Capítulo 19: El compromiso

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NOTA DE LA AUTORA: Hola mis queridos lectores, dado que al último capítulo le dieron mucho amor, decidí actualizar rápido. Este es un capítulo corto, pero importante porque entenderán muchas cosas y como se darán cuenta esta vez quien narrará será Daniela. 

Esta nota es para agradecerles por leer mi historia, y aunque son exigentes con las actualizaciones, me encanta que les encante xD. Sin embargo creo que me motivarían si la comparten y hacen que tenga mucho mas alcance. 

De igual manera quiero decirles que aunque estamos en cuarentena, yo si estoy trabajando así que no siempre podré actualizar de inmediato, pero lo intentaré.

Y por último pero no menos importante, tengan mucho cuidado al leer este capítulo no quiero que se vayan a confundir. Este es un capítulo retrospectivo, así que lean con calma para que lo entiendan en su totalidad. Disfruten :) 

POV CALLE

Mientras el ascensor descendía, la imagen de aquella chica semi desnuda y Poché estando juntas se proyectaba en mi cabeza de mil maneras diferentes y dolía cada una de ellas. Un gran nudo en la garganta impedía que respire a un ritmo normal, y mi visión se tornaba oscura consecuencia de las lagrimas que amenazaban caer. 

Los segundos parecían horas en tan reducido espacio físico, sin saber bien que hacer y tratando de calmarme presioné el botón de emergencia del elevador y este se detuvo; entonces intenté comprender por qué me sentía así, por qué sentía como si acabaran de arrancar un pedazo de mi vida, por qué dolía como si cien balazos atravesaran mi pecho, todos a la vez. No es amor lo que siento por ella! ¿Lo es?

¿Será  que cuando nos enamoramos no nos damos cuenta? ¿Acaso podemos estar inconscientemente enamorados de alguien?

Buscar las respuestas a esas interrogantes me hizo dar cuenta que no viene al caso tener un plan en la vida, al menos no cuando se trata del amor, porque para el amor no hay formulas como en las matemáticas, o recetas como en la cocina. Simplemente pasa, un día conocemos a alguien, luego nos empieza a gustar esa persona, y eventualmente comenzamos a pensarla sin motivo alguno. Nos ponemos celosos si hablan con otra persona. Siempre queremos estar con ellos, porque hacen que una vida horrible valga la pena vivir aunque sea unas pocas horas al día. Nos quitan el dolor, nos hacen reír, nos hacen enojar, y hasta nos ponen tristes de vez en cuando. Pero no importa lo que nos hagan sentir, siempre vamos a querer volver. 

Pero... y si el amor en verdad funciona así y tengo razón, entonces ... ¿estoy enamorada?

-No! No Daniela Calle, no puedes estar enamorada de alguien que se va a casar. No puedes estar enamorada de alguien que intentó jugar contigo y que ahora juega con alguien más. -repliqué furiosa, odiándome a mi misma por haber creído en ella. 

Tomé aire, lo suficiente para retomar el aliento y presioné el botón que activó nuevamente el ascensor. Después de unos segundos, las puertas se abrieron y caminé rápidamente con dirección a la salida, cuando sentí que alguien me tomó del brazo, obligándome a detenerme. 

-¿Está bien señorita Calle? No se veía bien al dejar mi departamento.

-¿Como llegó aquí, si yo estaba en el elevador? -pregunté desviando mi mirada de la suya. No quería que notara que estaba llorando.  

Al escuchar mi pregunta, María José sacudió su cabeza en señal de negación y empezó a sonreír.

-Usted, Daniela Calle, tiene una fijación un tanto molesta por detalles insignificantes en medio de conversaciones serias. Salí por la puerta de emergencia y tomé otro elevador. -explicó con paciencia, aún con la sonrisa dibujada en su rostro. 

CON LAS GANAS | CACHÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora