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-¡No! ¡Por favor no! -protestó ya por décima vez una exhausta t/n que era prácticamente arrastrada por Jennie.-¡Solo escoge uno y ya!
Pues sí, se encontraban en el centro comercial en busca de un atuendo que sea del agrado de Jennie, tendrían una fiesta dentro de poco y ella quería prepararse desde antes.
Su novia tenía un gusto bastante... Exigente. Nada que viera era de su agrado, ya habían recorrido casi todas las tiendas de ropas, hasta las de marcas reconocidas y nada parecía agradarle.
-¡No es tan fácil!-dijo Jennie y t/n bufó, sus piernas dolían como el demonio, nunca en su vida había hecho tanto ejercicio como hoy.
-¡Si lo és! -de alguna manera se zafó del agarre de su novia y se detuvo a descansar.
-T/n...Una más, porfavor, estoy segura de que encontraremos algo que me guste.-Esas palabras las había escuchado literalmente todo el día.
-¡No! ¡Ya no más!-Jennie hizo puchero y t/n apartó la mirada, sabía que si la observará iba a acceder a su petición.
-¿Y si luego de esto te compro helado? ¿Quieres? -T/n la observó de inmediato.
-¿De menta?-sonrió.
-Y todos los sabores que quieras jagi.-la miro suplicante.
-Trato hecho, vamos por ese vestido.-Jennie dió saltitos de felicidad y volvió a tomar la mano de su novia para guiarla a la próxima tienda.
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Habían recorrido cinco tiendas más y t/n ya se había acostumbrado a casi ni sentir sus piernas, estaba segura de que al día siguiente ni podría llegar a pararse.
Tomó asiento en unos asientos cerca de los probadores donde estaba Jennie, había llevado con ella al probador como diez vestidos así que imaginaba que iba a tardar un poco más.
Se distrajo observando algunas publicaciones en su celular que no su dió cuanta que Jennie estaba frente suyo.
-Jagi, ¿Que opinas de este vestido?
-Hm.. - apagó el celular y alfín la pudo observar, quedó con la boca abierta por la belleza de su novia con ese hermoso vestido.
-¿Me queda horrible, no es cierto?-bajó la mirada.-Si, mejor me pruebo otro.
-¡No! ¡No! ¡Cariño, ese vestido te queda precioso!-Y debía admitir que con él hasta parecía un Ángel.
El vestido era de un color azul turquesa muy bonito, con algunos encajes, era corto por delante y un poco más largo por detrás.
-Sólo lo dices porque ya quieres irte..-miro hacia abajo con tristeza.
-Jennie.-sujetó ambas manos de su novia.-Nunca te diría algo que sea mentira. Mi amor ¡Estas hermosa! ¡Eres un Ángel! Si estuviéramos a solas no dudaría en comerte entera.- Lo último lo susurró en su oído, Jennie no pudo evitar reir.
-Si es así... Este vestido llevaré.-dijo por fin.
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Por suerte, ya iban camino a la heladería, Jennie ya tenía en mano la bolsa de compras donde se encontraba su anhelado vestido de ensueño, y se le veía muy satisfecha con él.
Llegaron a la heladería y t/n pidió sus sabores típicos que nunca cambiaba: menta granizada y chocolate. Luego de esto t/n ya estaba más que feliz por haber hecho el trato con su novia.
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