V e i n t i t r é s .

74.6K 6.9K 5.1K
                                    

24 de julio de 2019

—¿Estás borracha? —le preguntó con el ceño fruncido. Yo no podía escuchar lo que pasaba al otro lado de la llamada, así que me tenía que conformar con lo que Axel decía y los gestos que hacía —. Ey, tranquila —murmuró con una voz suave y cargada de paciencia —, respira. ¿Dónde estás?

La expresión de Axel se reflejaba cada vez más preocupación y agobio. Cogí su mano y la acaricié suavemente con mi pulgar, pero Axel ni siquiera me miró hasta que pasaron unos segundos. Entonces formó una fina línea con sus labios y me observó dubitativo mientras apartaba el teléfono de su oreja.

—¿Ha pasado algo? —pregunté.

—Es Audrey. Está... —tardó unos segundos en encontrar las palabras adecuadas para describir la situación —. Digamos que han sido unos días complicados para ella. Está bastante borracha.

—¿Dónde está? ¿Está bien?

—No lo sé, estoy intentando calmarla porque no para de decirme que lo siente y de pedirme que la lleve atrás en el tiempo —explicó. Se notaba que estaba realmente preocupado por ella y que, seguramente, una parte de él sentía que la culpa era suya. Y mía también, por supuesto —. Necesito que me diga donde está. Iré a recogerla después de dejarte en tu casa.

Asentí con la cabeza y él apretó mi mano suavemente. Parecía dividido cuando sus ojos me observaron llenos de culpa y de dulzura.

—Lo siento, Zoe —se disculpó, tomándome desprevenida —. De verdad que quería que esta tarde fuera solo para ti, pero no puedo dejarla tirada. Está sola y...

—Eh —le interrumpí, cubriendo su boca con mi mano y dedicándole una sonrisa tranquilizadora. El agobio le estaba comiendo, parecía un manojo de nervios —, no tienes que pedir perdón por eso. Por supuesto que vamos a ayudarla. Y no te tienes que sentir mal por priorizar estar ahí para alguien que lo necesita antes que nuestra cita. No es lo mismo que dejarme completamente de lado por ella. ¿Vale?

Axel asintió con la cabeza y, nada más aparté mi mano, acogió mi rostro entre las suyas y me besó.

Después de eso estuvo hablando con Audrey por teléfono durante varios minutos, mientras ambos nos dirigíamos al coche. Finalmente conseguimos a averiguar dónde estaba, así que nos pusimos en marcha. Fuimos hasta una calle repleta de discotecas y bares y aparcamos el coche donde pudimos. Axel seguía hablando por teléfono con Audrey, asegurándose de que no le pasara nada y de que no se movía del sitio en el que había dicho que estaba.

Caminamos cogidos de la mano entre la multitud hasta que llegamos a una plaza abarrotada de gente. Había grupos enteros de adolescentes fumando y bebiendo, algunos de ellos tan borrachos que apenas podían sostenerse en pie. Olía asquerosamente mal y por un momento pensé que yo misma me desmayaría. Y yo que pensaba que las fiestas privadas ya eran horribles...

Estaba tan ocupada tratando de no vomitar que no me di cuenta de que habíamos encontrado a Audrey hasta que esta se lanzó hacia Axel para abrazarlo, obligándole a soltar mi mano. Permanecí allí de pie, sin saber bien qué hacer. Axel acarició la espalda de su amiga con delicadeza, tratando de calmarla lo máximo posible. Mentiría si dijera que la escena no era incómoda. Yo no estaba haciendo absolutamente nada aparte de observarlos y sentir que sobraba.

—Vamos al coche —le dijo Axel. Audrey asintió con la cabeza y lo siguió, así que yo hice lo mismo.

Cuando llegamos al coche, Axel me pidió que me sentara atrás con ella. Fue solo entonces que pude ver su aspecto; su pelo estaba revuelto, su maquillaje hecho un desastre y ella estaba empapada de sudor. Además, apestaba a alcohol. Arrugué la nariz y traté de no pensar en el olor.

Zoe & Axel ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora