Capítulo 2.

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- Buenos días, joven Magnus.

Abro mis ojos con pereza ante ese llamado y descubro a Francis correr las cortinas para que la luz del sol se cuele por la ventana.

- ¿Desde cuándo eres mucama? - Pregunto ante lo inusual de su acto.

- Muy gracioso. - Responde, posicionándose frente a la cama. - Su padre me ha pedido que en su ausencia me convierta en su sombra.

- ¿No se cansa de estar aquí, señor Prusthens? Mejor vaya y visite a su esposa y déjeme en paz.

- Ya visite a mi esposa ayer, joven Magnus y con eso es suficiente por ahora.

- Solo déjame dormir un poco más.

- El maestro lo esta esperando para sus tutorías, así que debe vestirse de inmediato.

Después de una batalla campal en contra del señor Prusthens, la cual pierdo, me levanto de la cama para tomar una ducha y vestirme con rapidez, pues mi tutor odia la impuntualidad y se supone que un príncipe jamás debe llegar tarde a cualquier sitio.

- Estas envejeciendo, Francis y algún día lo venceré. - Es lo último que digo antes de entrar al cuarto de baño.

Luego del aseo, me visto con una camisa azul claro y un pantalón beige. A mamá le gusta verme usar esos colores.
Peino mi cabello hacía atrás, abrocho mi cinturón y ato los zapatos perfectamente pulidos por mis doncellas muy temprano en la mañana.

Voy frente al espejo y repito mi habitual frase. Soy Magnus VI Lacrontte Hefferline y soy poderoso.
Francis me mira de reojo a mi espalda y sonríe con burla al escucharme.

- Pobre de su esposa. - Dice caminando hacia la puerta. - No solo tendrá que casarse con usted, sino también con su ego.

- ¿Pobre? Ella será la mujer más afortunada.

Salgo de la alcoba y voy hasta el primer piso, donde se encuentra el salón de tutorías.
La pizarra ya esta preparada con el título "mi modelo a seguir" y el banquillo en medio de la sala es la prueba de lo solitaria que son mis clases.

- Retrasado, príncipe Magnus. - Recita el señor Cowoller, haciendo sonar la suela de sus zapatos contra la baldosa.

- Sugiero que para que esto no vuelva a pasar, llegue usted un poco mas tarde mañana.

- Están son clases para formarlo como un excelente monarca, no como un bufón de la corte. Guárdese los chistes para el final.

- Entendido. - Contesto con ironía, mientras camino a tomar mi lugar.

- ¿A dónde va? - Cuestiona al verme. - No hay tiempo que perder, inicie con su presentación.

Me devuelvo al frente y tomo la tiza blanca entre mis dedos. Me acerco a la pizarra y con una muy practicada caligrafía escribo "Meridoffe Lacrontte"

- Excelente modelo a seguir. - Felicita Cowoller.

- He escogido a mi tatarabuelo, porque gracias a él hicimos historia. - Inicio con una postura erguida y una voz perfectamente neutra pero poderosa, justo como un rey debe hablar. - Meridoffe fue un gran estratega y sus planes de guerra fueron superiores a las del resto, llevo nuestro ejercito hasta tierras Mishnianas y sometió al pueblo para nuestro beneficio, se adueño de sus riquezas y murió como héroe. Es el Lacrontte más grande en la historia de mi familia y sería un honor seguir sus pasos.

Siempre he escuchado y leído mucho sobre Meridoffe el mas grande, importante y poderoso Lacrontte que ha existido jamás.

Mi padre me dice que debo ser como él y en verdad quiero igualarlo algún día. Es realmente increíble leer los libros que cuentan su historia, sus hazañas y logros, a pesar de saber lo mucho que sufrió el pueblo Mishniano a manos de mi tatarabuelo, es imposible no sentirse orgulloso por su valentía y su gran habilidad para liderar.

El corazón del Rey. [Rey 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora