CAP. 30.

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Escuché la puerta de la entrada tocar y me levanté del sofá con velocidad viendo como Zayn me imitaba mucho más calmado, acostumbrado ya a ese tipo de reacciones por mi parte esos días en concreto.

Abrí lo más rápido que pude y los ojos claros de Liam me miraron con lástima, justo como hacían todas las semanas. 

-¿Te la ha dado?- Pregunté con ansia viendo como sacaba una carta del bolsillo de su chaqueta y la extendía hacia mí. 

La agarré lo más veloz que pude y corrí hacia mi habitación encerrándome ahí, apoyándome contra la puerta una vez que estuvo cerrada y rompiendo el sobre de mis manos hasta que el papel que me interesaba estuvo visible. 

Me sentía solo, loco y desesperado. Vivía solamente por y para esa carta semanal en la que podía saber que él estaba vivo y todo lo que habíamos vivido no había sido fruto de mi imaginación, esa carta en la que mis sentimientos hacia él se volvían todavía más fuertes si era posible y en la que rompemos esa prohibición impuesta por Anne sobre mantener el contacto. 

No podía mentir. Lo echaba tanto de menos que sería capaz de cualquier cosa por verlo aunque fuera de lejos. Los primeros días lo intenté; intenté acercarme como me fuera posible a su posición pero fue imposible. Cambiaron los guardias, reforzaron las entradas y pusieron cámaras de seguridad que me pillaron por las afueras varias veces. 

Claudia solo había demostrado la maldad que llevaba dentro cuando se apoderó de todo eso sin razón, sin tener ningún tipo de relación legal con la familia Styles pero haciendo con Anne lo que le daba la gana, manipulando hasta al último empleado. 

Solo conseguí relajar mi cordura cuando Liam llegó una semana a casa y me dijo que estuvo hablando con Harry, cuando Liam aseguró que él me seguía amando y que nadie había conseguido quitarle la alianza del dedo. Obviamente me puse a llorar, solté demasiadas lágrimas a lo largo de los días delante de quién fuera, siendo consolado por todos sin imaginar el dolor por el que estaba pasando. 

A la siguiente semana, Liam habló de nuevo con Harry y este le dió una carta para mí en la que me relataba todo lo que Liam no conseguía decir con sus palabras. Desde ahí, ya habían pasado más de siete cartas. 

La leí con velocidad, releyendo cada palabra nueva que leía y fascinandome una semana más con su preciosa ortografía.  

Querido Louis,

Esta semana ha sido dura. Cada vez me cuesta más estar alejado de tí, no sé cómo me mantengo vivo. 

Tina sigue preocupada por tí. Creo que al fin y al cabo todos lo estamos. Has conseguido dejar un vacío demasiado grande en esta casa. 

Me duele saber que te tuviste que mudar. Espero que la nueva casa sea de tu agrado, la elegí pensando que os gustaría a los dos. 

Liam me contó que Zayn está bien, me alegra muchísimo enterarme de que al final la policía no le hizo nada. Estoy seguro de que en la nueva casa él estará a salvo, al igual que tú. Recuerda que mis guardias de confianza vigilan la entrada a todo momento y nunca permitirán que la policía se acerque. 

En cuanto a mí, debo asegurarte que te extraño más de lo que pensé hacerlo. Como te dije al principio de toda esta aventura, es difícil, los dos lo sabemos y estamos pagando por el pecado de amarnos. 

No hay día que no mire la alianza en mi mano y me acuerde de lo bonito que fue tenerte cerca. Me sentí vivo Louis, más vivo que nunca, por eso no me di cuenta de lo afortunado que era. 

Espero que en estas líneas hayas podido encontrar algo nuevo de mí esta semana, estoy seguro de que esto acabará pronto, mi vida. 

Te amo siempre, mi golondrina favorita. 

Una orden || Larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora