El escondite tras la mentira (5º libro SAGA VERDADES OCULTAS)

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Os dejo un pequeñito regalo

Las buenas intenciones de los señores Dominth eran todo un fastidio, en las veladas siempre reservaban varios de mis bailes para que los compartiera con Javier y aquellos momentos eran insufribles.

-Javier, seguro Zuzanny está encantada de que compartas con ella el vals, puesto que no lo tiene comprometido ¿verdad hija?- Yo dibujé una fingida sonrisa en mi rostro y acepte la mano que Javi me tendía. Una vez en la pista de baile mi boca se convirtió en una única línea recta.

-Menuda actriz estás hecha.- dijo Javier rompiendo el silencio.- Realmente te han enseñado bien en tu escuela. – Ante mi prolongado mutismo, el decidió volver a intervenir.- Oh vamos no puedo creerme que sigas enfadada conmigo...- Sabía que había dicho aquello para picarme, pero no pude evitar responder.

-¿Por qué debería estar enfadada señor Dominth?- Respondí como si le hablara a un completo extraño.

-Eso mismo me pregunto yo... aunque quizás nuestro último encuentro pueda iluminarnos....

-Quizás pueda usted refrescarme la memoria, puesto que si no recuerdo mal hace un par de años que no nos veíamos.

-Cuatro.- dijo con rapidez.- Hace casi cuatro años que no nos veíamos.

-Tanto, no, no puede ser que el tiempo pase tan deprisa, apenas si he notado su ausencia. – El frunció levemente su frente demostrando que mis palabras no le habían agradado, pero supe que iba a contratacar cuando vi aquella chispa en sus ojos.

-Supongo que uno siempre intenta borrar de su mente un desamor...- Dijo sonriendo de lado.

-Menudo caballero está usted hecho.- Mantén el temple, me repetía una y otra vez, siempre orgullosa.

-Solo muestro mi preocupación por su corazón mylady.-Lo miré sin llegar a comprender su pretendía burlarse de mí o estaba realmente preocupado.

-Pues no se preocupe tanto, el amor de la niñez nunca es importante. Para que se quede más tranquilo le diré que el amor por un verdadero hombre borra cualquier tontería del pasado.- Por lo visto di en el clavo, porque sus hombros se tensaron y su agarre fue más firme.

-¿Está su familia enterada de ello?- preguntó intentando sacarme más información.

-Creo que soy mayorcita como para andar pidiendo permiso para entregarme a quien yo desee.- dije haciendo la reverencia final y saboreando mi victoria.

-Zuz espero que no estés hablando enserio...- me susurró mientras volvíamos junto a sus padres.

-No creo que eso sea de su incumbencia querido.- Sabía que él podía haber interpretado mis palabras llevándolas al extremo y entendiendo que yo había sido deshonrada, pero me daba absolutamente igual lo que él pensara de mí.

Desde ese momento sentí que la mirada de Javier se clavaba en mí en todos los eventos, al parecer su curiosidad por saber quién era el hombre del que le había hablado era tremenda. Llegaba a tal extremo que en un primer momento, creyendo que Miller era el susodicho estuvo a punto de retarlo a duelo, o eso me contó él. Pobre Tom, con lo bueno que era.

-Ese hombre está loco.- me dijo Tom en uno de los bailes.

-Lo sé.- le respondí divertida.- Pero no dejes que te afecte demasiado.

-No lo hace, tras aclararle que no eras de mi agrado dejó de intentar machacarme con la mirada.- Aquel comentario me hizo reír.

-Debó buscar a algún caballero que pueda hacer el papel que necesito.- dije pensativa.

-¿Y por qué no mejor arreglas las cosas con el señor Dominth?- preguntó inocente- Anna me ha dicho que erais muy buenos amigos.

-Sí, cuando éramos niños, pero como puedes ver, ya no lo somos. Por cierto... -dije cambiando radicalmente de tema.- ¿Cómo vas con Anna?- Sabía que con aquel comentario había dado en su tema tabú.

-Está bien, no te preguntaré. No insistiré más con el señor Dominth.- Dijo serio.

Desde el primer momento, de aquella segunda temporada, Tom había demostrado cierta inclinación por Anna, inclinación de la que ella no parecía percatarse. Y como hasta el momento ella no había dado indicios de estar interesada yo no había querido forzar una situación que podía destrozar la amistad que teníamos los tres.