ii. xv

7.3K 783 308
                                    

A bad year.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Fred Weasley y Angelina Johnson, ese tópico era el único del que se estaba hablando en toda la mañana, nadie entendía que sucedía entre ellos dos, pero aun así no podían dejar de murmurar sobre cómo se los vio besarse en uno de los pasillos del castillo.

Fue una novedad para todos, excepto para Nina quien decidió ignorar a cada uno de sus compañeros de casa y dirigirse hacia su clase de defensa contra las artes oscuras, donde por supuesto se sentó junto a un Ravenclaw que no conocía de nada, sentía que era mucho mejor que sentarse en su asiento común y seguir escuchando sobre ellos dos o ver al implicado.

Sin embargo, ni siquiera eso fue suficiente para evitar escucharlos hablar, los murmullos siguieron hasta que el maestro llegó, pero Nina ya no se sentía con la misma energía con la que estaba cuando despertó.

En lugar de concentrarse sobre lo que Moody decía su cabeza repitió el mantra que se impuso, no servía de mucho cuando las voces en la cabeza le murmuraban advertencias sin sentido, pero lo intentó, pasó así toda la mañana hasta que tuvo suficiente y dejó caer su cabeza sobre la mesa de la biblioteca.

Un sin fin de libros estaban a su alrededor, uno de ellos apaciguo un poco el golpe, pero no lo suficiente como para que un quejido saliera de entre sus labios.

— ¿Mal día? —preguntaron a su lado.

— Un mal año. —respondió mientras alzaba su cabeza— Moody está loco, no sé qué puedo hacer con este ensayo.

— Addison tuvo el mismo tema. —comentó Ezra sentándose en el asiento a su lado para observar la pila de libros.

— Addison me odia. —le recordó— ¿Cómo fue tu día?

— Normal, no había mucho que hacer.

— Cierto, había olvidado que eras un cerebrito. —le molestó— Creo que tengo una idea de que podría hacer, no será un gran ensayo, pero será decente.

— Lo último decente que hiciste fue ese horrible ensayo de Herbología.

— ¡Fue decente! —exclamó ofendida recibiendo una risa de parte del otro, la mirada de Nina se enfocó en él y lo escaneo, el color de sus ojos y la manera en que estos se achicaron por la risa, sus cabellos despeinados por el defecto de pasar sus manos por él, incluso aquella no tan visible cicatriz que tenía en su mejilla a causa de una caída cuando era niño.

— ¿Qué pasa? —preguntó, pero Nina no dijo nada y en su lugar dejó un rápido beso sobre sus labios.

El silencio entre ambos se formó, Nina no sabía cómo actuar luego de lo que hizo, al darse la vuelta para disculparse por su acción las manos de Ezra tomaron su rostro con suavidad y la besó.



─ ✦ ─



El sonido que emitían las pociones dentro de los calderos era el único ruido que Snape permitía dentro del salón, a nadie se le permitía hablar, a nadie se le permitía moverse más de lo debido, aún que tampoco era como si alguien quisiera arriesgarse a hacerlo y permitir que sus casas tuvieran puntos menos a causa de un pequeño error como moverse ligeramente.

Sin embargo, el sonido de algo rompiéndose terminó con el silencio, la cabeza de Nina se alzó de su libro y mordió su labio al ver la cara de espanto que tenía un Hufflepuff, El caldero había estallado, muy seguramente porque algo le salió mal, el contenido iba cayendo lentamente por la mesa creando una masa viscosa de color rojo en el suelo.

— Diez puntos menos para Hufflepuff. —dijo la dura voz de Snape— Y usted Adler tendrá que quedarse a limpiar todo el salón.

— Si, profesor.

Nina volvió a concentrar su atención en el libro de pociones, su labio inferior aún se encontraba siendo mordido por sus dientes, no eran nervios, era el mal presentimiento que se apoderó de su cuerpo, ni siquiera el ver cómo Snape pasaba por cada uno de los puestos observando las pociones le quitó su sentimiento, sus dedos se movieron sobre el libro por varios segundos pues la presencia intimidante de su profesor la detuvieron.

— Excelente Thompson. —masculló Snape sacando una sonrisa a la mencionada— Diez puntos para Gryffindor.

— Espere... ¿Dijo excelente? —preguntó a su compañera de mesa.

— Si.

— ¡Si! —exclamó, pero luego guardó silencio cuando la mirada de Snape se posó en ella.

Al final de la clase Nina se lanzó a los brazos de Caitlin mientras reía emocionada, ella río un poco luego de que la soltara y la viera alzar sus brazos en señal de triunfo, solo faltaba que hiciera algún tipo de baile para mostrar su emoción.

— ¿Qué le pasa? —preguntó Tyler observando a su hermana con una sonrisa de oreja a oreja— Da miedo.

— Snape le dijo que su pócima estuvo excelente. —contestó Caitlin.

— ¿Solo es eso? —cuestionó.

— Disculpa, pero no todos somos el favorito de Snape. —exclamó Nina mientras pasaba su brazo por sobre los hombros del menor— Así que no seas un presumido, comienzas a comportarte como uno de ellos.

— ¿Tenías que sonar ofensiva? —Nina asintió— A veces me pregunto cómo puedes ser mi hermana. —murmuró mientras se adentraba al salón de pociones, Caitlin soltó una risita.

— ¡Yo también te amo hermanito! —dijo Nina sabiendo que Tyler estaría rodando los ojos ante la escena— Tengo que entregar un libro en la biblio...

— ¿Nina?

— Guarda silencio. —murmuró a la vez que cerraba sus ojos para concentrarse en la voz de una mujer, la imagen rápidamente apareció; era el cementerio que estuvo viendo hace meses, pero esta vez la figura del mismo hombre con facciones de serpiente estuvo en la imagen, sus pies descalzos dieron pasos lentos mientras una serpiente se movía entre ellos, lentamente se acercaba hacia donde estaba para luego dejar salir una luz verde en su dirección.

La maldición asesina.

Silhouette [1] ➳ Fred WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora