i. siblings

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HERMANOS

VENUS MIRABA POR LA VENTANA MIENTRAS APRETABA CON FUERZA SU VESTIDO ENTRE SUS DEDOS

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VENUS MIRABA POR LA VENTANA MIENTRAS APRETABA CON FUERZA SU VESTIDO ENTRE SUS DEDOS. Mentiría si dijera que no estaba asustada, más bien estaba atemorizada. Y como no estarlo si el mismísimo Señor Oscuro se encontraba en el salón de su casa.

Su hermano mayor, Ares, estaba recibiendo en esos momentos la Marca Tenebrosa. No se escuchaba nada, ni siquiera un jadeo. Venus sabía perfectamente que si Ares gritaba o mostraba algún indicio de debilidad su tío se ensañaría con él más tarde.

La puerta de la habitación se abrió de forma brusca, Venus se levantó de un salto sobresaltada. Ares se encontraba en el marco de la puerta completamente destruido. Sus ojos estaban rojos de haber retenido las lágrimas, ese brillo tan expresivo que a él le caracterizaba había desparecido dejando a la luz unos ojos fríos y vacíos. Estaba pálido, tan pálido que Venus temió que se fuera a desmayar en ese instante. Se sujetaba con firmeza el brazo izquierdo, la mueca que decoraba sus labios solo demostraba una mínima parte del dolor que estaba sintiendo.

Porque en esos momentos si le hubieran dado la opción de cortarse el brazo Ares hubiera accedido sin pensarlo. Un fuerte dolor recorría toda su extremidad, un fuerte dolor que le llegaba hasta la espalda, y le oprimía el pecho. Era como si miles de agujas se clavaran una y otra vez en su brazo.

Venus se acercó a él rápidamente, envolviéndolo en un abrazo que sabía que necesitaba. Silenció un sollozo que se iba a escapar de su garganta, no lloraría o al menos no delante de él. Tenía que ser fuerte por los dos, como su madre le había dicho que tenía que ser.

—Se ha ido ya —susurro con voz ronca Ares—. Quería verte, pero el tío no le ha dejado que te vea. Dice que todavía no es el momento.

Venus se estremeció al pensar que el Señor Tenebroso quería verla. Realmente a ella le importaba bien poco esa tontería de la sangre. Tal vez sentía un poco de recelo ante los muggles, pero no los odiaba, más bien sentía pena por ellos por no poder utilizar la magia. Los hermanos Rosier habían sido criados por una tradición purista, inculcándoles que los muggles eran inferiores a ellos, y que debían ser tratados como tales, casi como si fueran animales. Tanto Ares como Venus compartían el mismo pensamiento respeto a eso, les importaban lo más mínimo, mientras que no dañaran a su familia ellos no les harían nada.

—Ha hecho muchas preguntas sobre padre —la voz de Ares la trajo de vuelta, se había quedado embobada.

—¿Qué le has dicho? —susurro con cierto recelo. El tema de su padre no era de sus favoritos.

—La verdad, lo que el tío y madre nos han contado —Ares se tensó considerablemente al hablar de su madre—, la he visto.

Venus se separó de su hermano para poder observarlo a los ojos, estaba tan sorprendido como ella.

DEMONS, draco malfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora