| Pagina catorce |

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—Recuerden que deben llegar con sus uniformes escolares y mantener sus trajes dentro de los maletines —pidió con cierto cansancio aquel profesor que siempre parece estar aburrido de la vida. La clase estaba a punto de terminar, así que optó por dejar salir a sus alumnos un par de minutos antes con el objetivo de que se preparasen para asistir a sus últimas prácticas—. Mañana por la mañana nos reuniremos en la sala común para dar las últimas indicaciones. Eso es todo, pueden irse —finalizó dirigiéndose a la salida con las hojas de los formularios correspondientes a las agencias que cada alumno eligió.

Hey, Kirishima-kun ¿Harás tus practicas con FatGum? —preguntó Midoriya al acercarse al pelirrojo, recordaba que éste último tuvo una gran relación de compañerismo y había gran similitud de actitudes entre ellos. Eijiro asintió con su característica sonrisa—. Eso es genial. Y tu Kacchan, ¿A dónde irás? —el peliverde se mostraba interesado, pero no recibió contestación por parte de su amigo de la infancia.

—Bakugō ha decidió ir con BestJeanist —habló Kirishima al pasar su diestra por los hombros del aludido, recibiendo un gruñido de su parte donde le expresaba lo molesto que estaba por darle información a Deku— ¿Tu a donde irás, Midoriya? —pidió saber el pelirrojo, sin soltar a su mejor amigo que puso sus ojos en blanco.

—Iré con Todoroki a la agencia de Endeavor —respondió con gran emoción y entusiasmo, intercambiando miradas con el rubio cenizo como una señal de competencia entre ellos, misma que habían forjado desde su primer año en la U.A.

Por otro lado, (Nombre) se mantenía mirando a cada uno de sus compañeros cómo guardaban sus pertenencias y cargaban con sus mochilas para salir hacia a la residencia y prepararse para el siguiente día, pero de un momento a otro empezó a sentirse extraña. Un escalofrió recorrió todo su cuerpo, así como una opresión en su pecho, llevó su diestra a la zona adolorida, notando la falta de aire poco usual a la que consigue cuando se somete un duro entrenamiento. Sus sentidos parecían agudizarse más de lo normal al presentir una especie de peligro que desconocía. No era consciente de sus actos y el simple sonido de sus libros impactar contra el suelo la regresaron a la realidad, dio un pequeño respingo al sentir la mano de Tsuyu sobre su hombro, había estado llamándola para advertirle sobre la mala forma en que tomó sus libros y la posible caída que estos tendrían, pero no la escuchaba, su mente parecía estar en otro lado.

Aquel desplome de sus pertenencias llamó la atención de todos, incluido el trío que hablaba sobre dónde harían sus prácticas. (Nombre) cruzó miradas con casi toda la clase, evitando a Eijiro, Izuku y Katsuki, sobre todo a éste último ¿cómo fue tan descuidada por dejar caer sus libros? Seguro que eso fue lo que pasó cuando perdió su diario. — ¿(Nombre)-chan? —La peliverde se posicionó en su campo de visión, obteniendo la completa atención de la joven azabache, ésta simplemente se disculpó por ello recogiendo sus libros con rapidez. Guardó todas sus pertenencias y se unió al grupo de chicas que la esperaban en la puerta que le miraba un tanto preocupadas por lo sucedido.

Quizá solo eran los nervios de poder trabajar al lado de Mirko, su heroína profesional favorita, que formaba parte del pequeño grupo de héroes que la motivaron a seguir sus pasos, la segunda o la tercera tal vez, pues su padre era el primero. Por esa suposición ignoró aquel malestar y extraña sensación. Ella, junto al resto del grupo, salieron del aula con pasos tranquilos, platicando animadamente volviéndose a preguntar dónde harían sus prácticas y de nuevo la chica lobo se mantenía distraída, pensando en aquella opresión en su pecho a la que ahora se sumaba una ligera punzada que le incomodaba.

— ¿Has pensado en hacer modificaciones a tu traje, (Apellido)-san? —preguntó Momo después de ser la penúltima en responder la cuestión que inició Hagakure, donde cada una mencionó los cambios que realizaron en sus trajes para tener un mejor rendimiento. Al principio la joven dudó en responder, pensando si había escuchado bien a Yaoyorozu para responder lo correcto y no recurrir a preguntas que ni ella misma podía responderse en ese momento.

Diario perdido  •Katsuki Bakugō•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora