de Armando a mi cabeza, no quiero saber más de él, de verdad no quiero verlo, y mucho menos a Beatriz, ella está viviendo lo que yo en algún momento también viví. Creí que Betty había logrado cambiar a Armando, pero veo que no es así, él es como una sanguijuela, sólo busca de alguien que pueda llenarlo y cuando ya obtiene todo de esa persona, se va.
Después de varias horas pensando en lo sucedido, logro quedarme dormida.

*Mientras tanto Armando.....*

Me pongo neurótico, como pude hacerle eso a Marcela? Dios!!.
Betty no se puede enterar de esto, le fallé.
Estoy como loco en la oficina, betty se fué para la casa sola, yo le dije que tenia unos asuntos que resolver antes del lanzamiento, pero la verdad me quiero emborrachar, quiero olvidar todo. Acabo de llamar a Mario, necesito desahorme de todo y contarle a alguien lo que pasó.
¿Cómo puedo ser tan basura con las mujeres que solo me han brindado su corazón?, ni Betty ni Marcela merecen todo lo que yo las he hecho sufrir, soy un asco de ser humano.
Me acabo de servir un whisky, y justo cuando estoy dispuesto a llorar, llega Mario con cara de preocupación:
-Que hubo hermano? Qué le pasó?.

-Hermano, soy lo peor.

-Pero que pasó? No me diga que volvió mi león y se metió con alguna de esas modelos nuevas, que por cierto están divinas.

Miro a Mario con rabia, como puede verme tan mal y aun así ser tan inmaduro?.

-Hermano sea serio, estoy mal, acabo de cometer el peor error de mi vida.

-Pero que hizo? Cuénteme.

Tomo un sorbo del whisky y le digo:
-Me besé con Marcela.

La cara de asombro que pone Calderón no la puedo describir, parece emocionado pero a la vez preocupado, entonces dice:

-Oiga! Usted si es campeón, no se si abrazarlo y felicitarlo o darle cátedra por que engañó a Betty.

La verdad pensé que hablar con Mario me iba a ayudar a aclarar mi mente, pero cada vez me confunde más, no sé porqué siempre pienso en él para contarle mis problemas.

-Cité a Marcela en mi oficina para.....
Mario me interrumpe y dice:
-Pero como hace eso? Cómo se queda a solas con ella? Vea que ella volvió más hermosa que antes, mejor dicho, está hecha un bombón y eso es una tentación muy grande.
-Ay yo sé, yo sé, pero que hago? Quería hablar con ella de lo nuestro, quería limar asperezas, pero creo que dañé todo, ahora es peor; no me pude controlar, verla tan decidida, como si ya me hubiese superado, me puso débil y me hizo recordar todos los momentos que viví con ella. No sé hermano, estoy confundido.

-Pero qué? Ella que hizo? Lo rechazó? Le pegó? Que hizo?.

-Eso fué lo peor de todo, ella aceptó mis besos y mis caricias, pero después ella reaccionó, me empujó y se fué.

-Eso es buena señal, ella todavía siente algo por usted, donde lo odiara, le hubiera pegado su bofetada.

-No! Eso no es buena señal, eso lo único que significa es que le estoy haciendo daño otra a vez, y encima de eso también engañé a Betty.

Mi conversación con Mario continúa, pasan las horas y la única conclusión que sacamos de todo esto es que soy lo peor del mundo.
Mario y yo nos despedimos y por último él me dice:
-Que le va a decir a Betty?.
-No lo sé, pero no le puedo decir la verdad.

Me dirijo a mi apartamento y sigo pensando en Marcela, ¿por qué no la puedo olvidar?, yo sé que ella es una persona muy importante en mi vida, pero yo estoy con Betty y la amo.
Al llegar al apartamento, veo que Betty me está esperando despierta, pongo los ojos en blanco y me dirijo hacia donde ella:
-Hola mi amor! Por qué sigues despierta?.
Voy a darle un beso pero ella lo esquiva y dice:
-Estabas bebiendo? Por qué?.
-Ay! Te dije que debía cuadrar unos asuntos para mañana, ya sabes como me pongo antes del lanzamiento y pues......
Ella me interrumpe y dice:
-Estás así por el regreso de Doña Marcela?
Su pregunta me sorprende, no quiero que betty se entere de lo sucedido así que trato de disimular.
-No mi amor, ella no tiene nada que ver con esto, más bien vámonos para la camita porque mañana tenemos que madrugar.

Ella me sonríe y me da un beso.
Eso me hace sentir peor, Betty es demasiado amorosa conmigo, no lo merezco.
Betty y yo nos vamos a la cama, ella me abraza e instantáneamente queda dormida, yo no puedo dormir, al parecer será una noche muy larga para mi.

La vida después de ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora