Silhouette [1] ➳ Fred Weasley

ii. xv

❝You're wonderful.❞

El día de la primera prueba llegó, todos se encontraban ansiosos por lo que la prueba traería, pero Nina era todo lo contrario, estaba nerviosa y preocupada por sus dos amigos; tanto la vida de Harry Potter como la de Cedric Diggory podían estar en riesgo por culpa de aquel tonto torneo, un paso en falso y todo terminaría. Aquella idea le era atemorizante y quizás esa era la razón por la que el azabache de lentes fue abrazado de una manera casi asfixiante por parte de la castaña en la mañana, Harry lo agradeció, mientras que Nina volvía a repetir lo que había dicho hace varias semanas atrás: no mueras.

El siguiente en recibir su preocupación el competidor proveniente de la casa de los tejones, para Cedric fue casi desconcertante ver un pequeño pajarito de papel caer sobre su regazo antes de que la prueba comience, pero el desconcierto pasó al ver a letra de su amiga, por lo que sin ser visto salió de la carpa observando como ella movía su pie con nerviosismo.

— ¿Qué es tan urgente? —preguntó Cedric llamando la atención de la Gryffindor, la mirada de Nina se concentró en él y segundos después ya estaba siendo abrazado por ella, en lo que para este fue una acción sorpresiva.

— Tienes que salir en una pieza, sin ningún rasguño.

— ¿Esa es la urgencia?

— Hablo en serio. —golpeo al de cabellos claros.

— Voy a estar bien, no va a pasarme nada. —dijo con una sonrisa— Tengo que llegar a agradecerte por tu apoyo en mi discurso cuando gane.

— Eso espero. —murmuró antes de volver a abrazarlo— No mueras, por favor.

— Lo prometo —susurró cerca del oído de la fémina—, ahora vete antes de que esa loca aparezca con su cámara.

— Suerte. —exclamó antes de salir hacia donde todas las personas se encontraban listas para presenciar lo que sería el inicio del torneo.

El delgado cuerpo de Nina se movió entre las personas hasta situarse en medio de sus dos pelirrojos amigos, quienes se miraron entre ambos antes de abrir el maletín. Los ojos de Thompson se posaron en el contenido dentro de este antes de posarse en los gemelos a sus costados.

— Es tu turno. —dijo Fred.

— Haz tus apuestas. —terminó George.

— Creí haberles dicho que no iba a apostar con ustedes. —les recordó— Y estoy muy nerviosa para apostar por la vida de alguien.

— Tu hermano ya lo hizo.

— ¿Por quién?

— Fleur. —dijeron ambos.

— Que rata traidora. —exclamó.

— Incluso Francis y Aurore ya hicieron sus apuestas. —volvió a decir Fred, Nina enfocó su mirada en él.