CAP. 27.

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Ese día abrí los ojos cansado, sin haber dormido más de diez minutos en toda la noche y sintiéndome realmente estresado. 

Me quedé alrededor de una hora mirando el techo, escuchando los movimientos de Zayn fuera en la cocina hasta que tocó la puerta de mi habitación abriendo después con cuidado. 

-¿Lou? ¿Puedo pasar? 

Asentí lentamente y él volvió a cerrar la puerta caminando hacia mí a pasos lentos y meditados, seguramente sin saber muy bien qué hacer para poder animarme aunque sólo fuera un poco. 

Se tumbó a mi lado cubriendo su cuerpo con las sábanas, manteniéndose en silencio mientras miraba al techo al igual que yo. 

Estuvo así varios minutos, a mi lado y con sus labios cerrados mientras emitían más palabras de las que se pueden relatar en un segundo. 

Me abracé a su pecho, sintiendo sus manos ahora abrazándome y mis ojos comenzando a arder pero mi cuerpo entero intentando contenerme. 

-A esta hora estará saliendo de su casa- Susurré notando sus manos sobre mi espalda. 

Me abrazó más fuerte si se podía, mostrándome que de verdad él estaba ahí para mí y que lo estaría el tiempo que hiciera falta. 

Solamente por él yo estaba ahí ese mismo día, martirizando a mi cerebro con un futuro que podría haber cambiado, luchando internamente para no derrumbarme en cualquier momento y matando cada parte centrada de mi ser al saber que podía haber una posibilidad de no haber tomado la opción adecuada. Ahora ya era tarde. Era demasiado tarde para ponerme a pensar en eso. 

-¿Por qué no comes algo? Llevas desde ayer sin tomar nada… 

-No tengo hambre- Dije con un hilo de voz. 

-Ya Louis pero tienes que comer. 

Suspiré profundo, sacando la fuerza de algún lugar alejado mientras me levantaba de la cama seguido por él. 

Cuando salí de mi habitación, pude ver un desayuno que en otras circunstancias, habría devorado sin pensarlo dos veces pero ahí, simplemente me sacó una sonrisa leve desviando la vista hasta él. 

-Gracias Zayn. 

-La mejor manera de agradecerme nada es que comas algo. 

Me senté en el sofá y agarré aire mientras comenzaba a comer, sintiendo mi barriga rugir cuando iba recibiendo el manjar que había preparado Zayn. 

Estaba destrozado, no lo podía negar, sabía que mi cara era un demacre total y si decía la verdad, no tenía ganas de hacer otra cosa que no fuera quedarme en la cama todo el día. Pero le prometí a Harry estar ahí. Una decisión que solo pudo tomar la parte masoquista de mi cuerpo en un momento desesperado por no despegarme de él jamás. 

Me dejé gran parte de la comida pero Zayn pareció estar contento con el resultado ya que me dejó marchar, mis pies ahora entrando al baño mientras encendían el agua y se quedaban quietos. 

Me quité toda la ropa y cuando me miré al espejo solo pude pasar la mano por mi cara con pesadez, metiéndome en la ducha hasta que el agua caliente corrió por mi cuerpo en la sensación más gratificante de mis últimos dos días. 

Estuve más de lo normal ahí y cuando salí me encaminé a mi habitación para vestirme con el traje, sin darle mucha importancia a que aún estaba llevando su camisa blanca y que todavía podía recordarla en su piel. 

Llamé a Zayn cuando estuve preparado y él entró ayudándome a que todo estuviera listo en mí, haciendo las cosas ya con práctica y algo de tristeza en sus movimientos. 

Una orden || Larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora