Capítulo 18

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Capítulo 18

    Se encontraba donde había sido citado. Era una pequeña cafetería en Ottawa que estaba diseñada para los viajeros de carreteras. Se sentó en un asiento casi escondido a la vista de los demás, como se le había pedido, después de comprar su café. Sabía que la persona que lo había llevado hasta allí podía ayudarle, como lo había estado haciendo, sin saber quién era y por qué lo hacía de repente. ¿Qué lazo podía haber entre ellos?, no lo sabía, pero no tenía más alternativa que esperarle allí, como se le había indicado.



    Miró su taza de café, que aún ahumaba por lo caliente que estaba. Y los pensamientos le llevaron a esos momentos en que aún Derek estaba vivo. Era un hombre íntegro y de confianza. Saber en lo que se había convertido uno de los integrantes de su familia tristemente había sido un golpe fuerte. O al menos, eso era lo que pensaba, ya que no sabía en quien más podía creer o desconfiar. Aun se cuestionaba el simple hecho de que nadie se diera cuenta de la inevitable verdad que les rodeaba. Dentro de esa familia había una manzana podrida que había corroído todo lo que tocaba.



    Alguien de pronto interrumpió sus pensamientos. Era un joven, al parecer de diecisiete años con un sobre en sus manos.



—¿Señor Albert Parker? —le preguntó al sentarse en frente de él.

—Sí, ¿Quién eres?

—Nadie en particularidad... Sólo me pagaron para hacerle entregar de este sobre. Después de que lo habrá, esperé cinco minutos y salga a la dirección que está dentro de allí. Fue lo que me mandaron hacer...—se levantó y se alejó, dejando a Albert con sus pensamientos.



   Albert miró su reloj, después de abrir el sobre. No tan solo era una dirección, era un mapa de Ottawa, especialmente de la zona en donde se encontraba. Había marcada una x para su sorpresa. Se levantó después de los cinco minutos y se dirigió a ese lugar. Una pequeña librería local, con estanterías que se observaban desde la ventana. Más no quien trabajaba allí.



    Abrió la puerta y se encontró con el rostro de una mujer que de pronto sintió que reconocía. Pero su memoria le traicionaba en ese momento.



—¿Oficial Alber Parker? —le expresó la mujer, llenándolo de asombro, mientras ella se acercaba a la puerta y colocaba el letrero de cerrado, al mismo tiempo que ponía seguro para que nadie más les molestara—. Pase adelante y siéntese... Ya veo que no me recuerda.

—Mi memoria está jugando conmigo en este momento. Sé que la he visto en alguna parte, pero no recuerdo donde...—expresó y se sentó en una silla cerca del escritorio de esa mujer que le miraba también con interés.



    El silencio les rodeó por un momento hasta que ella decidió romperlo.



—Mi verdadero nombre es Brooke Simons, aunque gracias a Derek ahora soy Eleonor McDonald...

—¿Brooke Simons?



    De pronto todas las piezas empezaron a encajar, comprendiendo ahora él por qué Ralph le seguía. Ella había sido su esposa, o al menos, es lo que ella había informado, mientras que él lo había negado.



—Sí... Aunque por protección a nadie más se lo he dicho desde que me marché de Los Ángeles, gracias al oficial Derek. Él arriesgó su vida por mí al salvarme de las garras de Ralph. —un nudo se le formó en la garganta—. Debido a ello, todo el mundo que Ralph había construido con mentiras y corrupción se encontró en peligro. Sus lavados de dinero e influencias para sacar de circulación casos con personas influyentes y peligrosas, como él, se vieron en peligro. El oficial Derek le descubrió, como descubrió que mentía sobre que no me conocía.

—He tenido mis sospechas desde que he abierto uno de los casos que había sido cerrado y en cuales las piezas no encajaban como decía el informe. Sentía que había alguien detrás de todo esto, incluso recordaba la advertencia de mi amigo cuando me avisó sobre que no confiara en los oficiales de policía de su familia... después de salvar a su hija y cometer el error de decirle a la madre de Derek que su nieta estaba viva, empezaron a surgir cosas. Cosas que me hicieron desear tener la boca cerrada. Y empecé a trabajar en secreto. Abrir casos cerrados. A investigar... Hasta que me hallé con el cas en que estuvo trabajando Derek.— colocó sus manos en su rostro, lleno de asombro. Esa confesión era todo lo que necesitaba —. Fue el instante en que empecé a sospechar en Ralph... Y él me vio como una amenaza.

—Tengo algo para usted... Lo he mantenido ocultó. Pero sé que le será de gran ayuda. Después que llegué a Toronto y supe que había muerto el oficial Derek, sabía que Ralph lo había hecho y me buscaría. Soy testigo de uno de sus casos de corrupción. Tengo pruebas en su contra. Intenté desenmascararlo cuando usted y muchos no creyeron en mí... No los culpo. Ralph siempre ha sabido cómo salir ileso. Hasta ahora...



   Y allí, en frente a sus ojos, tenía las últimas piezas que necesitaba para cerrar el caso y llevar al culpable a prisión de por vida. No era un caso sin resolver. Había sido resuelto desde hacía mucho tiempo, solo que Ralph había utilizado sus influencias y había manipulado ese informe. Y había cerrado ese caso colocándose: "Sin pruebas suficientes".



    Las pruebas estaban en sus ojos. Eran fotos y documentos firmados por Ralph. Dinero sucio que él había aceptado como soborno, no tan solo en ese caso. Y por ello, sabiéndose descubierto, había decidido acabar con Derek y su familia la noche en que se reunió con él y otros hombres, que no eran oficiales de la policía, sino delincuentes.



—Las fotos, me las dio Derek antes de morir... Y los documentos los descubrí cuando me preparaba para marcharme, en mi primer intento de fuga. No podía soportar vivir con Ralph ni que me siguiera golpeando... No era el hombre de quien me había enamorado.

— ¿Cómo lo conociste?

— Él fue quien acercó a mí...En ese entonces, trabajaba en una tienda de víveres. Y yo caí en su juego. Era una chica ingenua, huérfana, con tantos sueños... Y él se aprovechó de eso.



   Pronto Albert tomó su mano derecha, trayéndola de regreso, alejándola de ese pasado doloroso.



— Él no volverá a lastimarte... No lo permitiré.

—Sólo quiero que se haga justicia...

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Hola queridos lectores, me encuentro de nuevo bloqueada por lo que me estoy obligando a escribir y esto fue lo que salió. Espero que les guste... Gracias por su apoyo, lectura, comentarios, votos... Gracias de corazón. Espero que estén todos bien. Saludos...

La Razón Para Continuar (4to libro-Serie "Un Cambio Inesperado")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora