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La navidad había llegado, y Freya, Demetria y Niklaus iban a pasar la navidad en la mansión de los Lestrange. Freya y Demetria sabían que irían a una reunión de los mortífagos, y sabían sería una de las navidades más horrorosas que tendrían.
Se encontraban en la locomotora que los llevaría devuelta a la estación, ambos mortífagos hablaban sobre la reunión que se haría el veinticinco de diciembre.
―Asquerosa sangre sucia, ¿Cómo se atreve a pasar por nuestros compartimentos. ―preguntó Alec de repente cuando vio a Blair Holt caminar fuera del compartimento.
―Somos mejores amigas, déjame preguntarle. ―respondió una sarcástica Demetria, mirando de mala manera al mortífago.
―Vengo enseguida. ―dijo Niklaus levantándose como un resorte de su asiento para luego salir del compartimento, chocando con Acacia que iba entrando.
―Pronto veremos a Bellatrix. ―dijo la castaña emocionada.
―Genial. ―dijo Freya utilizando sarcasmo.
―¿Verdad que lo es?, también veremos a nuestro señor.
―Cierra la boca y vete de aquí. ―gruñó Alec con molestia.
Acacia hizo caso omiso a la orden de Alec, se sentó en medio de Freya y Demetria, golpeando a ésta última en el proceso, mientras que Delia Malfoy tomó el puesto en el que anteriormente se encontraba Niklaus.
La rubio fresa se levantó de ahí sin decir palabra alguna, Demetria la siguió con gusto al ver que su amiga estaba saliendo por la puerta del compartimento.
―¿En dónde nos quieres meter? ―preguntó la castaña. ―Si encontramos a Avery me devuelvo con mi hermana.
―Cierra la boca y camina.
Luego de cuatro compartimentos más, Freya logró encontrar un compartimento. Habían tres chicos de Slytherin dentro. Uno de ellos iba en su mismo curso, el otro iba un año adelantado, mientras que el otro era un año menor.
El primero tenía ojos negros al igual que su cabello que se encontraba algo grasiento, tenía una nariz ganchuda, Severus Snape. El otro se trataba de Evan, el hermano mayor de Freya. El otro tenía el cabello azabache con hermosos ojos grises y con un rostro de bebé.
―¿Qué hacen aquí?
―También te quiero, hermano. ―rodó los ojos la rubio fresa mientras se sentaba a su lado.
Demetria siguió los pasos de su amiga, sentándose a un lado de Regulus. Las amigas notaron de inmediato que habían interrumpido una conversación.
―Si estaban hablando de algo importante, no nos interesa, queremos estar lo más lejos posible de Acacia hasta que lleguemos a la estación.
―¿Por qué no vas con tus amigas sangres sucias, Snape? ―preguntó Demetria hacia el nombrado con una sonrisa divertida, haciendo que Snape apriete sus puños. ―Oh, es cierto. Una ya no te habla, y la otra tiene otro mejor amigo.
