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Imprudencias letales, pt. 1

En un jardín un hombre de cabello negro juega con un adolescente de cabello naranja y una mujer mayor.

"Yangyang, te faltó esto." Levanta una bandera morada, "Significa que yo gano."

"Yangyang. Yangyang." El mayor habla pero el menor lo ignora. "Yangyang." Ten tomó el rostro del menor entre sus manos. "¿Qué pasa, cariño?" Preguntó preocupado.

"Es sólo que no entiendo porque no quieres que mi papá venga a mí fiesta, ya no soy un niño pequeño."

"Ya te lo he explicado, Yangyang. Un juez le ha quitado la custodia y-"

"Como sea, si mí papá no viene es por ti. ¿Verdad, abuela?"

"Bueno... Hijo tus papás no están en los mejores términos ahora mismo. Ya verás que pronto se arreglan." La mujer contestó, Yangyang bufo y se sentó en el suelo. El teléfono de Ten comenzó a sonar así que se alejó y contestó.

-"Comisario."
"Chittaphon, sé que es tu día libre, pero tenemos un atraco con rehenes. Los atracadores han intentado salir con el dinero y no han podido. Han herido a dos policías. Es en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Quiero que tú lleves la negociación."
-"Mándame un coche."
"Lo tienes en la puerta."

Chittaphon suspiró y salió de la casa.

En el comedor de la Fábrica, Tokyo está conmocionado, la voz de Denver es lejana y es claro que está enojado.

"Explícame qué puta mierda ha sido eso! Explícame qué mierda ha sido eso! Se te va la cabeza!" Enojado, Denver le grita a Tokyo.

[8 horas de atraco, Viernes. 18:25]

"Has acribillado a dos policías."

"Tranquilízate. Apareció un puto policía disparándome. ¿Qué hubieras hecho tú, escupirle?"

"Mira, me cago en mí vida." Denver se aleja de ella, enojado.

"Pues que vas a hacer, Tokyo, que vas a hacer? Pues seguir el plan. Lo hemos repasado 400 millones de veces. Lo hemos dicho, no íbamos a disparar a nadie." Nairobi, que estaba curando a Río, le reclama.

"Caí bloqueado por los impactos y él-" Dice Río, en un intento por defender a Tokyo.

"Cállate!" Le grita Denver a Río, "Nairobi y yo también te cubrimos, pero disparando al suelo no al cuerpo a quemarropa."

Berlín entra y todos quedan en silencio, la tensión en el comedor se puede sentir en el aire.

"Ya se están llevando a los policías heridos. ¿Están conectados los teléfonos?" Le pregunta a Río quien coloca un teléfono rojo en la mesa. "Fuera cualquier señal inalámbrica o de radio."

Todos le entregan a Berlín su auricular.

"Pasamos a lo analógico." Berlín se planta frente a Tokyo, él le entrega el auricular de forma reticente. Berlín luego tira los auriculares a una pecera.

Lᴀ Cᴀsᴀ Dᴇ PᴀᴘᴇʟⁿᶜᵗWhere stories live. Discover now