Su expresión triste e ida le indicaba que algo andaba mal.
Desde que la conocía, la había visto sonreír con facilidad, y llegaba a hablar con soltura cuando estaba cómoda. En cambio, en ese preciso momento, por alguna razón estaba callada y su mente parecía estar en otro lado, menos con él.
— ¿Te sientes mal? — interrogó Jeongin gentilmente.
Yeji le miró de soslayo, para luego negar, volviendo nuevamente a la tierra.
— Yo estoy bien. — murmuró en respuesta, pero no tan convencida de ser sincera. — Es sólo que estoy preocupada por mis hermanos; realmente no sé cómo la estarán pasando.
— Estoy seguro de que te extrañan, pero que sabrán lidiar con ello. — indicó con simpleza el mayor. — Sabes que puedes decirme cualquier cosa.
— Muy bien, digamos que la situación con cada uno de ellos no es la mejor, ni la más simple. — manifestó con franqueza.
— Me gustaría escuchar más sobre tu familia. — comentó el peli negro sonriente. — Yo no sé que se siente tener un hermano. Supongo que es como una especie de compañero con quien aprendes mientras crecen juntos . . . Aunque diciéndolo así, se parece mucho a mi experiencia en el internado.
Ambos sonrieron, estando sentados al lado del otro, observando el cielo que se iba oscureciendo con cada minuto que pasaba, sintiendo las brisas frías de un invierno algo solitario, pero hermoso.
— La verdad es que no es tan simple. — dijo Yeji con una pequeña sonrisa. — Por ejemplo, Hyunjin es la persona más inmadura que puedes llegar a conocer; siempre con esas ganas de sólo querer reír y jugar sin importar lo que pasa a su alrededor; es un completo idiota muchas veces, pero no lo hace a propósito; su corazón es tan noble que te es imposible odiarlo, porque te das cuenta que es el tipo de persona que vive el momento y muy pocas veces se preocupa por el futuro.
— Creo que eso lo sé muy bien. — murmuró el príncipe nostálgico. — Sin embargo, fue mi primer amor, así que siempre será especial para mí.
— Yo sé que tú también eres muy especial para él. — indicó con seguridad la menor. — Es muy fácil quererte, Jeongin.
— ¿En serio? — interrogó el mayor algo sorprendido. — Todas mi niñeras siempre me dejaban.
Ambos rieron ante el comentario, y después de unos segundos, Yeji decidió proseguir:
— Lia es alguien que admiro muchísimo. — comentó con cierto orgullo. — Súper linda por fuera y por dentro. La persona más valiente que he conocido, y la más madura.
— Sería una excelente monarca entonces. — opinó Yang mientras miraba el cielo. — El mundo se está perdiendo de mucho por su ignorancia.
— ¿Realmente lo crees así? — interrogó ella mirándolo, sin embargo, lo único que veía era su perfil y sus ojos puestos en el cielo casi nocturno.
— Claro. — respondió sin mirarla. — El mundo no podría avanzar sin mujeres.
Hwang intentó ocultar su sonrisa tras su mano. Era totalmente divertido hablar con un chico que no era su hermano, y que éste sea tan diferente y lindo. Había extrañado tanto charlar con alguien que no sea de su familia.
— Bueno, por último está mi hermana Yuna, quien es la menor y la única que nunca ha salido del castillo en toda su vida. — manifestó de lo más natural, pero aquella información dejó sorprendido a Jeongin, el cual la miró perplejo.
— ¿En serio?
— Mis padres son muy sobre protectores con ella. Pero está bien, creo que está bien, porque no conoce nada más, por lo que sería triste si sale una vez, sabiendo que nunca volverá a salir, o al menos no hasta que decidan comprometerla con alguien. — explicó ahora sin tantos ánimos. — Ahora que lo digo en voz alta . . . siento pena por mi propia hermana . . .
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S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔
Fanfiction«Renunciar a ser niños, renunciar a ser príncipes, y afrontar ser reyes a los veinte años no era fácil; y mucho menos si aún no resolvían sus problemas amorosos, ni protegían al mundo con sus poderes. La última y definitiva batalla se acercaba más r...
