Capitulo 24

3.3K 182 38
                                    

Abro mis ojos y busco por toda la habitación, no estoy ni en mi casa ni en la Alex

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Abro mis ojos y busco por toda la habitación, no estoy ni en mi casa ni en la Alex. Estoy en un hospital, me incorporo frotando mi sien, mi cabeza va a explotar. La puerta se abre dejando ver a mi madre, viene corriendo a mí y me abraza, cierro mis ojos disfrutando de su calor corporal. Extrañaba estos abrazos.

-¡Oh mi niña!–una pequeña lágrima se resbala por su rostro. La limpio sonriendo con nostalgia.

-Mamá, no llores. Estoy bien–susurro apartando un mechón de mi cabello.

-Sufriste un ataque de asma, desde niña no lo tenias–dice con preocupación.

-Solo me altere un poco. Pero ya estoy mejor–trato de ponerme de pie.

-¿¡Pero qué haces niña?!–me toma del brazo y me recuesta nuevamente.

-Necesito salir de aquí, tengo muchas cosas que hacer–murmuro mirando sus ojos.

-Sophia, nos mentiste a todos. Haz estado todo este tiempo con el socio de tu padre. Un hombre mucho mayor que tú–siento mi corazón latir rápido y mi boca seca. Joder.

-Mamá yo...

-No Sophia, nos has decepcionado. Confiábamos en ti, mentiste sobre eso, también lo hiciste sobre la carrera que estas estudiando. El acuerdo era que estudiaras Ciencias políticas, no medicina.–gruñe molesta.

Siento mis ojos cristalizarse y mi pecho arder, mi ánimo cae por el suelo y mis lágrimas caen sin previo aviso. Trato de asegurarme a mí misma de que no hice nada malo, ya soy adulta y tomo mis propias decisiones. Abro mi boca para decir hablar pero me es imposible, estoy en shock ¿como lo descubrieron? ¿Qué pasó con Alex?

-Mamá... ¿Cómo lo supieron?–pregunto atemorizada.

-Hija... salió en todas las noticias. El vicepresidente y la hija menor del gobernador comprometidos.–siento decepción en su tono de voz.

Las lágrimas empapan mis mejillas y siento unas ganas de inmensas de desaparecer. Tengo miedo, mucho miedo. No sé que vaya a suceder cuando salga de este hospital, pero no me arrepiento de nada. Ahogo un sollozo y cierro mis ojos al escuchar como la puerta es abierta.

-Buenas noches señoritas–los abro al escuchar a la doctora.– los estudios salieron bien, no está embarazada y ya pueden irse a casa.

Abro mi boca indignada ¿me han hecho una prueba de embarazo? Me siento humillada y enojada. No puedo creer esto, fulmino a mí madre con la mirada y quiero salir corriendo de aquí. La doctora me ayuda a ponerme de pie, me dirijo al baño y rápidamente me pongo el atuendo que trajo mi madre. Salgo y las veo conversar, mi madre me mira y asiento para poder salir de aquí.

-Tendremos que irnos por la salida de emergencias. Afuera está lleno de paparazzis–me toma del brazo y salimos al pasillo del hospital.

Está lleno de seguridad, bajamos por el ascensor hasta la primera planta, me tapo lo más que puedo al ver la salida principal amontonada de personas. Dios mío. Gracias a Dios la salida de emergencia está despejada, llegamos rápido al auto y vamos a casa.

La hija del presidente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora