"Nunca podrás quitar mi aroma de ti".
¿Por qué seguía soñando con él? ¿Con un futuro que jamás tendrían? Hamed Agani se lo preguntó por meses, luchando con fiereza para no correr hacia la puerta de Niek Alders y adorarlo como un dios, olvidándose d...
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El sonido de un vehículo se escuchó al atardecer mientras Niek estaba en la caminadora y Damián leía un libro.
― Es mi chofer...
Bromeó el médico, haciendo que el rubio frenara la caminadora.
― Vamos, te acompaño.
― No te preocupes yo...
― Déjame hacerlo, gracias, Doc., en serio, por todo.
― Es mi trabajo, si puedo ayudar...
Ambos se movieron hacia las afueras de la casa y el corazón de Niek se detuvo por un segundo.
Estaba ahí, había regresado.
Niek observó a Damián para que le corroborara lo que sus ojos estaban atestiguando.
― Vaya, veo que tienes visitas también. Cuídate, Niek, nos vemos mañana...
Damián tomó el bolso personal y lo colgó en su hombro mientras se dirigía a los dos hombres que estaban un poco más lejos de ellos.
― Hola, Hamed.
― Dr. Blake.
― Gracias por volver...
― Gracias a ustedes por mostrarme que estaba equivocado...
Damián se acercó a Martin besándolo con intensidad.
― ¿Qué haces hermoso?
― Estaba pensando que tal vez, deberíamos ir a cenar a algún lado.
― Soy todo tuyo, tú sólo dime dónde...
Martin entrecerró sus ojos y volvió e invadir la boca de su novio.
― ¡Oigan! ¡Búsquense un hotel!
Gritó Niek a lo que ambos rieron.
― Mejor nos vamos...
Una vez que el auto arrancó, Hamed los observó por unos instantes y luego, se enfocó en los ojos negros que lo escrutaban curiosos.
― Hola...
Niek puso las manos en sus bolsillos sin saber qué decir mientras su amante se acercaba cada vez más.
― Escucha, yo...
Los labios del rubio fueron capturados con una fuerza devastadora. Hamed tomaba todo de él sin dejarlo respirar, sujetó los brazos del impresionante hombre que ahora asaltaba su mandíbula con mordidas y se dirigía a su cuello dejando un enorme chupetón que hizo que frunciera el ceño por el pequeño y dulce dolor.
― No digas nada, no quiero escuchar las razones hoy, sólo déjate llevar, libérate, permíteme hacerte mío...
Niek tenía miedo, este hombre no era el muchacho que se dejaba hacer y que simplemente esperaba las migajas que su amo le daba. Había cambiado y esto le provocaba una marea de confusión y excitación.
