Capítulo 14

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14 de abril de 1816

Abrí mis ojos, y lo primero que vino a mi mente, fue aquella despedida, tal vez para él no significó mucho, ero para mí lo fue todo.

Él tomando mi mano, y guiándome a bajar del carruaje, una vez llegamos a Winchester. Sé que no fue mucho, pero esa noche pude olvidarme de que él no me recordaba, no vi frialdad en su mirada.

Tomé la manta y me tapé hasta la cabeza, no quería salir de cama, estaba cansada, pues llegando, estuve atendiendo a los bebés, que no quisieron dormir, según la niñera me extrañaban, así que tuve que quedarme hasta que durmieran, estaba exhausta.

Con pereza, tuve que levantarme, este era mi segundo día en Winchester, quería quedarme toda la semana, pero era imposible. Tomé la bata que tenía a mi lado y me levanté a tomar un poco de agua de la jarra, el cuarto se sentía fresco, pues había dejado las puertas del balcón abiertas, la brisa de primavera era relajante.

Ese día no tenía idea de qué hacer, seguro Ian querría ir con Grace, y era en sí el único con el que podía hablar, además de que tenía que ponerse al día con los negocios de papá, en fin, era solamente yo, y claro, los bebés.

Tomé el agua que me había servido, y me acerqué a la campanita, donde la toqué, esperando a mi doncella.

.

-¿Cómo amaneciste, hija?-preguntó mi madre al verme entrar al comedor, todos estaban ahí, hasta Ian, que tenía una cara de felicidad, la cual ocultaba su cansancio.

-Algo cansada, pero bien.

-Debes de dejar que te ayuden más, la niñera y la nodriza.

-Lo sé, pero ellos me extrañan. ¿Cómo amanecieron ustedes?

-Feliz.-dijo Ian con una sonrisa, a lo que mi mamá asintió también.

-Cansado, ya no tengo edad para tantos eventos sociales.-dijo mi padre que seguía con el diario en mano.

-Desde luego.-todos reímos por la mueca que hizo mi padre.

Una vez me senté, trajeron los platos del desayuno, a lo que cada uno se puso a desayunar.

-¿Irás a ver a Grace?-pregunté a Ian.

-Claro. ¿Qué harás este día?

-Creo que iré a pasear, me vendría bien un poco de aire fresco, después de anoche.

-Desde luego, iré contigo, también me hace falta algo de aire.-dijo mi madre.-Además de que Ian y tu padre se la pasarán todo el día ocupado preparando el viaje a Irlanda.-dijo lo último con algo de tristeza.

-Si quieres, puedo venir a quedarme contigo, mientras papá e Ian no estén.

-Desde luego que no, Camille. ¿Qué van a pensar si no te ven en Wellington? ¡Debes de estar ahí!

-Pero tú sola aquí, vas a deprimirte.

-Tengo a Caroline, ella vendrá a visitarme.

-Bueno, pero yo también vendré.

-Siempre serás bien recibida, Camille.-dijo esta vez mi padre, dirigiéndome una sonrisa.

-Gracias, papá.

Después de esa pequeña conversación, seguimos cada quien en nuestras propias mentes. Me preocupaba que mi madre se quedara sola, pues cuando papá salía a viajes, estábamos Danielle y yo, o también Ian, pero cuando él se fue a estudiar, estábamos nosotras, así que ella no estaba sola. Ahora ni Danielle ni yo, estaríamos.

Olvidar Mi Honor (D.M.H. 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora