Capítulo VI

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Capítulo 6

Al día siguiente no llamó. Y aunque estaba convencido de que no lo haría, me había ilusionado pensando que Baekhyun pudiera tener razón.

Era culpa suya, naturalmente, lo que me había dicho rondó mi cabeza y alimentó mi esperanza, no podía evitar mirarlo con irritación al verlo de pie en el centro de mi dormitorio, distrayéndome de mis estudios sobre las anomalías de la psiquis.

–Bueno. Sabes que debemos regresar esta noche, ¿verdad?

–Eh... No. No lo haremos.

Se dejó caer sobre mi cama, boca abajo.

–Vamos. Te decides a hacer esto, y luego no le pones todo tu empeño.

–No es como si me estuviera entrenando para una carrera...

–Sí, es eso, exactamente –me interrumpió, con un movimiento de cabeza en señal de afirmación, y la luz se reflejó en los muchos clips que se había puesto en su melena corta y oscura–. Te estás entrenando para Junmyeon, considéralo como tus 5K.
Me mordí el labio mientras reflexionaba, debe haberme visto titubear porque continuó insistiendo.

–Vamos –insistió–. Es evidente que le causaste una impresión. Dos noches seguidas –agregó al tiempo que subrayaba la cantidad con dos dedos levantados frente a mi cara–.Tenemos que ir hoy también, esta vez iremos con otros, Luhan se va a un concierto con Kris así que les diré a Ten y a Key, nuestros vecinos pasillo abajo, están siempre dispuestos a divertirse, di que sí, Kyungsoo. 

Con un suspiro, cerré mi laptop.

–Está bien. Sí.

–Les avisaré a los chicos –anunció aplaudiendo, contento, y levantándose de la cama–. Tú ve a bañarte. Pero no elijas tu ropa todavía –me señaló con el índice apuntando hacia mí–. Seré tu supervisor de vestuario.

–Ya lo veremos –dije cuando se cerraron las puertas tras él. Si se salía con la suya, yo saldría vestido con pantalones de cuero.

Me levanté y busqué mi bata y toallas de baño, mientras mi estómago hacía sonidos extraños. Mariposas, supuse; aunque no sabía muy bien por qué las sentía, casi no había hablado con Jongin, era cierto que me había ayudado la noche anterior (y cuando se me descompuso el auto), pero eso era parte de su trabajo, tenía que mantener el orden en Lotto, no había nada personal en lo que había hecho.

Aun así, el recuerdo de esos ojos azules posándose en mí entre docenas de otras que competían por su atención, me provocaba un cosquilleo en la piel, y no reclamaban su atención solamente porque él servía los tragos.

Además de ser endemoniadamente sexy, tenía una especie de fortaleza silenciosa, sabía que era un cliché y que no debería tener efecto sobre mí, pero lo tenía, caía bajo ese efecto. Como todas las chicas y chicos que entraba en Lotto, esto hizo que frunciera el ceño, no quería ser como el resto de las chicas o chicos. Intercambiable.

Él debía estar acostumbrado a acostarse con cantidades de mujeres o donceles cuyos nombres no podía recordar una semana más tarde, pero yo quería ser diferente, distinto de mi madre, alguien a quien él recordara.

Baekhyun no solo convenció a Key y a Ten sino también a dos chicos más de nuestro piso. Como éramos seis, necesitábamos un auto más. Alguien decidió que Key y yo manejáramos, probablemente porque ninguno de los dos bebía demasiado. Por mí, estaba bien, me gusta tener el control de mi medio de transporte.

Cuando llegamos a Lotto, entramos por la puerta trasera y pasamos por el mostrador de la comida, mi estómago se quejó y recordé que no había comido nada desde el almuerzo, Baekhyun me arrastró cuando me vio vacilar con expresión de hambre ante un plato de papas fritas que alguien había ordenado.

1. Kyungsoo I.UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora