Capítulo 22

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Ella nos observó fijamente, pestañeó un par de veces sin entender demasiado lo que estaba pasando frente a sus ojos y luego cerró la puerta a su espalda. Me volteé rápidamente a mirar a Jared, a él se le había esfumado la sonrisa de la cara como si una gran ráfaga de viento se la hubiese llevado. Dejó su cuarto de libra a medio comer encima del escritorio y se puso de pie para, seguramente, saludarla.

—Emma —lo oí.

El nombre de ella en su boca no sonaba agradable para mis oídos. Me desagradaba y me incomodaba muchísimo. Mi nombre en sus labios era muchísimo mejor, pues se sentía como un choque de energía.

Igual me puse de pie dejando mi comida sobre el escritorio y acercándome para saludarla. Vi a Jared besarla en la boca y algo se rompió dentro de mi cuerpo, pero mantuve la calma y la compostura, besé su mejilla y ella se mantuvo completamente seria mirándonos.

—¿Qué hacían? —nos preguntó intentando disimular su molestia y queriendo parecer siempre perfecta.

—Nada, pues... —iba a comenzar a hablar y Jared me interrumpió con su voz.

—Camile vino a felicitarme por haber egresado, trajo McDonald's.

En teoría, si había sido eso, pero se sentía demasiado extraño frente a Emma.

—¿Desde cuándo te gusta McDonald's? —le preguntó ella a Jared, él frunció el ceño.

—¿Desde siempre?

—Pensé que eras más de comida casera...

Noté que la conversación comenzaba a ponerse tensa.

—Igual yo ya me iba —solté y Jared se me quedó mirando.

—¿Por qué? No hemos terminado de comer.

¿Qué acababa de hacer? No era sano enfrentar a Emma y a mí, menos en una oficina que se encontraba tan alta en ese edificio.

—Sí, pero...

—¡Ay Camile! Quédate —soltó Emma con una falsa sonrisa, haciéndose la simpática conmigo, creía que no lo notaba, pero yo no era una estúpida —Yo he llegado de sorpresa, pero no importa ¿me puedo unir?

—Claro que si —contesté.

Jared se encontraba mirándonos y sin decir nada caminó hasta su escritorio, movió una silla y la puso a su costado, por supuesto que Emma se sentó ahí y yo me quedé frente a los dos sintiéndome expuesta, casi como si estuviese desnuda frente a ambos. Se me había quitado un poco el hambre de tan solo verla. Emma era bellísima, creo que lo había dicho, pero su mirada era sumamente intensa y amenazante.

—Sólo traje dos hamburguesas... —comencé y ella me hizo un gesto con la mano.

—No te preocupes, querida —soltó —Igual estoy a dieta y no debo comer esas cosas.

Jared le sonrió un poco incómodo, pero continuó comiendo. Esperé su reacción cuando le dio un mordisco a su hamburguesa llena de papas fritas, abrió un poco más sus ojos asintiendo, dándole la aprobación.

—Te dije que te gustaría —reí.

—¿Qué cosa? —preguntó Emma interrumpiendo mi mirada a su novio.

—La hamburguesa con papas fritas dentro —contestó Jared con una sonrisa mientras masticaba.

—Iugh —soltó Emma con un gesto de desaprobación.

Continué comiendo lentamente, él también, pero algo más rápido.

—¿Y, Camile? ¿Qué cuentas de bueno? —me preguntó ella continuando en su papel de amabilidad, pero yo no le compraba nada.

El destino que no soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora