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Normalmente Olivia dormiría sus ocho horas de sueño ininterrumpido, o incluso más, sin embargo, aquella noche no había descansado más de tres horas de ninguna forma. De día se había sentido elativamente confiada, siempre estaba acompañada de Bellamy que parecía haberse asignado el rol de su cuidador, pero durante las noche, en una de las habitaciones más alejadas de la entrada, el silencio abrumador la aterraba.
A pesar de que se habían desecho de los neutralizadores, su energía se negaba a volver a hacer presencia, por más veces que lo intentara. Y se sentía profundamente indefensa. Y nostálgica. Había soñado con Pietro, con la vida que hubiesen tenido si se hubiesen conocido en otras circunstancias, una vida normal. Decidió aferrarse al recuerdo de su sueño con fuerza.
Dos golpes suaves en la madera de su puerta lograron que abriera los ojos, dándole la bienvenida a la realidad. Resopló molesta, porque seguía en esa tierra desconocida rodeada de gente que no confiaba. Vestida con prendas que tradicionalmente no utilizaría ni en fiestas de disfraces y sobre todo, alejada de su familia.
Se incorporó de la cama sin molestarse en vestirse, solo se alisó el camisón blanco que le rozaba los tobillos y abrió la puerta sin más, encontrando la sonrisa que su hermano llevaba en el rostro absolutamente todo el tiempo. -¿Por qué aún no te vistes? -Murmuró el mayor, ingresando en su habitación como si nada.
Olivia frunció el ceño ante la invasión a su privacidad, desacostumbrada -¿Buen día? ¿Qué haces aquí?
-Ari pasará a buscarte en cualquier momento -Advirtió sin importancia, revolviendo las pocas prendas que se encontraban dentro del closet-, ¿Y tu ropa?
-Edvin dijo que se encargaría de hacerme una provisión de ropa, aún no la he ido a buscar -murmuró sin emoción, cada paso que daba en busca de su comodidad en Vitalia, era un paso más lejos de volver a casa-. De todas formas, ¿por qué debo salir con él?
Bellamy dejó las prendas en su lugar y se acercó a ella con una sonrisa -Ari es mi amigo hace años, es agradable -prometió dirigiéndose a la salida-. Además, hoy no podré estar contigo, tengo cosas que hacer.
-Ari pasó toda la tarde que nos conocimos haciéndome ojitos, Bell -chilló la menor, persiguiéndolo sin notar que aún seguía con su ropa de cama-. Puedo estar sola, o quedarme con Edvin, él es agradable.
Kalevi dejó escapar una risa vacía -¿Y que mamá me mate por dejarte con él? No, gracias.
Olivia tomó el brazo de su hermano con fuerza y obligó a que volteara- ¿Tu mamá me está obligando a salir con él? ¿Es por eso que no puedo hablar de Pietro?
-No digas estupideces, es solo una salida Ovalia -exclamó exhausto-, acéptalo y facilítame la vida.
La rubia se quedó estática en su lugar, observando como su hermano se alejaba de su vista a pasos rápidos, y aunque había sentido levemente como él se ponía nervioso cuando ella había realizado aquella pregunta, no pudo hacer nada porque Edvin la esperaba del otro lado del corredor con una curiosa mirada. Quizá habían discutido demasiado fuerte.
