↺𝙳𝚘𝚗'𝚝 𝚑𝚊𝚗𝚐 𝚞𝚙 ｢sasodei｣

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Mientras esperaban la pizza que habían ordenado para no hacer cocinar a su madre, toda la familia Namikaze Uzumaki se reunía en la sala. Minato y Kushina habían llegado hacía unas horas, y parecían demasiado calmados.

—Me alegra tanto poder estar de nuevo con mis pequeños— se alegró su madre.

Abrazó fuertemente a Naruto y a Menma al mismo tiempo, estos parecían ahogarse en aquel afecto tan rudo. Minato se acercó a Deidara y le regaló un apretón en el hombro mientras se sentaba a su lado.

—¿Cómo has estado, Dei?— le preguntó mientras la pelirroja seguía compartiendo palabras y cariños a los otros dos.
—Bien papá, Itachi ha estado viéndome todos los días— admitió— y también nos ha estado cocinando.
—Es un buen chico.
—Lo es— sus mejillas se colorearon y Minato no pido evitar apretarlas con dulzura.— ¡Papá!

El timbre sonó, anunciando que la comida había llegado. El primero en levantarse y tomar el dinero fue Naruto, quién salió corriendo de los brazos de su madre, dejando a Menma a disposición de los algo agresivos cariños que su mamá le proporcionaba. Kushina estrechaba al moreno casi hasta sacarle el aire, parecía muy emocionada por algo.

—¡A comer, dattebayo!

Todos hicieron caso, se sentaron a la mesa y como siempre, los gemelos parecían atragantarse sin disfrutar realmente. Aún así, la comida fue agradable. La familia estaba feliz pues Menma había regresado al fin. Llevaba ya mucho tiempo sin salir en las noches, parecía que se estaba reformando. Naruto había subido sus notas gracias a la tutoría de Sasuke y Deidara parecía recuperarse poco a poco gracias a Itachi.

—¿Cómo está el abuelo?— preguntó Naruto cuando ya no quedaba nada en las cajas de pizza— ¿Ya le dieron de alta?
—¿El abuelo?— preguntó Kushina, confundiendo a todos.
—Digeron que irían a visitar al viejo Jiraiya. ¿Le pasó algo malo al pervertido ese?

Su madre pareció recordarlo, pero era un poco raro, se suponía que a eso se habían ido.

—¿Pasó algo?—habló el azabache con cuidado. Incluso Deidara se limitó a mirar a sus padres con recelo.
—No, su abuelo está perfectamente— los tranquilizó Minato, sonriendo y causando un efecto inmediato para apaciguar a sus hijos— en realidad, no fuimos a ver a su abuelo. No le ocurrió nada en realidad, está muy bien.

Deidara y los gemelos parecían bastante confundidos, si no habían ido a ver a su abuelo ¿entonces cuál era la razón de su ausencia? al ver sus rostros, Kushina continuó.

—Les tenemos una noticia, y eso tiene que ver del porque nos fuimos con la excusa de ver a Jiraiya-san.— siguió. Sus manos se unieron y sus ojos miraban con anhelo, para después, soltar un suspiro esperanzado— estoy embarazada, dattebane.

La noticia corrió a sus tres hijos de diferentes formas. Naruto sonrió, radiante, Menma parecía consternado, y Deidara...

—¡¿Eh?!— gritó el rubio— ¡¿Otro mocoso hm?!
—¡Es genial dattebayo, al fin podré ser un hermano mayor!— se alegró Naruto.
—¡Si, tengo nueve semanas!— celebró la mujer—¿No les parece genial?
—¡Pero el único cuarto libre que queda es mi estudio!— siguió quejándose Deidara— no pretendo darle mi estudio, me costó años tenerlo.
—No le darás tu estudio a nadie, fuimos al médico en nuestra salida, y también buscamos casa nueva. Encontramos una bastante grande y queda incluso más cerca de su escuela.

Deidara hizo un puchero, sonrojándose por su egoísmo. Era difícil para él expresarse sin gritar o quejarse, y aún así su familia lo conocía y aceptaba. Estaba tan ensimismado en la noticia que casi olvidada lo que quería contar él.

—Me alegra— habló con voz firme— yo también tengo algo que contarles.

Los ojos de los demás se pegaron a él. ¿Qué era tan importante para interrumpir la noticia de un nuevo bebé? Él en cambio, apartó la mirada, al recordar lo que hacía un día había pasado, sonrió.

—Supongo que es el día de las buenas noticias y yo...—se detuvo un momento, Menma parecía aterrado, pero tampoco le tomó mucha atención. Alzó la vista y habló con emoción— ¡Estoy saliendo con Itachi!

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