Prólogo

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Los pasos resonaron en el callejón frío y oscuro. La espesa llovizna dificultaba la vista, se escuchaba la respiración acelerada a medida que avanzaba.
Sus fosas nasales se volvieron ineficaces para el aire que demandaba sus pulmones, por lo que con la boca abierta; tragando bocanadas de aire, se exigía a resistir.

El miedo y la adrenalina estaban calando bajo su piel, él solo corría con desesperación.

Su delicado cuerpo estaba completamente empapado, pero la ansiedad, la urgencia de escapar distrajo a su cuerpo obligándolo a ignorar el intenso y penetrante frío, su corazón parecía latir a mil por hora, su sentido de supervivencia era tal que excedía todos sus límites.

Todo su cuerpo estaba entumecido, lo sabía, ni siquiera podía pensar con claridad, como si se tratara de una computadora, su instinto haciendo constantemente clic sobre el icono huir; y obedecía.

Su mente solo repetía una y otra vez "sálvate! huye!"
Mismas palabras usadas horas antes por su primo, quien lo había ayudado a escapar.

Detrás del omega corrían un grupo de policías disparando al aire con tal de intimidarlo y los perros ladrando cada vez más cerca, las sirenas de las patrulleras sonando por todos lados. Las luces rojas y azules de las patrulleras yendo y viniendo advertían al fugitivo que estaban cerca de atraparlo.

Llegó a un callejón sin salida, una tenebrosa pared de nueve metros de un edificio viejo hacia fin a su escape, miró hacia atrás no veía a los oficiales pero escuchaba los pasos apresurados acercándose, con el objetivo de atraparlo, volver sobre sus pasos y buscar otro camino ya no era una opción, asustado y en alerta buscó desesperado una forma de escape.

Un hombre apareció primero desde el humbral, era un alfa, podría reconocerlo hasta en la oscuridad.
El omega lo conocía perfectamente.

Se trataba del teniente policial Gregory Fritman, las canas de su cabello brillaban bajo la luz del lamentable alumbrado público, pero a pesar de la edad, seguia siendo un hombre imponente, un alfa respetado, su sola presencia seguía demandando respeto y obediencia.

— ¡Basta Kanawut! —rigió con fuerza— ¡se acabó! Serás arrestado, juzgado por tus crímenes y pagarás por tus delitos! —advirtió la voz grave del teniente, a tiempo que se acercaba al menor, guardo el arma y Gulf vio como sacó las esposas.

Dio un paso atrás y giró dándole la espalda al hombre que se aproximaba a él, y aunque el corazón amenazaba con explotar aparentaba tranquilidad, miró a su alrededor, tres segundos fueron necesarios para que sus pupilas estudiaran todo el lugar, y ésto fue lo que encontró:

Tres paredes, un alfa. Pensó.

No había un otro camino, ni aparentemente otra salida. No si era un omega cualquiera. Pero Gulf..
Gulf no era un omega cualquiera.

Observó los contenedores de basura, las rejas de las pequeñas ventanas que nacían de las húmedas y oscuras paredes, los condensadores de aire apilados desordenadamente para cada habitación del edificio.

Inhalo y exhalo lentamente ya habiendo tomado la decisión, se mantuvo parado mirando la pared, seguía dándole la espalda al teniente, sin miedo y determinante, giro levemente la cabeza mostrando el perfecto perfil de su rostro.

— Soy inocente —murmuró determinante.

Y tomó impulso.

Corrió fuertemente para dar un sorprendente salto sobre el contenedor y como si de un gato se tratara, con una agilidad envidiable empezó a trepar las altas paredes, manteniendo el equilibrio en todo su cuerpo saltando de una reja a otra, asustando a alguno que otro arrendador curioso que miraba por las pequeñas ventanas, ordenando a sus extremidades a escalar cada vez mas alto Gulf seguía sin parar, escuchó al teniente ordenarle que pare, renegando con ira, jurando disparar si no paraba, pero nada iba a detenerlo, no tenía intención de ser arrestado esa noche.

ALTO GULF rugió demandante esperando a que obedezca.

Al saltar sobre el condensador de aire, la voz de mando lo desestabiliza resbalando por la humedad de la llovizna, grita asustado mas por el haberse resbalando que por la voz de mando, pero logra sostenerse de los brazos, con los años de haber sido entrenado arduamente, podía ignorar casi en su totalidad la voz de mando de un alfa, se impulsó con los brazos y recupero el equilibrio de su cuerpo, sacudió la cabeza, recordándole a su lobo interior que ellos no eran cualquier omega, ellos eran igual de fuertes a un alfa.

Dio un último salto y escucho un disparo.
Vio como la bala rozó cerca de su rostro, y aquello deja a su lobo realmente sorprendido, pues no pensó que el teniente se atreviera a dispararle.
Sin perder tiempo balanceó su cuerpo y al dar el impulso de gloria llegó al extremo de edificio logrando escapar de las balas y emprendió nuevamente su fuga.
Corrió sobre los techos de los edificios saltando de uno a otro, sabía que los oficiales aún estaban detrás de él, escuchaba las balas que eran liberadas con la misión de impactar contra su cuerpo, pero estaba decidido, nada lo pararía.

Parecía que la noche jamás terminaría cuando finalmente vio en el horizonte el cielo se estaba iluminando, frenó un segundo su huida, se agachó y se agarró de las rodillas tragando bocanadas de aire, no podía creer que ha estado corriendo toda la noche, las piernas le palpitaban y todo su cuerpo dolía.

Quería llorar, gritar de la rabia, pero por sobre todo queria levantar la voz y defenderse; más nadie le permitió hacer aquello.
Solo era un maldito omega! ¿Porqué la crueldad?

Se enderezó y vio a lo lejos un tren viniendo a toda velocidad, no lo dudo ni tampoco necesito pensarlo, emprendió otra vez su corrido, salto sobre los techos de las casas resbalándose con las tejas, ignoro las raspaduras y los moretones generados, mantuvo el ritmo hasta llegar a un pequeño edificio cerca por donde estaban las vías.

Esperó centrando la mirada en su objetivo, preparó su cuerpo y mente para el impacto, fijó la dirección y corrió, se dio un impulso y cuando la máquina pasaba saltó sobre el techo, sintió crujir su tobillo al impactar, escuchando como el teniente lo llamaba apareciendo en el techo del edificio que acababa de abandonar tan sólo segundos atrás, se incorporó y vio al alfa hacerse pequeño con la distancia, admiro una vez más su suerte cuando los disparos fallaron nuevamente.

Suspiró cansado y miró a su alrededor a medida que el tren avanzaba velozmente, el verde prado a lo lejos y la ciudad quedando atrás con un doloroso pasado.

El dolor en el tobillo fue demasiado intenso evitando que siga pensando en su desgracia, sus ojos se llenaron rápidamente de lágrimas por tan fuerte punzada.
Se arrastró sobre el techo, acercándose a la orilla, para mirar hacia abajo y para su suerte el vagón estaba vacío y sin siquiera pensarlo de exigió un último esfuerzo, se lanzó dentro del vagón gritando de dolor, finalmente descansó en el piso y se recortó en la pared, era un tren de carga, estaba seguro que viajara por muchas ciudades por lo que se relajó, cerró los ojos, y todo su ser le agradeció haber parado.

El esfuerzo que exigió a su cuerpo le estaba pasando factura, se sintió pesado y se quebró en aquel vagón solitario. Aquel indefenso omega lloró, había muchas razones para hacerlo, después de todo es lo que era, no importa las habilidades ni los arduos entrenamientos, seguían siendo omega, seguía siendo frágil, seguían teniendo muchas lágrimas por derramar...

Nunca creyó que sería traicionado a tal magnitud, podía jurar con su vida que era inocente pero todas las pruebas lo condenaban.

Sabía que al convertirse CEO de la poderosa compañía de su difunto abuelo traería enemigos pero...
El verse ahí, sentado de polizón en un asqueroso y viejo tren, viendo su tobillo inflamarse y empezar a tener frío cuando la ropa húmeda empezaba a hacer efecto, se sintió miserable e impotente por no haber podido hacer nada para remediarlo.

Nunca imaginó que sería tanto el odio contra su persona como para empujarlo a esa tragedia

No podía culpar la reacción del teniente Gregory, a pesar de que mantuvo amistad con su abuelo desde que tuvo memoria y lo trataba como a un nieto, el Alfa estaba muy decepcionado, Gulf sabía que aquel hombre  no iba a poder defenderlo, y tampoco podría demostrarle su inocencia, el propio alfa vio sus fotos justo en el momento que hacía aquel perturbador trato con ese maldito narcotraficante y eras sus propias firmas en los documentos fraudulentos.

🌻[MG]☀️

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