✵ Capítulo 16

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Vuelvo escribir la oración y tras varios intentos logro completarla, la cabeza me duele y el párpado inferior de mi ojo derecho pulsa, sé que es por tanto estrés, igual por no dormir bien. Continúo con las otras y relleno la hoja del examen, alzo mi vista en busca de mi mejor amigo que está en otra mesa, no tengo idea si está respondiendo bien o solo escribir por rellenar los espacios.

Nos hemos peleado por culpa de Sue. La pequeña demonio lloró con él y no le dijo la verdad, solo le mencionó que yo la estuve molestando, no sé qué planea y tampoco la reconozco, esa no es la chica que conocí en la tienda de antigüedad, todo comienza a irme mal. A pesar de querer tirar la toalla por instante, prefiero seguir adelante en el instituto.

Rebecca se ha discutido conmigo por celular. De acuerdo, no debí besar a Darcy solo para molestarla, pero eso no fue lo peor, lo fue el acostarme con una amiga de ella que se llama Lizzie, a pesar de que Becca no lo supo, me siento demasiado culpable, soy estúpido cuando me enojo y, sobre todo, mis hormonas me controlan.

He visto a Borris con una bolsa de hielo, aún me pregunto para qué la trajo consigo.

Miro el reloj que cuelga en la pared y me fijo que falta media hora para que la profesora recoja los exámenes, le doy una última mirada a Aitor y me pongo de pie, alzando las hojas de papel, la mujer asiente, dándome acceso para que le entregue el examen y me retire.

Mi mejor amigo no me mira ni por un segundo, por lo que sin rechistar ni perder otro segundo, salgo del salón de clases. Algunas personas van y vienen por los pasillos, con mi mano sobre mi hombro, camino al baño y me adentro para enjuagar mi cara y mis manos.

Una vez afuera, tomo una bocanada de aire, me dirijo hacia el gimnasio, diviso a Becca practicando junto a otras chicas y chicos.

—¿No tenías examen?

Escucho esa voz a mis espaldas, detengo mis pasos y dejo que Borris me alcance. Lo miro.

—Ya terminé.

—Guao, qué genial —murmura.

—Ajá.

Nos adentramos al gimnasio y ambos recibimos todas las miradas, sin embargo, a mí solo me interesa una, en serio necesito hablar con la rubia. Ella rueda los ojos y sigue con su ejercicio de calentamiento, le hago una seña al castaño para que se quede sentado y me acerco.

—Tenemos que hablar —susurro.

Becca sonríe falsamente.

—Hoy no puedo, tengo práctica y necesito ejercitarme, la semana pasada falté por cosas que tú y yo sabemos, así que si me permites... —pasa a un lado de mí, alejándome con su hombro—, voy a continuar con esto.

—Rebecca —arrastro su nombre con laxitud.

—Aidan —me copia.

Bufo de mala gana y doy un paso hacia atrás.

—Entonces, me veo con la necesidad de decirlo envoz alta... —inicio, cruzándome 

Aunque el ruido de las puertas del gimnasio abriéndose, me interrumpen. Brendon y sus otros dos amigos, Jean y Riley, se adentra. Vestidos con el uniforme del equipo y el casco en sus manos, el hermano de Becca me ve con furia y sé que viene contra mí.

Puta madre, ¿ahora qué hice?

—¿Qué este imbécil no anda contigo? —le interroga a su hermana.

—¿Ahora qué quieres Brendon? —ella suspira, acercándose a él.

—Pasa que este imbécil se folló a Lizzie —indica—. Mi novia.

Si las personas fueran constelaciones [✔] | 1.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora