| Página siete |

4.8K 647 129
                                    

.

.

.

Sus pensamientos provocaron un pequeño dolor de cabeza. El día anterior en el ejercicio práctico de rescate y enfrentamiento con villanos lo dejó demasiado pensativo. Aún no llegaba a una conclusión de quién podría ser la chica. Sus sospechas no eran tan claras y tal vez solo sean las apariencias las que veía y no lo que ella trataba de ocultar.

—Bakugō, has estado muy pensativo últimamente —comentó Mina entre todo el bullicio de la cafetería, llamando la atención del rubio ceniza que solo permanecía observando sus alimentos. No recibió contestación alguna de él, simplemente su típico ceño fruncido antes de llevar una porción de comida a su boca.

—Es cierto —confirmó Denki teniendo su bocado—. De echo has actuado muy extraño últimamente —se atrevió a decir con una pizca de inocencia, sin percatarse de la mirada asesina de su compañero porque solo se concentraba en comer. Kirishima y Sero se mantenían al margen de la conversación, ellos no se arriesgarían a despertar a la bestia que se mantenía tranquila mientras comía.

—(Nombre) estuvo genial ayer en la práctica —comentó el azabache tratando de cambiar el tema, además de que lo había impresionado—. ¿Alguno de ustedes sabía de su nuevo movimiento? No pensé que pudiera cortar mis cintas antes de atraparla —sonrió manteniendo un gran asombro al recordar el momento.

—Además fue muy cuidadosa al rescatarme —añadió la pelirrosa emocionada—. Y en el último momento en que ayudó a Bakugo fue épico, ¿No es así? —se dirigió al mencionado esperando una respuesta que la apoyara.

Este solo chasqueó la lengua. No lo admitiría, pero asi fue. Ese cabello largo y oscuro que se escondía entre el polvo y escombros estaban grabados en su mente. No negaría que sintió un gran alivio al ver otra oportunidad para ganar el enfrentamiento de no ser por ella—. Tenía que dejar que hicieran algo,  de otra forma hubiéramos terminado antes —dio otro bocado y miró hacia el resto de alumnos comprando y comiendo pero ahí estaba ella, con algunas vendas en sus brazos a causa de utilizar su don por un tiempo más prolongado del que debía.

Caminaba con su bandeja de comida al lado de Midoriya, Uraraka, Iida y Todoroki con dirección a una mesa libre. Sonreía animadamente al lado del peliverde que le hacía recordar esa noche donde casi los encuentra juntos ¿Debería descartarla complemtamente? Se mostrabas más apegada a él que al resto de su pequeño grupo y una pequeña espinita empezaba a molestar los pensamientos de Katsuki, que decidió mirar su comida con su ceño más fruncido, masticando con mayor fuerza y rapidez. Algo que Mina notó disimuladamente y que para Kirishima eran señales de tener una plática de hombres sobre su reciente descubrimiento.

. . .

Tocó la puerta un par de veces esperando la invitación para entrar, pero no tenía respuesta. Probó de nuevo y un poco más fuerte obteniendo el mismo resultado. Optó por entrar por su cuenta, creyendo que su compañero no estaba o se encontraba demasiado ocupado para escucharle, mas solo lo encontró recostado, y quizá dormido, sobre su cama, con sus auriculares puestos a todo volumen, pues lograba escuchar las melodías sin necesidad de usarlos.

Observó la habitación de su compañero antes de irse, sin dudas era un chico ordenado. Pero sus ojos no evitaron ver aquel cuaderno negro, del que tuvo la oportunidad de leer antes, bajo la mano extendida de Katsuki sobre su cama. Este era su más grande descubrimiento hasta ahora y confirmaba de una buena vez que su compañero estaba completamente interesado en aquella joven que le escribió.

Diario perdido  •Katsuki Bakugō•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora