Capítulo 49 - Mefistófeles

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NARRA DIANA

_Leoncita, ¿has decidido ya que vas a hacer con... "tu padre"?

_Voy a ir a verlo... Quiero hablar con él.

_Bien, entonces vamos ahora que luego tenemos que arreglarnos para la fiesta.

_La verdad... No estoy muy receptiva con la idea de la fiesta, seguro que habrá babosos que se querrán acercar...

_Tranquila, tienes a un dios a tu lado, y si te molestan... Puedo hacerlos desaparecer y simular muerte natural... _me dice sonriendo mientras me agarra de la cintura.

_Eres horrible... Pero te amo.

_Lo sé leoncita... Y yo a ti, muchísimo. Y tranquila, estaré a tu lado para apartar los moscones...

Nos besamos y luego nos aparecemos en el castillo de mamá, ya que Mefistófeles está en los calabozos en lo que me decidía qué hacer con él.

_¿Mamá?

_Tu madre no está, está terminando de organizar unas cosas con Baltasar y Dante para la fiesta _Me dice Lucas.

_Vale, gracias.

_No hay de que.

Yo cojo la mano de Tánatos y me dirijo hacia los calabozos. Él por suerte nunca ha estado aquí, así que no conoce el lugar.

_Hola princesa, no sabía que vendría.

_Hola Eleb, no te preocupes. ¿Te importa dejarnos solos?

_Claro, si me necesitas estoy arriba.

_Gracias.

_Me gusta lo de princesa...

_Yo prefiero lo de leoncita, así sólo me llamas tú.

_A sus órdenes leoncita...

Nos acercamos hacia la celda especial para demonios, cogemos un par de sillas y la ponemos delante.

_Que sorpresa, es la primera visita que tengo, y encima de mi hija. Me alegra verte _dice sincero.

_Ya... Verás, si te soy sincera, no sé qué hacer contigo. Mis padres te quieren muerto, y no me extraña nada, hasta una parte de mi lo quiere así. Has sido un auténtico hijo de puta con mi madre.

_No lo voy a negar, es verdad. Aunque créeme que me arrepiento, y ella lo sabe.

_Cono si me fuera a fiar de tu arrepentimiento...

_Intenté salvarte, a ti y tu familia. Aunque no lo creas, la quiero, y tú eres mi hija.

_Pues vaya forma de querer...

_No pretendo convencerte, sé que eres inteligente y que no te dejas manipular, pero puedes comprobar si quieres en mi mente que digo la verdad cuando te digo que quiero conocerte más y que te protegeré siempre.

Yo me quedo en silencio meditando sus palabras, y lo miro intensa y fríamente a los ojos, aunque no entro en su mente, no lo necesito.

_Leoncita, si quieres mi opinión, creo que no miente.

_Lo sé... _digo seria sin apartar la mirada.

Mentalmente llamo a Eleb, quien aparece enseguida.

_Dime princesa, ¿qué necesitas?

_Abre la celda.

Eleb me mira pero no cuestiona mi decisión, yo mientras tanto no le quito ojo a "mi padre". Mamá me dio carta blanca para hacer lo que quisiera, espero que le parezca bien. Una vez Eleb abre la celda, se aparta a un lado y yo me pongo de pie, siguiéndome Tánatos.

_Eres libre con una condición. No te acerques a mis padres, porque eres demonio muerto.

_Gracias, no sabes lo que me alegra que tomes esta decisión. Aunque no lo creas, te pareces mucho a mi, y me gustaría enseñarte todo lo que sé. Nos veremos pronto. _Él sale de la celda y desaparece de allí.

_¿Estás bien mi amor?

_Si, pero me preocupa mamá. Vamos a casa, le contaré mi decisión luego.

NARRA HELENA

Estamos en la empresa eligiendo algunos detalles, Di se conecta conmigo.

_Mamá, ¿puedes hablar?

_Claro cariño, dime.

Yo les hago una señal a Dante, Azazel y Baltasar para que no me sigan hablando.

_He hablado con Mefistófeles, y lo he liberado, quiero conocerlo. ¿Te parece bien? Sé que ha sido un hijo de puta contigo, pero tiene advertencia de no acercarse a vosotros. Te parecerá raro, pero quiero conocer otros aspectos suyos.

Yo me quedo sin palabras en ese momento, es un duro golpe que me lo diga así.

_¿Mamá?

_Está bien cariño, sólo ten cuidado, y si necesitas ayuda no dudes en pedírmela.

_Muchas gracias mamá, te quiero.

_Y yo.

Tras esa conversación, creo que necesito echarme agua en la cara. Una vez cortada la conexión, me miran los 3 preguntándose que ocurre.

_¿Todo bien, cariño?

_Diana ha tomado una decisión respecto a la rata del calabozo.

_¿Va a acabar con él? _pregunta Azazel y yo suelto una risa desganada.

_Lo ha dejado libre, quiere conocerlo.

_¿Qué? _dice Baltasar.

Dante no dice nada, pero puedo ver la furia en sus ojos, que incluso se vuelven negros. Yo pongo una mano en su cara acariándola, y luego me abrazo a él.

_Tranquilo mi amor, no pasa nada, estoy bien, sólo me ha impactado un poco la noticia. Además, tiene prohibido acercarse a nosotros.

_No me fío de él, a partir de ahora si no te acompaño yo, lo hará Azazel.

_Será un honor mi rey, daría mi vida por la reina.

_Lo sé, amigo.

_Voy un momento al baño.

Me alejo de ellos y me dirijo al baño. Claro que me pasa algo, pero tal y como ha reaccionado Dante no puedo hacerle ver lo mal que me sienta la noticia, si no de seguro le arrancaba la cabeza ahora mismo.

Entro en el baño y cierro la puerta. Me dirijo al lavabo y me echo agua en la cara. Lágrimas de frustración caen por mis mejillas sin poder evitarlo y me vuelvo y le doy algunos puñetazos a la pared destrozándola. Al menos me siento un poco mejor al descargar mi ira. Me limpio la cara y la mano y salgo del baño para encontrarme con Baltasar.

_Mi reina...

_Hay que arreglar la pared del baño, y por favor que sea ahora para que esté lista para esta noche.

_Claro, no te preocupes.

_Gracias.

_Mi reina.

_¿Si?

Baltasar coge y me abraza, y yo la verdad es que me abrazo a él.

_Tranquila, no te va a volver a tocar, antes muere.

_Gracias...

_Y tranquila, no le diré nada a Dante sobre tu pelea con la pobre pared del baño, suerte que los demonios no tienen mi oído...

_Si, es una suerte _le digo con una pequeña sonrisa mientras nos separamos.

_Ahora dejemos esto listo, tiene que arreglarse para esta noche y dejar a todos con la boca abierta.

Entre los colmillos de los Bartholy VII: En el corazón de las tinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora