25| 𝐀 𝐓𝐑𝐔𝐋𝐘 𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓𝐌𝐄𝐑𝐄

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𝟤𝟦 | 𝖴𝗇𝖺 𝗏𝖾𝗋𝖽𝖺𝖽𝖾𝗋𝖺 𝗉𝖾𝗌𝖺𝖽𝗂𝗅𝗅𝖺

En cuanto Olivia había podido divisar la aldea de Vitalia justo frente a sus ojos, decidió que hasta allí había llegado su compañía con Ari

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En cuanto Olivia había podido divisar la aldea de Vitalia justo frente a sus ojos, decidió que hasta allí había llegado su compañía con Ari. La tensión que se había calado entre ellos la estaba perturbando, aún incluso cuando Frands intentaba charlar animadamente para alivianar aquella sensación de incomodidad que los perseguía desde que se habían separado.

Con un particular movimiento de manos se alejó de su lado rápidamente en dirección al palacio que se imponía delante del tercer sol del ocaso.  Oyó un leve murmullo del rubio detrás suyo, sin embargo no volteó para escucharlo mejor, solo se apresuró aún más. 

Había algo extraño en ella, desde que había llegado a ese lugar. 

No comprendía de que formas podría poner en palabras clave lo que sentía, como una sensación que no le producía el más minímo placer se había acaparado a un lado de su corazón produciendo un sentimiento de pesadez y sobre todo culpa. No podía comprender porque desde que había puesto por primera vez los ojos en Ari Frands su pecho se sentía particularme comprimido, incluso se atrevía a decir que hechizado. 

No podía, ni debía, permitirse pensar demasiado en aquello, porque rebuscarle una respuesta solo llegaría a inventarse sentimientos que juraba no tener. Simplemente deseó que aquellas locas ideas se alejaran de su mente de inmediato, que dejaran de torturar a su pobre consciencia que no había tenido un descanso en demasiado tiempo. 

Se apresuró a adentrarse a los aposentos que le habían proporcionado y encerrarse allí durante el resto de la tarde con la intención de no cruzarse con nadie más. Aunque estar sola era incluso más peligroso, porque el silencio abruador solo le abría las puertas a su mente a divagar entre sus más profundos pensamientos. 

Decidida a no dejarse llevar por la soledad, se recostó sobre su cama de mantas blancas y elevó sus manos hacia el techo de la habitación, visualizando su tan característica estela esmeralda pasear entre las yemas de sus dedos, produciendo una sensación de cosquilleo que la hizo sonreír levemente. Había extrañado jugar con su energía. 

Se alegraba de haberla recuperado tan rápido, sobre todo porque la habían ayudado a huir de una situación incomoda y embarazoza. Continuó jugando con ella, formando pequeñas figuras en el aire como si sus dedos fueran lapicitos hasta que en un momento, y sin recordar como, se quedó profundamente dormida.




𝐎𝐕𝐀𝐋𝐈𝐀━━━𝘗. 𝘔𝘢𝘹𝘪𝘮𝘰𝘧𝘧 (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora