Prólogo.

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Al abrir mis ojos lo primero que vi fue la cara bonita de Rick, mi esposo. La noche anterior había llegado diciendo aquel extraño presentimiento que tenía. Le entendía completamente pues cada vez que lo veía podía sentir lo mismo.

Suspiré mirando al reloj de la mesita de noche pudiendo ver que eran las 7 de la mañana y que Carl no podía llegar tarde a la escuela.

Me levanté de la cama, tratando de no hacer el mayor ruido y me puse mi bata para estar en casa.

El calor que hacía no era considerable pensando que estábamos a poco de llegar a Otoño.

Entré a la habitación de mi hijo y me senté en su cama, acariciando su cabello. Me gustaba mucho hacer esto por las mañanas pues me daba fuerza para seguir mi día y olvidarme de todas mis desgracias pasadas.

Carl se movió y abrió sus ojos lentamente y sonrió estirando sus brazos.

—Mamá, no quiero ir a la escuela.

—Pues eso no se puede discutir, ya mañana es sábado, un día más no hace daño —susurré, tomando sus manos para que se sentara.

Me levanté de ahí para ir a su cajonera y sacar el cambio de ropa que se llevaría hoy pues si yo lo dejaba escoger su ropa probablemente se pondría una camisa verde y unos pantalones naranjas.

Cuando le dejé la ropa en la cama ordené que debía bañarse rápido para que alcanzara a desayunar.

No me gustaba mandarlo con el estómago vacío pues se me hacía demasiado cruel y mi corazón dolía demasiado.

Fui a la cocina con el teléfono de la casa en mi mano, pensando si debería hablarle a mi hermano mayor.

Cuando me escapé de casa él estuvo tan enojado conmigo y aunque hace poco nos habíamos reconciliado no me gustaba mucho pensar que tendrían que conocer a mi familia.

No quería que Carl estuviera cerca de mi papá o de mi otro hermano mayor, ambos llenos de drogas y mañas asquerosas. Yo sabía que Daryl era incluso mejor, que él podía conocer de mi hijo bien, pero todavía tenía el miedo presente.

Comencé a hacer el desayuno pensando en que tal vez tendría que hablar más tarde, estando a solas.

Mientras ponía los huevos en el sartén pude sentir unas grandes manos en mi cintura, junto a un pequeño beso en el cuello. Reí un poco pidiéndole que por favor me dejara hacer el desayuno.

Cuando serví en la mesa, Carl llegó corriendo para comer, su cosa favorita de todos los días. Desayunamos completamente en familia, como todos los días.

Al terminar, Rick dijo que él se llevaría a Carl a la escuela en la patrulla para que yo no tuviera que salir y así pudiera descansar más, cosa que obviamente no hice.

—Cool, iré en una patrulla a la escuela —dijo Carl, sonriendo.

Rick y yo reímos. Le puse la mochila en sus hombros, le di un beso en la cabeza y a mi esposo le di un pequeño beso en la comisura de los labios.

Les dije adiós con la mano mientras daban de reversa y esperé a que se fueran por completo.



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—Hola, Renée —saludó Shane, el mejor amigo de Rick.

Mi corazón comenzó a palpitar, ¿qué hacía Shane sin mi marido? ¿Por qué Shane tenía ojos llorosos?

El timbre de la escuela sonó haciendo que volteara a ver si Carl no se acercaba.

—Es Rick —continuó él —Le han disparado.

¿Qué?

















Pues sí, vale decir que me dolió en el corazón haber borrado Tu me haces sentir, fue la primera historia que escribí en tood Wattpad y lo hacía con total cariño. Pero comencé a leer más y escribir más y pude ver que realmente no estaba muy bien redactado. Así que con la misma idea, comencé de nuevo.

𝕸𝖚𝖊𝖗𝖙𝖔𝖘, 𝖕𝖊𝖗𝖔 𝖏𝖚𝖓𝖙𝖔𝖘 ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora