XVI

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Simplemente no pude dormir, mi noche fue observar la mancha de humedad en la pared de la sala, aquella que muchas veces me había servido para meditar sobre mis decisiones y que curiosamente había olvidado que existía mientras Mingi estaba en la casa. La observé, le busque nuevas formas, me asusté y me angustie con ella como único testigo. Pensé en las muchas palabras que pude decir para evitar que se vaya y en tantas otras que él pudo haber dicho para que yo no me enojara.

Y así estuve todo el resto del día, mi mente se había desconectado de la realidad, las horas pasaban, la luz se colaba en el departamento, pero yo seguía allí sentado mirando la pared, ignorando el timbre, el celular, el mundo por completo. Allí estaba yo huyendo también de lo que no quería enfrentar, al igual que Mingi. Y comencé a llorar porque era lo único que podía hacer, sentirme inútil e idiota y llorar, llorar con fuerza hasta que mi nariz se llenará de mocos y me costará respirar y tragar y vivir. Y dejaría que todo el drama cayera sobre mí aquel día, me hundiría hasta lo más profundo tocando fondo para luego renacer como un Fénix.

Pero no fue así...

Tenía que volver a la realidad, por más que quisiera pasar el resto de mi vida allí tirado mirando la mancha de humedad preguntándole por qué habíamos sido tan idiotas, no podía. Faltar a clases, faltar al trabajo, no podía repetir lo mismo si quería que mi vida se mantuviese estable como hasta ahora, no podía echar todo a la basura por un problema. El mundo seguía, las personas iban y venían y los corazones... los corazones sanaban en algún momento. Y tras esa reflexión robada de labios de Seonghwa, la puerta fue aporreada con fuerza. Iba a maldecir a quien estuviese haciendo eso, había un timbre, pero pronto recordé que Mingi lo había desconectado... regresé al momento donde no nos conocíamos, donde los vecinos golpeaban la puerta con fuerza, sólo que yo más triste y desganado.

Solté un suspiro y maldije mi cerebro, sólo deja de pensar en lo mismo una y otra vez, tú así lo quisiste...

—¿Quién...?

—Pensé que habías puesto timbre... espera ¿Yunho eres tú?

Me miré, llevaba dos días con la misma ropa, quizás necesitaba una ducha y un peine... tampoco había cepillado mis dientes en todo ese tiempo de observación a la mancha ¿Ese era Yo? Si, lo era, una de mis tantas versiones, esa que no sonreía todo el tiempo y que no buscaba hacer sentir bien a los demás, ese también era yo. Apoyé la frente en la puerta, estaba listo para los regaños de quien ahora estaba del otro lado de la puerta, para esa altura se habría enterado que falté no solo a clases, sino que al trabajo también, que había ignorado sus llamadas y que estaba en proceso de faltar una vez más a clases. Abrí y le di pasó mientras me escondía algunos segundos más entre la puerta y la pared. Noté como Seonghwa avanzó buscándome con la mirada y cerré la puerta, él se sobresaltó y se sostuvo el pecho.

—Diablos Yunho... ¿Yunho? ¿Qué pasó?... —su entrecejo se arrugo automáticamente, conocía muy bien ese gesto, Seonghwa tenía la habilidad para disgustarse al instante.

—¿Buenos días?

—¿Qué tienen de buenos? —me encogí de hombros al escucharle y caminé hacia la sala, el me siguió de cerca con mucha atención, me ponía algo nervioso porque no quería decirle lo que pasó para no escuchar sus "Te lo dije" y anunciarme de forma sutil que era un tonto en muchas formas—... ¿vas a decirme por qué estuviste llorando?

—No lloré...

—Dame más crédito, Yunho te conozco mejor que tu madre —nos sentamos en el sofá y nos quedamos mirando la mancha—... ¿no la habían tapado?

—Como todas las cosas, se pueden ocultar un tiempo, pero siempre van a renacer por qué el problema es otro no la pintura...

—... ¿Pasó algo con Mingi? —arrugue los labios y respire lo más hondo que los mocos en mi sistema respiratorio me permitieron. Volvimos a mantener silencio unos segundos. Seonghwa estaba siendo extrañamente calmó con mis pausas dramáticas. Llegué a la conclusión que debía soltar todo lo que tenía dentro, no importaba que me regañaran, sólo necesitaba poder decirlo en voz alta para cerrar el tormento que azotaba mi cabeza y así poder seguir con mi vida luego de escuchar una de las frases asesinas que mi amigo solía tener para esos momentos.

Gato Callejero ☆Ateez☆ ♡YunGi♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora