iv. promise

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PROMESA

VENUS SE TIRÓ PRÁCTICAMENTE ENCIMA DE DRACO CUANDO REGRESÓ A LA SALA COMÚN, TRAS MOSTRARLE A LAS NIÑAS DE PRIMERO DONDE SE ENCONTRABAN SUS HABITACIONES

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VENUS SE TIRÓ PRÁCTICAMENTE ENCIMA DE DRACO CUANDO REGRESÓ A LA SALA COMÚN, TRAS MOSTRARLE A LAS NIÑAS DE PRIMERO DONDE SE ENCONTRABAN SUS HABITACIONES.

—¿Nosotros hacíamos tantas preguntas? —preguntó Venus frotándose la frente, las niñas no habían parado de preguntar cosas desde que habían pisado la Sala.

Draco se acomodó en el sofá con Venus encima, la cogió de la cintura para evitar que acabará en el suelo. Ambos estaban tumbados en el sofá, todos se habían ido a dormir ya y los únicos despiertos eran los dos prefectos.

—Tú de pequeña preguntabas por todo —comentó Draco jugando con el pelo de Venus—, aún lo sigues haciendo.

—Mis preguntas eran más sólidas, esas niñas me han preguntado ocho veces si tienes novia —dijo rodando los ojos.

—Es mi encanto natural, Rosy —se carcajeó el rubio—. Aunque si quieres que te sea honesto, los chicos no han levantado la vista de ti ni un segundo.

—Normal, los tenían asustados. Estarían encantados de que alguien les hablase de forma amable.

—¿Tú siendo amable con gente desconocida?

—Son niños, Draco —dijo mirándolo a los ojos—. Todos hemos tenido un primer día, y todos hemos deseado encontrar una mano amigable que nos ayudase un poco. Es nuestro deber, aunque no nos guste.

—No recordaba que te gustasen los niños —murmuró el chico acariciando lentamente su pelo.

—Son los únicos en los que se pueden confiar, no tienen maldad, o al menos no todos ellos.

Venus y Draco continuaron mirándose en silencio. Cualquier que los viera podría pensar otra cosa, pero ellos solo eran mejores amigos, siempre se habían comportado así cuando estaban a solas. Todos podían apreciar que Draco trataba de otra manera a Venus, pero nunca se habían permitido ser más afectuosos de la cuenta delante de nadie. Solo les traería problemas, y rumores llenos de infamia.

—Me dirás ahora que es lo que te tiene así —susurro Draco sin apartar la mirada de la ojimiel.

—No quiero hablar de eso, por favor —suplicó la muchacha resoplando.

—Quiero ayudarte en lo que sea que te pase, pero si no me dices nada no sabré cómo.

Venus apartó la mirada de esos orbes grises que la escudriñaban lentamente, cerró los ojos soltando un suspiro y volvió a mirar hacia los ojos de Draco.

—Es por mi madre, ha salido del hospital —murmuro Venus tras unos instantes de silencio. Draco abrió los ojos sorprendido, sabía que su madre estaba internada en San Mungo, pero creía que nunca la dejarían salir—. Se está quedando en casa desde hace unas semanas.

DEMONS, draco malfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora