𝐇𝐄𝐈𝐑𝐄𝐒𝐒 |𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝|

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Harry insistió una vez más a la profesora McGonagall para que firmara las autorizaciones pero no lo hizo, debía ser responsable por más que quisiera.

— No te preocupes Harry los años pasan rápido y pronto podremos ir las veces que queramos — Dijo Alaska dándole ánimo a su hermano.

Ambos se dirigieron hacia su sala común donde habían varios chicos de otros años leyendo o hablando de cualquier cosa para pasar el aburrimiento, Harry prefirió ir a su habitación y luego salir, la chica se despidió de él y si necesitaba de ella la encontraría dando un paseo con Oliver por los pasillos.
Alaska salió en búsqueda de su amigo quien la esperaría afuera pero al parecer aún no había llegado por eso la chica decidió esperar un poco.

— Espero estés preparada para pasar un grandioso tiempo conmigo, Pequeña Potter — Dijo Oliver cuando le cubrió los ojos para sorprenderla.

— Estoy segura que será más que grandioso — Sonrió Alaska y volteó.

Pero quedaron muy cerca del otro causando que la respiración de ambos logrará mezclarse, Oliver relamio su labio inferior mientras veía los de Alaska, por otro lado la chica estaba nerviosa jamás había estado tan cerca de alguien y mucho menos de un muchacho y el cual ella gustaba. Cuando estaban por acercarse más para acabar con la poca distancia que había entre ellos, se separaron de golpe al oír risas de alumnos que pasaban justo por allí.

— Creo que mejor...— Oliver asintió.

— Sí, vamos — Termino él.

Ambos con sus mejillas rojas por la vergüenza que sentían en aquel entonces comenzaron con su paseo. Potter para acabar con esa incomodidad que se había generado en el ambiente decidió hablarle sobre su nueva clase con el profesor Lupin y también con lo que ocurrió en ese momento.

— Estoy seguro que más de uno le teme a esas cosas — Dijo Oliver —. Has leído sobre Sirius Black?

— Ni me lo menciones, hace un par de días ni siquiera sabía quién era pero resulta que sabe sobre nosotros y quiere encontrarnos — Dijo Alaska —. Me gustaría creer que este es un lugar seguro.

— Y lo es, verás que no te sucederá nada ni a tí ni a Harry, Dumbledore tiene todo controlado además recuerdas que hace tiempo te dije que te protegería siempre — Ambos sonriera y ella asintió —. Pues lo seguiré haciendo sin importar que deba enfrentarme a este loco.

Alaska no pudo evitar abrazarlo por lo gentil que era con ella, Oliver correspondió el abrazo de inmediato y los dos se mantuvieron así por unos largos segundos.

— Ven, vamos por un chocolate caliente — Dijo Oliver tomando la mano de Alaska para caminar juntos.

La hora paso tan rápido que no se dieron cuenta de ello. Pero quién se los hizo recordar fue Draco quien al verlos juntos decidió interrumpir el momento que estaban teniendo los dos chicos.

— Potter! — Ambos pusieron sus ojos sobre el rubio quien entraba como si fuese el rey de todo Hogwarts —. Necesito ayuda con mi chaqueta.

— Dile a Pansy que lo haga, de seguro lo anhela — Se burlo Alaska a lo que Draco la miro de mala manera pero luego sonrió con picardía.

— Celosa Potter? — La chica comenzó a reír por las ocurrencias de la serpiente.

— En tus sueños Malfoy, ven Oliver — Estaban por irse pero Draco al ver a Snape le dijo lo que ocurría y este le ordeno a Alaska que ayudará al rubio —. En serio te ahorcaria.

— Se amable Potter al fin y al cabo tendrás que ayudarme hasta que me quiten la venda — Dijo Malfoy.

Oliver ya no lo toleraba por esa razón decidió irse antes de empeorar las cosas, cuando se despidió de la chica beso su mejilla por unos segundos bastante largos ocasionando así los celos de Draco.
El rubio cómo era de esperarse comenzó a fastidiar y se aprovechó de la ayuda de Alaska para que lo acompañará a su sala, o eso quería hacer hasta que oyeron las últimas noticias que corrían de boca en boca.

— Sirius Black está en el castillo.

Alaska quería ir junto a su hermano por esa razón tomo el brazo de Pansy y dejo la chaqueta de Draco allí, sin importar las quejas de Malfoy corrió en busca de su gemelo.
La señora gorda había desaparecido y en su cuadro se podía ver con claridad un enorme rasguño. Por eso Dumbledore, para la seguridad de todos, decidió que los alumnos dormirían en el gran salón bajo la supervisión de los profesores y prefectos.

Todos con sus pijamas y bolsas de dormir buscaron un sitio en donde recostarse. Alaska iba junto su hermano con la idea de dormir junto a él y sus dos amigos pero sus planes fueron cambiados con tan solo oír a Draco hablar, a pesar que sus dos amigos habían armado todo el rubio tomo del brazo a Alaska para que permaneciera allí.

— Ya no puedes cambiarte preciosa, no hay más lugar — Al ver que tenía razón miro con una sonrisa de costado a su hermano y dos amigos quienes la miraron con pena, Harry quería golpear a Malfoy por haber retenido a su hermana allí.

— Si sientes una almohada en tu rostro no te preocupes soy yo queriéndote asfixiar — Dijo Alaska con una sonrisa sarcástica.

Draco rio con amargura e hizo que ambos cayeran al suelo sentados, el rubio aprovecho la cercanía para mirarla con picardía Alaska moría de vergüenza por esa razón se separó de inmediato y se recostó algo alejada de él.

— Si quieres dormir conmigo hazlo, hay mucho lugar — Dijo Malfoy.

[...]

Se podía oír las voces de algunos alumnos así que Alaska decidió despertar, pero para su sorpresa alguien la retenía. Al levantar un poco su mirada vio que Draco estaba a pocos centímetros y la tenía abrazada de la cintura mientras esté dormía plácidamente sin ninguna preocupación.

— Draco! — Le dejo un golpe en su herida causando que esté se quejara de pronto.

Se levantó del suelo tomando su bolsa de dormir y observo hacia el frente dónde había estado Oliver pero ya no estaba, juraba que el chico los había visto en esa posición y por esa razón quería golpear a Malfoy así que le dejo varios almohadasos de recuerdo antes de irse al baño de niñas.