Una cruel Venganza

4.7K 340 52
                                    


Escuche el sonido del despertador, anunciando la hora de levantarme e ir a clases. Abrí mis ojos y sentí un poco de humedad en ellos. Lleve mi mano derecha y quite el rastro de lágrimas. Todas las noches, lloro por mi alguna vez... novio. La persona que ilumino mi vida y cada uno de mis días.

—Te extraño...

No puedo evitarlo. El dolor, el dolor de tanto amarlo y saber que esta con otro, me hace demasiado daño.

Cada día que pasa, creo desfallecer de apoco. Llegara el momento en que no lo soporte más, y lamentablemente...tomare una decisión muy egoísta y me quitare la vida. Me levante y fui desvistiéndome de la ropa de dormir para ponerme mi uniforme. Durante la noche había dejado todo listo a la orilla de mi cama, para no tener que estar revisando mi armario. Una vez listo, me dirigí al baño a mojar mi rostro y cepillar mis dientes.

Como siempre, la misma rutina. Dar los buenos días a mi familia, aunque mi padre no estaba y eso se convirtió en un gran alivio para mi alma. No tenía deseos de verle la cara. Desayune y partí a mi instituto.

Caminar lentamente a mi destino, izo relajarme, pronto vería el rostro de mi rubio. Pero no me sorprendería que no me mirase, o que ni siquiera emitiera un "Hola" de sus dulces labios. Al entrar al establecimiento e ingresar a mi salón, di un simple hola a aquellos que me correspondían.

Me ubique en mi pupitre y vi entrar al resto del alumnado. Como deduje, mi rubio entro y me lanzo una mirada fugaz y acto seguido se sentó en su lugar. Un poco más adelante que yo.

Estaba solo. Todo el mundo sabía que al único que permitiría sentarse a mi lado, seria a mi querido Dobe. Pero como pasa la mayoría de las veces, los rumores en los recreos no se hicieron esperar y pronto, todo el escuela sabia de mi separación con mi novio. No la razón aparente, pero que rompimos. En ese breve tiempo, me pasee por los pasillos, mis manos en los bolsillos y una cara llena de frialdad como acostumbraba siempre.

Llegue al patio y me fui a la parte más alejada. Quería y necesitaba paz. El único lugar donde me prometí no derramar mi angustia era en el colegio. Todavía...todavía guardaba mi orgullo. Me deje caer junto a un árbol, donde apoye mi espalda bajo esa pequeña sombra. Mis ojos se cerraron sin que pudiese controlarlos, no había dormido bien, era normal que la pesadez me invadiera.

Durante la noche. Suelo tener pesadillas...pesadillas donde mi padre lastima a mí ser más amado. Maltratándolo o en el peor caso, usa a sus contactos y aparecen en medio del instituto con armas. Siempre que veo el gatillo moverse y la bala ir directo a mi rubio, despierto gritando su nombre con los ojos llorosos.

Esto me ocurre seguido. Y temo que no puedo pararlo, a pesar de ser el dueño de mis sueños.

Mis oídos escuchan el fin de recreo y me dispongo a levantarme con algo de dificultad. Camino nuevamente al interior y cruzo los pasillos, últimamente he sentido las miradas de los demás en mi persona. Poco me importa. Entro a mi curso y me siento en mi lugar, mis compañeros también iban ingresando y por ultimo nuestro profesor. Mientras Kakashi impartía clases, yo solo me limitaba a mirar por la ventana. El tema que estaba explicando lo entendía a la perfección, solo quería relajarme.

En los siguientes recreos, Naruto no se digno a mirarme y tampoco a hablarme. Solo se la pasaba con sus amigos, riendo y conversando amenamente. De cierta manera, me hacia feliz verlo con ese entusiasmo. Mejor eso a verlo deprimido o con una de sus sonrisas falsas, eso me recuerda a Sai...

¡Maldita sea!

Debo dejar de tener esperanza, ya que lo he perdido. Que no estará más a mi lado. Que tiene otra persona a su lado para amar, y espero, que mi primo sepa valorar a mi Dobe. Él es tan...tan...cálido como un sol y esa radiante sonrisa, la que por cierto, no he vuelto a ver desde hace bastante. Supongo...que es por mi culpa.

Dolor de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora